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Estuvo matando mi mente. No pude dejar de deslizar el dedo y darle un vistazo a cada uno de los comentarios que hablaban sobre él, más bien de la nueva “relación” que Harry tenía con aquella chica y lo bien que congeniaban en la mierda de película esa. Sentí un nudo en mi garganta al toparme con uno que expresaba lo maravillada que estaba por la dichosa relación. Era toda una farsa y aunque traté de no tomarle importancia, era doloroso verlos juntos tomados de las manos y abrazándose. Juntos, algo que Harry y yo nunca lograríamos hacer. Los envidié, los odié y estuve a punto de arrojar el celular contra el suelo y estallar en llanto.

Louis.

Una voz me susurraba dentro de la cabeza, debía comportarme bien y dejar pasar toda esa mierda.

Mentiría si dejara que no lo he echado de menos. Ya no sabría lo que sería de mi vida sin él, me sentía vivo a su lado y realmente amado. No pude evitar sonreír al recordar nuestra última conversación, él dijo:

“Regresaré pronto, Lou”.

Mantuvo esa chispa en mi al escuchar el “pronto”, no tenía idea de que se demoraría demasiado y estaría en otro lugar. Han pasado meses. Esa fue la última vez que me besó y necesito nuevamente tenerlo a mi lado. Siendo igualmente la última vez que tuvimos una conversación decente y sin tener que esconderme en el baño a hablar con él. No me era suficiente con solo un mensaje, necesitaba ver esa linda sonrisa y escuchar su gruesa voz. Y sí, tenía que esperar, aguantar todo el tiempo que faltase.

Siempre creía que nuestra relación jamás duraría, digo, hemos terminando y vuelto. Ambos sabemos que el amor que nos tenemos no se compara a nada o nadie más, pero a veces sentía que nuestra distancia arruinaría las cosas en el futuro y no dejó de preocuparme en ningún momento. Cuando volvíamos a estar juntos todo aquello se eliminaba, desde las preocupaciones hasta absolutamente todo lo malo de mi vida y me hacía sentir con vida nuevamente. Él podría tener todo el control sobre mí y yo estaría feliz de cederle lo que fuera.

Apagué el celular golpeando bruscamente el brazo del sillón. Estiré las piernas soltando todo el aire que contuvo estando molesto, llevé mis manos a mi rostro cubriéndome y cerré los ojos. Lo único que mis oídos percibían era el sonido de mi respiración, sofocándose lentamente con los latidos de mi corazón y fue ahí cuando recibí una llamada. Quizá no debí de tomar el celular con mi estado de ira acumulada. Sin embargo, en cuanto vi de quien se trataba contesté inmediatamente llevándome el aparato a mi oreja.

—¡Lou! —Exclamó una voz grave a través de ese detestable teléfono, podía percibir su alegría—. Estaba ansioso de poder escuchar nuevamente tu voz. Quiero saber qué has hecho estos días, cariño.

Me froté la frente y, como si mi propia inseguridad quisiera carcomerme, vino a mi mente las fotos. Todas aquellas jodidas fotos que han salido en estos últimos meses de él y aquella mujer. Era posible que yo mismo me odiara para que algo así me afectará, los pensamientos mínimos de ellos juntos y el hecho de que no estaba a mi lado. Suspiré y fruncí el ceño automáticamente.

—Hola, Haz.

No merecía mi frialdad, no pude evitar sonar indiferente o como un completo “celoso”. Oí voces de fondo cada vez más disminuyéndose, pensé que quizá se estaba alejando de las personas y nuevamente lo escuché a él:

—¿Estás bien? —Sonó preocupado, más bien afectado por lo que fuera que yo estuviera pasando—. ¿E-estás ocupado? —¿Acaso creía que me interrumpió en algo sumamente importante en mi vida?

Dios, ni siquiera me interesaba si estuviera haciendo algo importante y él llamase, yo respondería en un santiamén y dejaría de lado lo que sea. Me levanté del sillón sonriendo y me detuve cerca de la ventana mirando a través de ésta.

You were my "because"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora