Cinco meses después...
Era un viernes por la mañana, pocos minutos antes de que Mely fuera al preescolar. Estaba sentada en su silla, al lado de ella Niki estaba sentada esperando a que terminara de desayunar para acompañarla al preescolar Mely comía spaghetti junto a su padre quien se iría a trabajar al mismo tiempo que ella se iba al preescolar. Los minutos pasaron, Mely limpió sus dientes y subió al auto junto a su papá al igual que Niki quien se sentó al lado de ella para luego ir al preescolar. Al llegar, se despidió de su papá para luego ir con su maestra quien la esperaba en la entrada del preescolar con una gran sonrisa y su lindo vestido color rosa, al estar cerca de ella tomó de su mano para luego ir al salón de clases.
—Mely —la nombrada la miró—, ¿con quien juegas en el descanso?.
—Con mi amigo.
—¿Cómo se llama?
—Niki
—¿Niki?
—Si, yo se lo puse, ¿es muy lindo verdad? —dijo orgullosa con una gran sonrisa.
—¿Enserio?, ¿en qué salón está?, podríamos ir a saludarlo.
—Jhm...—miró al frente, inflando uno de sus cachetes— él no está en ningún salón es mi amigo.
—¿Te parece si le preguntas en qué salón está a la hora del descanso y luego me lo dices?.
—Si, lo haré.
A la hora del descanso, Mely salió de su salón junto a su lonchera y Niki quien estaba en el salón pero corriendo de un lado hacia otro sin prestarle atención a la maestra, Mely a veces quería regañarlo y decirle que se estuviera quieto o tuviera cuidado pues algunas cosas podían caerse o podría empujar a uno de sus compañeros pero le tocaba ignorarlo. Estaban sentados en la misma pequeña banca de siempre
—Entonces tu...¿no tienes casa? —preguntó Mely mientras comía de sus uvas.
—Vivo contigo —dijo sonriente.
—Me refiero a que si tu no tienes una familia.
—Tu maestra está loca, ella solamente me quiere alejar de ti —dijo Niki.
—Ella solo preguntó si tenías salón.
—Hola Mely —dijo su maestra acercándose—, ¿hablas con tu amigo? —preguntó la maestra agachándose a su altura.
—Si, él es Niki —señalando.
—Hola Niki —dijo sonriendo—, ¿cómo te encuentras?
—Bien —respondió Niki—, ¿puede verme?
—miró a Mely—Tu amigo es muy bonito.
—¿Verdad que sí?, él dice que es feo porque lleva la misma ropa siempre.
—¿La misma ropa? ¿no será el uniforme?
—No, Niki lleva una camisa negra con puntos de colores y un pantalón negro, pero está descalzo, ¿que no lo ve? —preguntó cruzándose de brazos.
—Bueno —se paró—, ¿ya le preguntaste de que salón es?
—Dijo que no tenía y que...—lo miró por unos segundos.
—Si le dices que nos quiere separar lo hará —dijo Niki.
—...le gusta el chocolate.
—De acuerdo, los dejaré jugar y no hagan travesuras, ¿de acuerdo?
—Adiós maestra —dijeron los dos niños—. ¿En serio podía verme? —preguntó Niki—, solo tú me ves.
—lo miró—¿Porque dices que solo yo te veo?
—Porque nadie me habla pero está bien, contigo me siento-
—Niki ¿quién es él? —preguntó mientras señalaba a lo lejos.
Este volteó hacia el lugar que señalaba el cual era un hombre muy alto y delgado con un sombrero de copa el cual le llegaba desde el cuello como si su cabeza fuera parte del sombrero quien parecía observarla desde lejos lo cual le causaba miedo, pues era un extraño y daba miedo.
—Estoy contigo, no te hará daño —dijo Niki calmándola.
—¿Quién crees que sea? ¿un nuevo profesor?
—No creo que lo sea, no es real.
—Pero ahí está, míralo —dijo mientras lo señalaba.
—Pero no está ahí, los niños lo pasan.
Uno de los niños que corría pasó justo por sus piernas como si este no estuviera ahí, como si solo Mely pudiera verlo, como si fuera parte de su imaginación, pero, ¿porque se imaginaría algo tan feo?, algo que le causaba miedo e inseguridad.
—Mejor vámonos —dijo poniéndose en pie.
Fue hacia los baños que era otro lugar en donde jugaba con Niki. Ambos llegaron a estos, Mely dejó su lonchera bajo el lavabo para que nadie lo encontrara pero cuando lo hizo se encontró con algo horrible que la hizo gritar de miedo.
—¿Qué pasó?! —preguntó una maestra preocupada entrando al baño.
—H-a-a-ay algo ahí abajo —dijo asustada señalando debajo del lavabo.
La maestra se asomó por debajo de este creyendo que era una araña o algún bicho que normalmente le temieran los niños, pero en cambio se encontró con un hoyo en la pared al lado del tuvo que conectaba a la pared, suspiró, al saber que cualquier cosa que hubiera asustado a la pequeña se había ido.
—Se fue, no hay nada —dijo para luego mirarla.
—¿Que era eso?, era muy feo.
—Seguramente era un bicho pero descuida, ya se fue.
—Eso no era un bicho, ¡era un ojo! —exclamó aún asustada.
—¿Un ojo? —dijo confusa.
—Si, ¡con cuatro patas! —dijo asustada con lágrimas invadiendo sus ojos.
—Seguramente era tu imaginación pequeña —dijo con una leve sonrisa.
—P-pero...lo vi.
Miró de nuevo debajo del lavabo y en aquel hoyo que estaba en la pared pudo ver como salía aquel ojo con cuatro patas idénticas a las de una araña.
—Ahí está mire! —volvió a señalar.
La maestra volvió a mirar hacia el lugar, sin encontrar nada mientras Mely veía como aquella cosa subía por el tubo hasta llegar con el lavabo, parándose en el grifo para colgar de este con una telaraña, era una especie de araña pero en lugar del cuerpo peludo y feo que suelen tener era un ojo.
—No pequeña —la miró de nuevo—, ¿quieres que llame a tus papás?
—¡Si!, tengo miedo —dijo asustada.
—Está bien, vamos.
Se puso en pie entregándole la lonchera a la pequeña para tomarla de la mano y salir del baño, pero antes de salir vio cómo del mismo hoyo salían varios ojos idénticos al que colgaba del lavabo. Mely tomó con fuerza la mano de la maestra, asustada viendo con horror como la pared se llenaba de estos los cuales hacían un chillido idéntico al de una rata.
—Tranquila, pronto estarás en casa.
Salieron del baño, Niki iba junto a ella tomándola de la mano para que se tranquilizara. Cuando salieron del baño en el largo pasillo estaba aquel hombre, al verlo, ambos se detuvieron en seco mirándolo con horror pues ahora estaba a unos cuantos metros de ambos. La maestra notó como aquella niña se escondía detrás de sus piernas viendo con horror hacia delante como si hubiera algo ahí, pero no había nada, el pasillo estaba completamente solo.
—Pequeña, no hay nadie —dijo la maestra.
—E-e-está el señor alto y delgado —murmuró asustada.
—Ven —la cargó con cuidado, esta se aferró a ella ocultando su cara en su hombro—. Llamemos a tus padres.
—¡Asustas a mi amiga tonto! —le dijo Niki molesto.
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Amigo Imaginario - Niki
FanfictionPara un niño pequeño es normal tener un amigo imaginario, pero para sus padres es un poco preocupante. Mely era una pequeña de cinco años la cual, tenía un amigo imaginario con el cual jugaba y hablaba todo y todos los días, sus padres no se preocup...