V|"Mi cuerpo ha ganado CICATRICES, mi alma HERIDAS y mi corazón ESPINAS, yo solo quiero purgar mi dolor con dulce VENGANZA, caiga quien caiga...."
Verónica Stark tras el abandono fue lanzada al abismo de su propia perdición y de allí nació su deseo...
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Los besos no tardaron en subir de tono en cuanto sus caricias recorrieron el cuerpo contrario a su deleite, donde fue el turno de Natasha de reír ante el desespero de la castaña en quitarse sus prendas.
--Te ves algo urgida, cariño, déjame ayudarte--susurra en una exquisita dulzura como la sonrisa de medio lado que hacía perder la cabeza a la morena por completo
No dejándola reaccionar ni maldecir en cuanto se alejó, al sacarse sus prendas en medio de un hipnótico baile cargado de una seducción que supera cualquier obra Romana ante la belleza del cuerpo ante sus ojos mientras a medida de cada movimiento un fragmento de su piel iba quedando al descubierto parecían brillar como todo el ser que significaba Natasha en sí.
Donde el apodo de Viuda negra quedaba corto ante su sensual peligrosidad que ella había podido no sólo domar si no conquistar como ella hizo consigo desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron.
Romanoff aumentó la picardía de su expresión en morder su labio inferior con intencional lentitud en lo que se acercaba a la aún abrumada menor en sí como para notarlo hasta esta unir sus frentes como sus respiraciones mezclarse como sus miradas cargadas de ese conocido brillo oscurecido por la pasión y lujuria, pero más allá de ello de un inconmensurable amor que siempre estaba presente al poderse encontrar.
Y con ello en un carácter de imanes incandescentes unieron sus labios como sus cuerpos mientras las corrientes eléctricas traspasaban su piel al sus senos al desnudo rozarse al hacerlo.
Donde al Natasha descender sus besos por su cuello donde se dedicó a dejar sutiles marcas en saborear la piel de Verónica, quien en medio de suspiros ladeó la cabeza en darle un mayor acceso en lo que sumergida por el placer que su amada le brindaba querer darle la misma atención. Así llevó sus manos a recorrer la tersa piel de la rusa quien jadeó contra su cuello ante la sorpresa, provocandole cosquillas no sólo en la zona atendida.
Aunque terminó de robarle el aliento al descender sus caricias hasta sus muslos donde por inercia la pelirroja separó sus piernas ansiando su toque, provocando un sonrojo no visto como el de la menor quien impulsada por el mismo no se detuvo a pensar, y no es como si pudiera hacerlo con su diosa nórdica a su lado deseosa de ella porque lo demostraba no sólo en sus palabras, dedicación y expresiones, si no que su cuerpo parecía llamarla a gritos como el suyo al de ella.
Llevó sus caricias en llamas a su intimidad ya humedecida como seguramente también estaba, y rozó sus pliegues con suma delicadeza sin dejarle paso a ninguna de las dos a prevenir en sumergir sus dedos y arquearlos hasta rozar sus paredes donde comenzó un suave vaivén que no tardó en aumentar ante los meliflúos gemidos de la rusa hasta la misma aprisionar su muñeca con sus piernas y no tardando en sentir una pequeña quemazón en el cuello.
--Perdón--susurra Natasha en un hilo de voz agitada tras haber mordido su cuello hasta dejar la zona morada como con ligeras notas carmesí, donde depositó un casto beso antes de buscar su mirada y no poder ocultar la preocupación en sus esmeraldas
