Regresa

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Los días pasaban volando, a su opinión; las mañanas eran muy cortas y las noches demasiado largas, odiaba eso porque significaba que sentiría el frío de la soledad, que estaría solo consigo mismo y podría cometer una locura, pues en más de una ocasión lo había pensado.

Desde que ocurrió la muerte de Ken Ryūguji conocido como Draken, siendo para el, su dragón gemelo; Takashi no había salido de su habitación, se la había pasado metido allí sin preocuparse por nada, dejando atrás la imagen de chico que se preocupa y cuida de todos.

Recuerda que ese día volvía de hacer unas compras, pues tuvo una nueva idea sobre un nuevo diseño para un atuendo, la idea había sido fugaz, pero la logró captar a la perfección. Al regresar a su hogar, su hermana Luna lo había recibido, saludándolo como siempre, pero mostrando un nerviosismo que no le fue fácil ocultar debido a que no sabía cómo darle las noticias a su hermano.

— ¿Qué ocurre? — preguntó él, pues conocía a la perfección a la menor, sabiendo que algo ocurría y que algo estaba mal, pues durante toda la tarde había sentido una opresión en el pecho más no lo comentó con nadie.

— H~hermano, D~draken, murió... — para Luna, pronunciar esas tres palabras había sido lo más difícil del mundo, sabía el cariño que le tenía su hermano a su amigo y el tener que decirle aquello era algo que le dolía, pero no tanto como a Takashi.

Cuando Mitsuya escuchó las palabras de su hermana, su mente lo único que repetía era "murió", "Draken murió", entrando en un bucle infinito en el que solo esas palabras eran pronunciadas. El impacto de la noticia hizo que soltase las compras que llevaba en la mano. Recuerda que empezó a sentirse mareado, no lograba enfocar bien y su respiración se había vuelto errática como si hubiese corrido más de 10 kilómetros en menos de 3 minutos, lo único que recuerda de ese día, es que todo se volvió negro.

El mayor despertó en la oscuridad de su habitación, sintiendo el frío calar sus huesos, recordando la noticia que su hermana le dio en la media tarde y como le dijo que el rubio de trenza había muerto, seguía escéptico, se negaba a creerlo pues bien dicen que la primera etapa es la negación. Estuvo en ese estado al menos por 30 minutos, cuando la puerta fue abierta por su mamá y volvía a repetirle lo mismo, recién fue consciente de lo que había pasado, la noticia no fue mentira.

Cuando su mamá abandonó la habitación para darle su tiempo y que pueda asimilar todo, Mitsuya se rompió. Empezó a llorar y gritar desconsoladamente botando todo lo que encontraba a su paso, haciendo que todo lo que estaba en esas cuatro paredes sea un caos total. Todo terminaba o estrellado en la pared o en el suelo, era la única forma, en ese momento; en la que podía desahogarse, pero seguía sin sentirse bien. Todo dolía. Incluso, llegó a maldecir a todos los que fueron sus amigos en la ToMan, sabiendo que ellos no tenían la culpa de nada.

Esa noche no hubiera dormido de no ser porque se había cansado, sus ojos habían quedado secos de tanto llorar a punto de que empezaban a picarle, siendo bastante incómodo. Su garganta le molestaba, sintiendo un ardor inexplicable al haber gritado como un loco. Ese día, poco le importó hacer el ridículo o que su familia pudiera verlo de otra forma, era el dolor quien había tomado el control de su cuerpo y el saber que había perdido a alguien que amaba y admiraba, lo llevó a su punto de quiebre, toda su cordura y sensatez desapareció.

Con el paso de los días, parecía que vivía en el limbo, no sabía que hora ni que día era, las cortinas de su habitación permanecían cerradas incluso las había forrado para no distinguir en que momento del día se hallaba. Desde que le dieron la noticia de aquel fatídico día, se negaba a salir de su cuarto, permaneciendo solo en esas oscuras paredes. El Mitsuya alegre y que se preocupa por todos había desaparecido, hasta su imagen personal había cambiado de sobremanera.

No pude despedirme... || Draken x MitsuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora