Utopía

El portador del virus

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Louis observa como Harry alza la mirada lentamente y se da cuenta de que aquellos lindos ojos verdes están llenos de lágrimas reprimidas, esto lo desconcierta un poco, haciéndole fruncir el ceño. 

—Hola Lou —dice Harry, con la voz entre cortada y una lágrima traicionera bajando por su mejilla.

La voz del ojiverde hace que a Louis le de un ligero escalofrío, hace mucho que no la escuchaba y ha cambiado, se ha vuelto más gruesa, más madura; una voz de hombre, y le encanta.

—Bueno, ya que se han presentado prosigamos. Todos tomen asiento, por favor —pide la misma chica que trajo a Louis.

A Louis le estaba costando separarse de Harry, le desconcertaba el hecho de que estaba reprimiendo sus lagrimas, sin embargo, Harry fue el que tomó la iniciativa, parpadeó un poco, tocó ligeramente el hombro de Louis y susurró un pequeño "permiso".

—Mi nombre es Emily, soy la encargada de la imagen del presidente Styles, así mismo soy abogada y economista. Se preguntarán qué hacemos aquí.

—¿Podrías ir al grano? Tengo una gran vida en prisión que me espera —Interrumpe Louis con total cinismo.

—Ya que tomaste la palabra te voy a presentar —le responde Emily. —Recluso Louis Tomlinson, con matrícula 155204, fue condenado a cadena perpetua, sin derecho a fianza, ni a un segundo juicio, reducción de condena o cambio de institución, bajo los cargos de robo, asesinatos de primer grado, tener bajo su dominio armas ilegales y el secuestro del ciudadano Harry Styles.

—Lo último no es cierto y lo saben —vuelve a interrumpir Louis —. Estás aquí Harry, di la maldita verdad, di que no es cierto —exige con voz alterada.

Harry por su parte sigue con la mirada gacha, apenas respirando.

—Ese no es el punto Tomlinson, no alteres el orden o veras las consecuencias—dice una de las abogadas. —Por favor continua Emily.

—Gracias Mel, ahora como muestro en mis diapositivas mi queridísimo presidente cometió un error, que es bastante entendible, es un ser humano y cualquiera comete errores —justifica de una manera tan estúpida. —Como pueden ver, estas son algunas imágenes de las consecuencias de la decisión que tomó el presidente. Si bien, ya hemos salido a la prensa a aclarar que cuando se hicieron encuestas las estadísticas mostraron que menos de la mitad de la población se vacunaría, la gente sigue sin ceder.

—¿Y si fue así o realmente se gastó el dinero para la estatua del presidente? —preguntó educadamente un abogado, el chico que se encontraba sentado al lado de Harry.

—Liam, preguntas al final —dice otro abogado.

—Ahora, necesitamos una cortina de humo, ¿Qué es una cortina de humo?, pues es hacer algo que cause conmoción en el público, prácticamente cubrir fallas políticas o desvíos de la economía de un país, haciendo un escándalo para desviar la atención de la sociedad. 

—De manera que, ¿me sacaste de mi cómoda celda para exponerme una clase de tercero de secundaria?

—Ay ya, deja de interrumpirme, ya viene lo bueno —dice mientras pasa su diapositiva y aparece una foto de Louis —Aquí es donde entras tú, ¿Qué mejor cortina de humo que la fuga del ángel de la muerte de la cárcel? —termina su frase moviendo sus manos como si fuera un bufón terminando de decir un chiste.

—¿Qué? —pregunta Louis, riendo genuinamente —. ¿Y por qué mierda haría algo así? ¿me vas a matar? No creo que pueda haber peor condena que cadena perpetua, cariño.

—Ay no, claro que no, ¿por quién me tomas? —pregunta la mujer al tiempo en que se acerca a Harry y reposa las manos en sus hombros —A ti no, pero a tu pequeño amor sí.