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Suena el timbre, quejas de los estudiantes se escuchan, pero el sonido de la celebración es mucho más fuerte. Si mal no entiendo o por lo menos Simón no me contó o en otra circunstancia no recuerdo; hace aproximadamente 3 o 4 años el GML no iba a unos intercolegiados ni de fútbol, ni basketball, ni volleyball, ni nada. Por lo que para los directivos y estudiantes era un motivo de celebración.

Me encontraba en el pasillo esperando que el coordinador algún día se le diera la gana de abrir la puerta de salón. Soy consciente que es un medida para que ningún estudiante se meta en otro salón durante el descanso, pero la espera de 10 e incluso 20 minutos en un pasillo de no más de 5 metros con 8 cursos diferentes es agotadora.

Sin embargo, la compañía perfecta puede mejorar todo.

- Conste que yo aposté solo por apoyarlo perro. - dijo mirando a Isaza - Pero Vane, juro que siempre confíe en usted - alegaba en forma de súplica Simón por haber perdido la apuesta y haber apostado en contra de su amiga - Además, necesitaba hacer la situación más dinámica. Igual no se preocupe por eso, Villa siempre le tuvo fe y la apoyo sin siquiera pensarlo. ¿No es verdad perro? - Este sapo

- ¿Ah sí? - Inquirió Van levantando la ceja - Vea pues, desde cuándo tanta confianza Juan - pronuncio con una sonrisa pícara. Carajo, si que se veía bien. Era la única persona en el mundo que me llamaba solo por mi primer nombre, cosa que amaba. El problema es que la situación en la que la persona que se hacía llamar mi amigo me puso, hacia que todo mi ser temblará de los nervios.

- Pu... Pues fue Alejo quien inicio y yo obviamente apoye. No como otros - le clave la mirada al de gafas hundiendo su bote buscando alguna manera de zafarme de esta.

- Lo que fue, fue. Solo se que espero que mañana este mi cuaderno de sociales en mi puesto con el mapa hecho. - Punto positivo, odiaba hacer mapas sobre la evolución de la humanidad a traves de las décadas.

Voltee a mirar a Isaza y Simón para ver sus caras, pero me termine encontrando con esos ojos cafés que me tenían loco desde séptimo. Se había arreglado, ya no estaba sudada o sin maquillaje. De hecho se había puesto pestañina, algo de color en las mejillas y juraría que en los labios llevaba su chapstick favorito.

Ojalá algún día tenga la suerte de probarlos.

Podía sentir como el color rojo se apoderaba de mi cara y como el sudor resbala por mis manos de pensar que tendría superpoderes y estuviera leyendo mi mente. Algo paranoico de mi parte.

Si no fuera porque la figura del coordinador se atravesó por mi vista para finalmente abrir la puerta, en cualquier momento la hubiera cagado o hubiera parecido un acosador con la mirada. Hace mucho no tenía un contacto tan largo con ella. Y aunque fueron un par de segundos, los sentí como mil horas.

...

Clase de literatura. 10 de la mañana. Profesora aburrida. Análisis de obras con referencia a la cultura greca. Ensayo de mínimo dos páginas. Suena a la receta perfecta para dormir a un estudiante promedio.

Afortunadamente para los que de cierta manera nos gusta tener buenas notas, aprendemos a no dormir, prestar atención pero al mismo tiempo estar distraído.

En el caso de Van y yo, estábamos en los puestos de atrás en la esquina. El mejor lugar, mientras la profesora hablaba y explicaba la escencia de la escritura y la forma en que con letras se plasma para siempre épocas historicas como la griega.

Nosotros mientras tanto estábamos jugando tic tac toe o Triki, llevábamos 4 - 4. ¿La apuesta? El que completará cinco le pagaría un bon ice o un mango al otro por una semana. Una semana en la que tendré una excusa de poder verla y acompañarla a la salida.

Si bien somos amigos, no somos tan cercanos como el resto. Es decir, solo soy un efecto secundario de su entrañable amistad con Alejo.

- Villamil! Garcia! Me imagino que están prestando atención - nos llamo la atención la profesora mientras Van dibujaba el círculo en su casilla. Inmediatamente cerré la parte de atrás del cuaderno y Van se giró tan rápido que se pegó en el codo con la baranda del puesto, cosa que le hizo soltar un quejido.

Pude escuchar las risas de mis amigos y de básicamente todo el salón. Rara vez a nosotros nos regañaban y más en medio de una clase.

- Continuo, y espero que está vez si pongan atención porque va un control sobre esto - ¿Cuánto faltaba? ¿30? ¿40 minutos? No lo sé, pero el aburrimiento me mataba. De pura chiripa me dió por mirar el cuaderno, o más específicamente el Triki.

Una sonrisa inocente salió de mis labios, ella había ganado en el último segundo. Supongo que los 15 que me ahorre en la apuesta serían bien gastados.

- Profe, ¿Y la presentación de resultados? - voltee a mirar y tenía que ser el sapo del salón. ¿Enserio quería más trabajo que del trabajo de grado, la tarea del ensayo, el proyecto de química, las presentaciones de veinte materias y quién sabe que más?

- Gracias por acordarme Carlos. Al final del módulo estará el apartado sobre eso. Se trabajará en parejas y como fecha de entrega, en dos semanas será suficiente - Mierda, deje el módulo en la casa.

Felicidades Juan Pablo, estás siendo muy responsable

- ¿Y nosotros escogemos las parejas, cierto profe? - dijo otra de las juiciosas del salón. Por favor que si, uno nunca sabe con quién le toca y no estoy para andar de empático.

- La última vez que paso eso hubo problemas - Como olvidar la vez que Santiago le boleteo el trabajo - Por lo que he decidido que se van a enumerar y con su igual harán el trabajo - Pude escuchar claramente quejidos como " No profe, no sea así" o "Profe vea que nosotros trabajamos re bien"

Sin embargo, eso le resbalo a la profesora. Ella inició el conteo desde la esquina opuesta a dónde estaba, al lado de la puerta.

Empeze a hacer cuentas 1,2,1,2,1,2. Santiago con Paula, María con Katherine. Carlos con Laura. Y yo... Mucha suerte últimamente.

Creo que haber recibido ese cuarzo de mi abuela sirvió de algo.

Eres tú - J.P Villamil (Reeditando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora