Ni un beso

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Hoseok ya sentía el final, aún no entendía como pudo pasar todo eso. Sucedió tan rápido que temió no tener una explicación para la situación; fue tan iluso de su parte pensar que todo sería perfecto, pero no lo culpen, al menos hizo todo a su alcance para ocultar ese lado suyo que nadie más conocía y a veces no lo dejaba dormir por las noches. Tomó un montón de esas pastillas para aguantar hasta el término de la cita. Pero habían sido de cero utilidad esta vez.

Y ahora, en su primera cita con Yoongi, este había descubierto todo, ya no había secreto que guardar ni apariencias que fingir. Se siente tan expuesto que no puede ni levantar la mirada mientras su cita le pedía de forma amable que dejara de bloquear la puerta.
Todo esto era un desastre.

–Hoseok, por favor. A todos nos sucede eso, no tienes que sentirte agobiado ni asustado. Solo déjame arreglarlo y volvemos a la mesa a cenar.

Hoseok lo pensó por un momento y se acercó a la escena del crimen. Estaba todo lleno de suciedad y restos de algo desconocido. Olía a desastre, culpa y secretos. Tal vez ahora ya no podría volver a ver a Yoongi y se resignaria a una vida llena de soledad.

Abrió la única ventana que había en esa habitación y dejó que entrara un poco de brisa para que pensara mejor que haría cuando por fin abriera esa puerta. Ya ni siquiera podía pensar en quedarse cuando Yoongi viera todo eso allí, existiendo y sabiendo quién lo había hecho. Su madre le había insistido en ir a pedir ayuda, pero por ser cabezota, lo dejo pasar y, ahora encerrado allí tenía que sufrir la consecuencias de no ser responsable de si mismo.

Yoongi volvió a tocar la puerta, tomó la manija y respiró ondo para volver a hablar.

-Hoseok, en serio tengo que entrar, aún no sabes cómo funciona eso y soy el único que lo puede arreglar. En algún momento nos iba a pasar no tienes qu-

-¡Pero no debía de suceder ahora, en nuestra primera cita!. Se supone que debía salir bien y hablaríamos de nuestras vidas. Aún no es el momento de hablar de esto- su tono fue disminuyendo de volumen y dejó caer sus brazos a los costados de sus caderas.

La palabra vergüenza era pequeña comparada con el sentimiento que ahora lo llenaba.

Escuchó un sonido a fuera de la puerta y luego escuchó a Yoongi respirar.

-Ve esto desde otra perspectiva. Ahora cualquier otra cosa a partir de aquí, ya no se sentirá como secreto. Ahora estamos libres de no sentir culpa por la intimidad fuera de cualquier tabú.
Solo déjame entrar.

Hoseok lo analizó en su cabeza y quitó el seguro de la puerta, con cada movimiento que daba su corazón latía como abuelito con mal del Parkinson, pero eso no le detuvo de mostrarle el desastre a Yoongi, se le fue la cara al piso cuando miro la expresión de asombro en el rostro del pálido y su dignidad se vio afectada aún más cuando esté se giró a darle una sonrisita.

-Yo limpiaré aquí, tu puedes esperar en el sofá.

Sin esperara más, Hoseok salió disparado de la habitación y se sentó en la esquina contraria al pasillo que daba a la "habitación" donde se había atrevido a ser descuidado.
Pasó media hora y del pasillo apareció Yoongi con las mangas de su suéter arremangada y le dio una mirada suave acompañada de una sonrisita socarrona.

Hoseok le devolvió la mirada pero la bajó de nuevo. Se sentía como un tonto, ahora no sabía que sería de ellos en el futuro.
¿Estaba siendo dramático? Quizá,  pero también estaba que quería ser enterrado en algún lugar de Europa para nunca más volviera a tener contacto con el mundo, y menos tener contacto con un baño que no sea el suyo.

-Se que es lo está pasando por tú cabeza y créeme, eso no pasará.
Cómo ya lo dije a cualquiera nos puede pasar y estoy seguro que esto pasará en el futuro, cuando vivamos juntos y no soportes aguantar.

Yoongi se acercó a dónde estaba sentado el castaño y le tomó la mano. Le acarició la palma y tomó su mentón para que se mirarán a los ojos.

-Le das demasiada importancia a esto. Creo que tener problemas estomacales no es nada del otro mundo, querido. Tal vez te acompañe al médico. Aunque espero y esa no sea nuestra segunda cita.

Hoseok le entregó una sonrisa y le miró con detenimiento.

-¿En serio quieres tener una segunda cita?. Aún no puedo procesar que viste eso antes de siquiera habernos dado un beso.

-No solo quiero otra cita, quiero muchas más.
Yoongi le entregó una sonrisa segura y le tomó la mano para guiarlo a la mesa donde ya estaba preparada la cena.
En unos instantes el ambiente se volvió tranquilo para Hoseok, nadie el hizo sentir tan cómodo como Yoongi.
Era una señal tal vez.

Puede que haber tapado la letrina de Yoongi no fue tan malo después de todo. Pero en el futuro no quiere volver a saber sobre pasar vergüenzas de ese tipo con Yoongi.

Pero el estómago de Hoseok es una caja de sorpresas llena de problemas para ser contenida.

Se los juro que no sé que acabo de escribir.

Pero si que esta basado en hechos reales.

Peor no puede ser [ YOONSEOK/Sope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora