Capítulo 42 - La cabaña

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Tipo de narrador: Omnisciente.

El sol salió lentamente en la ciudad mientras Ángela gemía en brazos de Erick.

Las cortinas grises del cuarto de chico estaban teñidas con la suave luz del amanecer que le permitieron ver los enormes ojos verdes con expresión lujuriosa en la cara de su novia.

El pelirrojo entraba y salía de ella con gran ímpetu y a su antojo. Una de las ventajas de la corta estatura de la castaña contra el tamaño del joven era que podía poseerla de todas formas como una muñeca. Esto al amante del control le fascinaba.

Ella mantuvo los ojos abiertos para convencerse de que era el mismo chico que la azotó aquella noche de Halloween, pero Erick mordió uno de sus pezones rosados haciéndola cerrar los ojos por inercia y chillar sin dejar de ensartarse en ella. Ángela perdió la cordura con las caricias profundas y la manera en la que el pelirrojo la tomaba, al punto de dejar de pensar y analizar ciertas diferencias que no debió pasar por alto.

El condón se llenó de fluidos después de que ambos alcanzaron el orgasmo y acto seguido Carter se levantó a tomar una ducha. Él nunca fue de arrumacos después de hacerlo, algo que Ángela fue descubriendo en las 3 semanas que tuvieron relaciones.

El tiempo juntos se les fue volando trayendo así la semana de vacaciones de Acción de Gracias que pasarían en compañía de sus amigos en la cabaña de la familia de Tamara para festejar el cumpleaños de Ángela.

Aprovechando la ausencia de su novio la castaña tomó su celular para avisar que no llegaría a la oficina. Cuando escuchó que la regadera se cerró, ella se incorporó también para tomar un baño. Solo vestida con la playera de su novio y bragas salió a la sala en busca de su maleta con ropa ya lista para el viaje.

Erick salió del baño con una toalla atada a su cintura, gotas todavía cayéndole por la espalda, y su característico cabello escarlata mojado y oscuro.

Todo un orgasmo visual.

Su novia devuelta en la habitación pasó a su lado y antes de meterse al baño se paró de puntitas para besarlo.

—Nena —anunció en modo de advertencias el joven cuando su novia acarició su trabajado abdomen muy cerca de su toalla — se nos hace tarde para vernos con los demás.

—¿Y si le avisamos que nos quedamos dormidos y llevamos poquito tarde?— preguntó la chica mordiéndose los labios de forma provocadora.

Erick era bueno con su autocontrol aunque a aquella chica de ojos verdes claramente le gustaba jugar con su compostura.

—Vamos a tener tiempo estos días, unas horas más no te van a matar— respondió dispuesto a irse a cambiar.

Ángela rodó los ojos con fastidio y se metió al baño. "Él se lo pierde", pensó mientras se desasía de las pocas prendas que traía encima sin preocuparse por cerrar la puerta y abrió la regadera bajo la atenta mirada del pelirrojo que no perdía la oportunidad de apreciar el cuerpo de su novia centímetro a centímetro.

El agua cayó sobre la cabellera castaña de Ángela cuando ya estuvo dentro. Pasó sus manos por su cuerpo deliberadamente, consciente que solo la fina y casi transparente cortina de baño la separa de su novio. Tomo el jabón y lo paso por su cuello, sus brazos, luego descendió por sus pechos jugando con ellos sensualmente... Cuando la cortina se abrió y Carter volvió a meterse a la ducha.

Ángela fingió sorpresa mientras por dentro estaba muy satisfecha consigo misma. Erick la tomó de la nuca besándola con urgencia y ella le correspondió siguiendo su hambriento gesto todavía con el jabón entre las manos.

Entre besos y engaños. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora