(En estos momentos estoy esperando que se publique la 7ma temporada del anime, pues deseo continuar con la dinámica del anime aunque podría seguir con el manga... no sé, ya vere con los resultados de este fanfiction). Si empiezan a leerlo y les gust...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
X.—¡Mas fuerte Dena! -exige Padre- ¿De que me sirve una hija bonita si no es fuerte? -pregunto molesto-
El cemento de la muralla frente a mi se quebraba como cristales. Mis puños sangraban, mis ojos ardían por las lagrimas saladas y los incesantes gritos de Padre me dan dolor de cabeza. Entrenamiento, Padre odia a los héroes, quiere que sea mejor que ellos y acabarlos por completo. Dentro de unos años me uniré a UA y aprenderé de los mejores para superarlos, o al menos, ese es su plan.
Padre.—Si sigues llorando no mejoraras, las lágrimas, las emociones nos hacen débiles. -habla con autoridad- Se acabó el entrenamiento, ve a buscar las flores y llega para la cena. Recuerda que hoy te presentaremos a tu prometido, mas te vale no avergonzarnos maldita niña.
Asentí, es lo único que se me permite, no hablar en publico, no sonreír, no reír, no contestar, no correr, no bailar, no hacer ni un solo ruido, no levantar la mirada, no tener amigos, no escuchar música -única regla que rompo cuando salgo-, no llegar tarde a nada, no ver televisión, no salir a caminar sin una razón dada por Padre, no desobedecer, no pedir y, la mas importante, nada de mostrar emociones. Bueno en realidad, todas son importantes si no quiero que me castiguen, lo que implica no comer, no bañarme, no cambiar mi ropa y solo entrenar durante el tiempo que le plazca a Padre.
Como pueden adivinar, no se el nombre de Padre, por lo que todos, incluyéndome, le decimos Sr. Padre y si le llamas de otra manera, las consecuencias son horribles. Por lo que mi manera de evitar todo eso, es bajar la cabeza y asentir a todo, si o si.
Padre.—¿Por qué tardaste? -Suelta molesto- ¿Sabes que? Olvídalo, déjalo con Marie y ve a cambiarte, le ordene a Sanie que dejara todo listo, no cambies la ropa. ¡Entendido! -advierte con autoridad, a lo que asiento de inmediato- Largo de mi vista.
