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ESCUELA SALVATORE.
actualidad.

¿Que sucede? —preguntó la adolescente viendo la imagen de su tío a través de su teléfono pues se encontraban en una videollamada.

—¿Con qué? —preguntó el castaño en su hogar, sentado en su cómodo sofá.

—Tienes esa clase de mirada que te delata cuando algo sucede. —acusó la adolescente en su habitación de la escuela.— ¿Que es lo qué pasa?

—Voy a ser sincero contigo, sobrina, porque creo que ya tienes edad suficiente para manejar ciertas cosas. —suspiró el hombre dramáticamente.— No lo sé, algo pasó pero nadie me ha dicho nada.

—¿Entonces como sabes que algo pasó? —preguntó frunciendo su ceño confundida.

—Uno, sigues en la escuela cuando es la semana libre. —apuntó acusadoramente a la cámara viendo a su sobrina rodar sus ojos.— Dos, cuando vives mil años con tu padre se vuelve un sexto sentido saber cuando pasa algo y Tres... —giró su cabeza como si estuviera asegurándose de estar solo, desesperando a su sobrina.— Rebekah me escribió preguntándome cosas raras.

—¿Que cosas? —preguntó ya convencida de que algo pasaba en su familia.

—Cuantos enemigos tenemos, si recordaba alguno vivo, cosas así. —alzó sus hombros confuso el hombre.— Como te dije, no me dicen nada.

—¿Has hablado con la tía Freya? —preguntó curiosa la adolescente y suspiró al ver a su tío negar.— Debemos averiguar que está pasando.

—Más importante, ¿por que sigues en la escuela? —preguntó Kol frunciendo su ceño.

—No lo sé, el profesor Saltzman dijo que mamá no podía venir por mi y no quiere que tome el autobús. —explicó distraídamente mientras tomaba asiento en la silla de su escritorio.

—Bueno, encuentra la forma de volver a casa, sobrina. —asintió el hombre junto a la menor.— Si tenemos a uno dentro, será más fácil descubrir que sucede mientras yo hablaré con mis hermanos.

—Esta bien, operación vuelta a casa en marcha. —rió la menor y finalmente ambos colgaron sonrientes.

Era la semana de vacaciones después de una temporada de exámenes, semana en la que los alumnos podían irse a sus casas o quedarse en la escuela y por lo general Hope siempre se iba a casa con su madre y tía pero justamente ese día lunes el director Saltzman la devolvió a su habitación diciendo que su madre no iba a poder venir por ella y que le había pedido que no tome el autobús a Nueva Orleans por precaución.

En un momento no le pareció extraño, sabía que su madre en ciertos aspectos era sobre protectora y los accidentes en autobuses eran muy concurridos, pero después de su llamada con su tío tenía razón, porque recordaba una vez en la que su madre no pudo ir por ella en vacaciones y en su lugar mando a Josh, sin decir que ella no le había hablado por teléfono o llamado para explicarle o decirle porqué no iba a ir por ella, por eso se le hacía un poco sospechoso y sumando con la intervención de sus tíos, algo olía mal.

Inmediatamente se puso a pensar en algún acto que logre su ida a casa inmediatamente o, mejor aún, se iría sola.

Esa tarde guardo en su mochila pocas cosas pues en su hogar aún tenía bastante de su ropa y sus pertenencias, por ahora solamente llevaba una muda de ropa, dinero y su teléfono. Espero a que la noche caiga y usando su magia logró pasar desapercibida hasta las afueras del recinto, y como si la persiguiera el diablo corrió hasta la parada de autobuses la cual la llevaría a Mystic Falls y de ahí tomaría un bus hasta Nueva Orleans, estaría viajando toda la noche así que se preparo mentalmente para tantas horas de soledad, aprovechando también de avisarle a su tío que ya iba de camino.






















NUEVA ORLEANS.
esa misma tarde...

La ciudad del Jazz parecía que nunca supo de aquel ataque en el bar más concurrido. Parecía como si este jamas hubiera ocurrido y sería así pero un pequeño grupo de sobrenaturales se encontraban viendo atentamente a cualquier persona que entrase al establecimiento.

—¿Alguno sabe como era físicamente? —preguntó la castaña de cabello corto.

—Josh dice que tenía el cabello negro, era alta y delgada. —habla ahora una rubia dando un vistazo a su alrededor.— Y tenía una mirada pesada.

—¿Y preguntó por Hope? —preguntó el moreno viendo a sus amigos quienes asintieron.— ¿Por que?

—Me encantaría saber. —suspiró la castaña mirando a su alrededor.

El pequeño grupo de amigos se encontraban sentados en aquel bar, esperando impacientemente a que aquella mujer haga acto de aparición otra vez, así juntos podrían detenerla, matarla o encerrarla.

—¿Soy yo o esa mujer que acaba de entrar es perfecta en la descripción de Josh? —preguntó el brujo viendo a la puerta.

Las tres cabezas restantes se giraron a mirar a la entrada del lugar donde una pelinegra acababa de entrar, esta al verlos voltear hacía ella sonrió ampliamente con un airé malévolo y se retiró del lugar apresuradamente.

Marcel fue el primero en levantarse para perseguir a aquella mujer, siendo secundado por Hayley y detrás ambos brujos.

Todos caminaban esquivando turistas y locales por la calle principal hasta meterse en lo que parecía ser una calle desierta y luego en un callejón sin salida. Ahí la desconocida los esperaba dándoles la espalda, como si contemplara la pared frente a ella.

—Estas atrapada, no tienes salida. —demandó Marcel a unos metros de ella y a sus espaldas los demás se preparaban para cualquier indicio de pelea.

—Solo queremos hablar. —habló ahora Hayley a un lado del moreno.

La pelinegra bajo su cabeza y se giró completamente, logrando enviar nervios ante su mirada tan pesada, como Josh la había descrito.

—¿Que haces aquí? —preguntó nuevamente la castaña.

—Las respuestas no son gratis. —habló por primera vez aquella mujer, mostrando un acento extraño pero atractivo y una sonrisa burlona.— Respuesta por respuesta.

Marcel y Hayley se dieron una corta mirada antes de asentir, estando medianamente de acuerdo ante lo solicitado por aquella mujer.

—¿Que haces aquí? —volvió a preguntar Hayley.

—Estoy en busca de algo. —respondió bajando levemente su sonrisa, paseando su mirada entre las cuatro personas, aspirando aquel aroma tan embriagador para ella en un intento por descubrir de donde provenía.— Mi turno, ¿donde esta Hope Mikaelson?

—¿Para que la buscas? —endureció su voz Marcel, enojado por su intento de búsqueda a aquella niña que quería como su hermana.

—No. —alzó su dedo índice moviéndolo de lado a lado en negación.— Respuesta por respuesta, ratonzuelo.

—Lejos de aquí. —respondió Hayley sintiendo temor y enojo por el nombramiento de su hija.

—Ahora, ¿para que la buscas? —siguió Marcel apretando sus puños listo para algún combate si era necesario.

—Ella tiene algo que necesito.

Tifón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora