Mi vida como una chica

Cap 1 Un extraño despertar

Sergio se despertó poco a poco, la única ventana que había en el sótano dejaba pasar el sol dela mañana, un día casi perfecto para aprovechar el verano. Pero el chico sintió algo muy diferente en su cuerpo, sentía como respiraba diferente y como su cuerpo era distinto ¿La resaca? Se llevo la mano al rostro y sintió que tenia un mechón en el rostro. Ese mechón era extremadamente largo y su mano era mas pequeña y suave, con pequeñas y largas uñas. Se llevo las manos a la cara y se dio cuenta que su rostro era diferente, era suave y no tenia ni rastro de su piel rasposa por días sin afeitado. Asustado Sergio se levanto del sofá y sintió que su enorme pantalones se resbalaba por sus piernas, vio como tenia dos vueltos en el pecho y al tocarlos se dio cuenta que eran pechos. Levanto su mirada y se vio reflejado en un espejo que tenían guardado en el sótano, descubrió lo que había pasado. Sin creerlo se acerco al espejo y acaricio su reflejo, se toco el rostro.

-Joder soy una mujer, pero que coño.....

Se toco los pechos, se poso las manos en la cintura y con miedo miro por dentro de sus calzoncillos, intento gritar y se tapo la boca. No estaba aquello que le hacia un hombre entre sus piernas. Comenzó a pensar y recordó en la formula de Ann, ella sabría lo que había pasado.

Leo se despertó con una sonrisa en los labios al escuchar el sonido del timbre de la puerta, al mirar el despertador supo que era Ann y que habían quedado a esa hora. Su novia subiría a su cuarto y le despertaría con un beso. Entre las sabanas se sentía diferente y no sabia lo que podría ser, podría ser las cervezas que tomo?

Ann al abrir la puerta de la habitación vio a Leo tapado por las sabanas, la chica se acerco lentamente a el sin hacer ningún ruido ya que quería despertarle con mucho cariño. Se sentó a su lado y poco a poco fue tirando de la sabanas, poco a poco fue descubriendo lo que escondían las sabanas. Leo sonrió al sentir aquello, sonrió al ver la luz del día y el rostro de Ann. Pero no contaba con el rostro de sorpresa y miedo de ella:

-¿Quien eres tu?