Teoria evolutiva

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Esa mañana tenia un sabor agridulce.
Con su melena negra en el rostro, Yongsun se levantó de la cama sintiendo el peso de seguirle el ritmo a su Alfa toda la noche en sus caderas y espalda; sujetándose la espalda se incorporó de la cama, sintiendo el brazo de Moon abandonar su cuerpo y rebotar en peso muerto contra el colchón; caminó al baño de la habitación.

Su piel lucia radiante y tersa, ojos hinchados y mejillas rojas; unos cuantos cardenales en su cuello y debajo de ellos, varias heridas de desgarro que dejaban la forma intacta de mordiscos que arrancaban la piel hasta el músculo que empezaban a sanar.
Tomó de su botiquín un tarro de barro que contenía un ungüento aromático color verde y comenzó a ponerlo en los bordes de la herida, haciendo muecas de dolor en el camino.

Las mordidas de un Alfa imponiendo su autoridad no eran chiste después de todo; y ya lo había mencionado la noche anterior: Su destino fue nacer como Beta, así que en su naturaleza estaba existir para complacer a su Alfa... "su" Alfa.

Sus dedos dejaron de acariciar los bordes irritados de las heridas y suspiró. En tantos años, tantas décadas transcurridas desde que ella y ByulYi se conocían, e incluso si son los inmortales más compatibles existentes, jamás había conseguido que llegara a la impronta con ella.

Pasaron uno a uno sus celos de lobo adolescente a unos más adultos, hasta que ya tenerlos no significaban cambios en su vida... Y nada ocurría.

Salió del baño después de hacer uso de sus instalaciones y volvió a la cama. Acarició el cabello rojo de su Alfa en cama, viendo como apretaba su nariz y fruncia sus adorables mejillas.

-Ah, ese olor...- Abrió un ojo mirándola con molestia -¿Usaste el ungüento de tu madre?
-Si, ya sabes, ya no sano como antes, tengo que ir a trabajar
-No, no tienes que- Moon la agarró firme con su brazo de deteniendola contra la cama

Algunas décadas atrás sólo esa orden inocente habría sido suficiente para que Yongsun renunciase a su rutina por obedecer... Pero lo veía cada vez más claro... Entre más tiempo pasaban juntas, el dominio de Alfa de Moon sobre ella perdía más efecto, y eso la alejaba cada vez más de su soñada impronta que jamás ocurriría, lo sabía... Pero en algún lugar de su corazón albergaba la esperanza.

Quitó la mano de Moon de su regazo y se puso de pie hacia el closet a elegir su atuendo.
Moon abrió los ojos viéndola de espaldas en silencio eligiendo sus camisas.

Volvio a ver su mano... Ah, aun tenía algo del delicioso olor de la torpe cachorra del día anterior.
¿Quizás eso seguía molestandole a Yongsun?

-Irás de todos modos.
-Si, tengo compromisos
-Mmm... -Moon se incorporó -Como quieras

Se puso de pie de la cama y dejó la habitación. Llevaba el torso descubierto luciendo los mordiscos suaves y arañazos en su espalda como trofeo y un pantalón de pijama cubriendo sus piernas. Fue hasta el refrigerador y sacó una botella de agua.

-Buscaré a la chica- Dijo Yongsun desde la habitación

Un trago de agua se quedó en la garganta de Moon sin poder bajar. Finalmente lo pasó, volviendo en sus pasos a la habitación.

-Haz lo que quieras
-Eso hago- Yongsun volteó a verla -En cualquier caso, ya tu dominio no tiene efecto en mi

Moon la miró fijamente y Yongsun mantuvo la vista de esos ojos negros que comenzaban a hacerse amarillos; su cuello se dobló por reflejo y dejó de verla. Odiaba como sus genes la traicionaban cuando Moon decidía probar que aún tenía control sobre ella.

-Eso creí... -Murmuró Moonbyul tirándose a la cama
-Eres detestable a veces. Dices cosas preciosas, y a la mañana siguiente eres la misma hija de perra de siempre
-Ya sé...
-Ja...- Yongsun sonrió harta

Lady MoonStar ◇ ▪︎WheeByul▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora