— Yo creo que eres bueno.— Es porque no me conoces.
El australiano, que en ese entonces tenía once años, se balanceaba con calma en el columpio, mientras el chico de doce años empezaba a disminuir la euforia con la que se balanceaba para poder hablar mejor con su amigo.
— No eres malo, James, solo eres diferente.
El mencionado miró con una sonrisa a su amigo, llevaban cinco meses de comunicación y adoraba con todo su ser a HanJin. Él era un niño que lo entendía y, sino, al menos lo intentaba, pero no lo juzgaba; claro, no sabía la historia completa, pero tenía pena de decírselo y que sintiera lástima. James no quería perder su amistad con él.
Luego de una tarde en el parque, la madre de HanJin le avisaba que debían irse; entonces, ambos niños se despedían y James regresaba a su trabajo, pero eso no significaba que estaba orgulloso de lo que hacía.
Habían pasado dos años desde que Kai llegó a Matryoshka, y verlo ahí cada día le hacía caer mayor culpa de todo lo que hace, pero no podía cambiar su vida, sino acabaría trabajando ahí como los demás, y ya había sufrido demasiado como para caer en eso. Él necesitaba sobrevivir.
— Te traje una flor.
James se subió a la cama de Elizabeth. La mujer descansaba luego de una noche de abusos, de la cual el niño no era totalmente consciente. James solo sabía que ella debía servir mesas, pero no fue hasta los trece años que supo lo que realmente sucedía cuando la chica debía ingresar a la habitación privada.
La mujer le dedicó una sonrisa mientras tomaba la magnolia blanca que James le había comprado. Olfateó la flor y la dejó en el mueble junto a su cama antes de levantarse, diciendo que le prepararía algo de comer.
La vida de James había sido dura desde que nació, pero nada se comparaba al dolor que sintió en el momento en el que una parte de él murió.
Fue un 23 de diciembre cuando James se despidió de HanJin.
El niño castaño corrió hasta su mamá, y James aprovechó su tiempo para sacar el walkie talkie que le habían dado. Ese día, tenía trabajo en terreno; le habían ordenado atraer a un niño de último minuto, porque el hijo de un político en ascenso necesitaba un trasplante para esa semana.
Ya tenía la descripción del niño; cada lunes iba con sus padres al parque a comer helado, así que ahora solo debía esperar. Era simple: debía atraerlo con una falsa atracción, nada nuevo.
Pero HanJin regresó con una caja de regalo.
— ¡James! Olvidé darte esto.
El chico estaba confundido, pero tomó la caja entre sus manos y, ante la emocionada mirada del mayor, la abrió, sintiendo como su estómago daba vueltas mientras juraba que su corazón saldría por su boca.
Ahí había un conejo de peluche.
— Dijiste que no solías celebrar navidad... — comentó HanJin — Creí que era muy triste; todos los niños merecen un regalo de navidad, tal vez no sea lo que esperarías, pero, cuando lo vi, se me hizo muy lindo. Creo que luces como un lobo, pero por dentro eres como ese conejo, solo necesitas comprensión.
James estaba haciendo lo posible por no ponerse a llorar ahí mismo. Sentía una emoción extraña adueñarse de su cuerpo, como cuando recibía un golpe, pero no era dolor; era algo más y lo estaba molestando, porque sentía una enorme presión en su pecho. Las comisuras de sus labios querían elevarse, era la primera vez que experimentaba la felicidad y él no lo sabía ni lo supo jamás.
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Rubatosis « YeonBin┇SooJun »
Fanfiction"Estaba tan acostumbrado a ver anuncios sobre chicos desaparecidos, que nunca esperó ver uno suyo." YeonJun ha muerto, pero él no sabe cómo ni porqué. Su último recuerdo fue haber despedido a un amigo en la parada de autobús y ahora no puede ir al c...