1

171 37 9
                                    

El sonido de la alarma no lo despertó.

En cambio, unas sacudidas a su hombro y una voz aguda en su oído fueron lo que le hicieron abrir sus ojos lentamente.

Lo primero que vio fue el rostro de un niño que parecía sacado de un cuento de hadas con el ceño fruncido.

—¡Junjun! ¡Despierta! ¡Se me hace tarde para ir a la escuela!

—¿Uh? —Parpadeó perezosamente, aún siendo sacudido por el niño, tratando de quitarse el sueño.

¿En qué momento se había despertado? El niño dormía a su lado puesto que en su pequeño departamento sólo había una habitación. No lo sintió moverse, pero de nuevo, Minghao era un niño demasiado tranquilo para su edad. Aunque a veces podía ser un torbellino si quería.

—Haohao, espera, ¿qué horas son? —¿Se había saltado la alarma? No, la había puesto a la hora adecuada para no perderse el primer día de clases de Minghao.

—¡Pero Junjun!

El mayor soltó un suspiro y se quitó las sábanas de encima. Minghao ya tenía el uniforme en el antebrazo, pero seguía en pijama y con el cabello castaño por sin ningún lado.

Jun se sentó en la cama y le sonrió a Minghao, para revisar la hora en su celular y suspirar otra vez. Aún faltaban dos horas para que su alarma sonara.

Sonrió cansadamente y optó por revolver el cabello del niño y salir de la cama. De verdad estaba emocionado, tanto así que no quería perderse su primer día de clases y lo había despertado muy temprano. Pero Jun no se quejó.

—Okey, Haohao, estás muy lleno de energía, ¿pudiste dormir en la noche? —Colocó los pies descalzos sobre el frío suelo y se puso de pie para proceder a arreglar la cama.

—¡Nada nadita! Tengo nervios porque es mi primer día de clases. La escuela es divertida, ¿verdad, Junjun?

—Sí, la escuela es divertida y vas a aprender muchas cosas, pero tienes que dormir mínimo diez horas diarias, eres un niño.

El pequeño le ayudó acomodando las almohadas y su peluche de Kermit el cuál fielmente lo acompañaba desde siempre.

—¡Quiero aprender mucho y...! —Se detuvo a media oración. Jun lo miró con curiosidad, mientras caminaba al único baño del departamento, con su propio uniforme en la mano.

—¿Qué pasa, Haohao?

Minghao lo acompañó, mientras veía a Junhui quitándose su pijama y él hacía lo mismo.

—Es que... No sé cómo hacer amigos —dijo, con tono triste y apenado.

Junhui, ayudándole a desabotonar su camisa, en cuclillas frente a él, le sonrió suavemente. —No te preocupes por eso, estoy seguro de que vas a hacer amigos porque eres un niño muy carismático y lindo —Le volvió a revolver el cabello—. Mi xiao Haohao es irresistible, todo saldrá bien, pequeño.

Minghao miró a Junhui aún con el puchero, pero luego asintió, más animado con las palabras del mayor.

—¿Y tú, Jun? Nunca he conocido a tus amigos.

El mayor le quitó toda la ropa y abrió la regadera, esperando a que el agua saliera caliente para meterse a bañar juntos.

A pesar de ser un niño de 7 años y Junhui tener 17 años, eran hermanos. Eran la única familia que se tenían.

Junhui sonrió, guardando cualquier gesto que denotara tristeza. No le podía decir a Minghao que él no tenía tiempo para tener amigos. No desde que toda su responsabilidad era cuidarlo a él.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 25 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Of the Same Coin (WonHui)Where stories live. Discover now