CAPITULO 5 LA FIESTA

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Así pasó una semana y media (11 días). Robert empacó sus maletas, y todas las cosas que necesitaba, desde el día que le entregaron la carta, y un día antes del vuelo se durmió exageradamente temprano. Y al día siguiente ni le costó levantarse para ir a su vuelo.

Mientras Robert disfrutaba su gran vuelo hablaremos de Nicolás. A Nico, últimamente, no le ha ido bien. Con la muerte de su madre Nico tuvo que ir, de nuevo, con un psicólogo o un terapeuta. El que le ha ayudado mucho es un francés llamado monsieur calvin, pero le cobra demasiado y le ha costado casi todo su dinero que le dio su madre. La oficina de Monsieur Calvin está en el centro de la ciudad y, obviamente, siempre que va al centro, ve a demasiadas personas y eso le incomoda. Desde que su padre murió el pobre de Nico se ha vuelto antisocial, serio, tímido, ermitaño y antipático. Alejado de todos, Nico guardó un odio y rencor al mundo creyendo que todos son enemigos mortales y que nadie -además de su madre- se preocupa por él. Todo eso le ha dicho al psicólogo y hoy le dará su diagnóstico, unos antidepresivos y algunos consejos. Cada vez que anda caminando hacia la oficina del psicólogo; pasa por un pequeño parque. En ese parque siempre iba con su padre a jugar. Esa sensación, de regresar a un lugar al que había ido con una persona que ama y que ya no está; hizo que nuestro héroe llorara en silencio. Tantos recuerdos, tantas emociones, tantos sentimientos. Todos ellos, nunca se recuperarán porque están muertos al igual que su padre.

Cuando al fin llegó a la oficina del psicólogo, no lo pensó y tocó la puerta.

-adelante- dijo Monsieur Calvin a través de la puerta.

Nico, sin creerlo, abrió la puerta desesperado y nervioso. La oficina de Monsieur Calvin estaba repleta de estanterías con libros, (algunos en francés, otros en español, latín e Inglés) con un escritorio de caoba incluyendo con un poco de noval y enfrente había una gran ventana que se podía ver, casi, toda la ciudad.

-oh, Monsieur Harper, siéntese por favor- Monsieur Calvin era un hombre con pelo rubio oxidado, con un bigote a la mitad, un saco y un pantalón de mezclilla- es un bello día ¿no cree?

-sí, supongo-dijo desanimado y mintiendo el Sr. Harper.

-muy bien,-dijo Monsieur Calvin- seré franco con usted. Todos sus "événement" han sido desgracias y golpes bajos en su vida.

-Gracias por recordármelo-dijo sarcásticamente El Sr. Harper.

-y, "personne" por lo que diré por qué es "très" obvio, lamentablemente usted tiene...

- ¿qué?, ¿diabetes?, ¿VIH?, ¿Asma?, ¿Trastorno bipolar?, ¿Cáncer?- dijo Nico interrumpiendo y burlándose de nuevo del francés.

-¡No!- dijo Calvin con una mirada asesina- usted, Monsieur, tiene depresión.

Hubo una pausa de un segundo de silencio hasta que Nico comentó con una voz fría diciendo:

-¿Es en serio?.

-¿qué cosa?- Dijo confundido Monsieur Calvin.

-Tantas citas... tantos sermones y consejos... ! Para que usted me dijera que tengo Depresión!-gritó Nico furioso levantándose de la silla- ¿¡Acaso no sabe por lo que he pasado!?

-Pero, Monsieur...

-! No, no digas nada, he gastado casi todo el dinero que me dejo mi pobre madre para esto!, ¡me has ayudado lo "suficiente"!-Nico gritaba desesperadamente, tanto que hizo sacara unas lágrimas y que se le pusiera los ojos rojos- ¡Así que mejor cállese estúpido de mierda!

-! Oh, Monsieur!-dijo atónito Monsieur Calvin.

-! Adiós, Francesito!- dijo Nico furioso quejándose del mal servicio que ha tenido todos estos días.

El viaje de Nicolas Harpert y Robert Hopkins. "El inicio: El asesinato"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora