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Una débil híbrida buscaba refugio desesperadamente, asustada y preocupada, se le escuchaba quejarse, afortunadamente no había humanos y era de madrugada, cayó al suelo y se arrastró entre las bolsas de basura, llevó su mano a su vientre, estaba em...

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Una débil híbrida buscaba refugio desesperadamente, asustada y preocupada, se le escuchaba quejarse, afortunadamente no había humanos y era de madrugada, cayó al suelo y se arrastró entre las bolsas de basura, llevó su mano a su vientre, estaba embarazada. Acabó transformándose en una gata y soltar alaridos.

Era aún demasiado joven, había sido tomada como esclava, habían maltratado y abusado de ella, escapó porque no quería que sus bebés sufrieran su mismo destino, pero acabó perdiéndose sin encontrar un lugar seguro, tenía miedo de que sus bebés fueran atrapados por los monstruos.

Luego de dar a luz a sus pequeños gatitos, estos maullaban ciegos buscando a su madre, quien con sus pocas fuerzas trató de limpiarlos y alimentarlos.

No tenía tantas fuerzas, estaba tan débil y casi moribunda, no quería morir, tenía que cuidar de sus bebés, si no, ellos morirían, por suerte los pequeños seguían pegados a ella, temía que en algún momento los pequeños se alejaran y se lastimaran.

Al segundo día, nombró a cada uno de sus pequeños, esperando soportar otro día más, aunque ya no podía sentir sus patas, se sentía demasiado cansada.

Esa tarde se durmió, y no volvió a abrir sus ojos.

Pronto los pequeños ya no tenían leche para beber y el cálido cuerpo de su madre se había vuelto frío, trataban de despertarla con sus maullidos y sus patitas. No querían separarse de ella.

Pero el hambre que los invadió hicieron que los pequeños comenzaran a dispersarse para buscar comida entre todo ese basurero.

La mayoría de los pequeños, no pasaron el tercer día, y uno de ellos decidió salir del lugar, siguiendo sus instintos de supervivencia, sabía que si se quedaba moriría como sus hermanitos.

Aunque también, el mundo era demasiado peligroso para un pequeño gatito recién nacido como él. Pero no se detuvo, estaba dispuesto a enfrentar cualquier cosa.

Para su suerte, una anciana se cruzó con él, le dio caricias y lo llevó a su tienda donde lo alimentó y le dio de beber por algunos días, pero un día la ancianita dejó de venir, y su reemplazo echó al pequeño gato a patadas.

Confundido tuvo que seguir su camino, aún era demasiado pequeño, tenía semanas de vida. Cuando caía la noche, se refugiaba entre cajas o bajo algunas bancas, ahí pensaba más que dormir, cómo iba a sobrevivir.

Cuando ya llevaba unos dos meses de nacido, tras estar buscando comida un malvado niño torció su patita al alzarlo, fue regañado pero ante el susto, luego de ser bajado, el pequeño gatito huyó, aunque acabó dejando de correr en el camino, su patita dolía y trató de evitar pisar con ella, una amable persona le dejó una lata de comida y se fue, el pequeño degusto su contenido, pero pronto fue empujado bruscamente, y la lata fue devorada por 3 perros enormes y hambrientos, los cuales dirigieron su mirada hacia él. Sus instintos lo llevaron a correr, los perros fueron tras él, tenían enormes colmillos, el gato era todavía muy pequeño, temía que lo llegarán a matar, y su pobre patita dolía demasiado.

¡Hey, You! Lemon EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora