CAPITULO 1 EL ENCUENTRO

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La aldea Ciell, un pequeño poblado en donde convivían humanos con therrols, se encontraba ubicada en la zona Gralbi, la cual limitaba con las regiones Zamon por el sur y la región Epril por el este. Entrando el verano se celebraban las fiestas anuales, fecha en la cual miles de aldeanos se reunían a celebrar el sol naciente de Amalac, antigua tradición que nació desde la fundación de la aldea. Llamada así por el hecho de que al quinto día del nuevo año los primeros rayos del sol caían directamente en los ojos de la estatuilla de Amalac, fundador de la aldea Ciell, según los aldeanos los ojos logran abrirse en un par de segundos y trae al que los ve mucha prosperidad. Por esa razón la aldea desde el primer día del nuevo año celebra sin parar hasta ese acontecimiento que de hecho atraía a muchos extranjeros.  El día de festejo todos los aldeanos se reunieron en la plaza central, y la matriarca, alta representante de la aldea, la sra. Irlas  subió a una tarima de madera e hizo un esfuerzo en su voz para informarles a todos  la primera actividad que iban a realizar, la cual comprendía de una competencia en donde participaban los hombres que fuesen buenos cazando en el bosque.

         ­   __¡Tendrán que cazar loncillos en el bosque y el que capture más hasta el medio día será el ganador de cincuenta monedas de oro!__Informó la matriarca. La muchedumbre respondieron con gritos de elogios a los participantes.

               Deigon, un muchacho labrador, bueno y amoroso con su padre y sus dos hermanos menores, Lui y Moard. Decidió inscribirse en la competencia.

             __¿Lui, pero qué se necesita para entrar en la competencia?__Preguntó Deigon.

                __Solo un arco y un saco para que metas los loncillos; Deigon te pido que atrapes los loncillos más gordos para comérmelos asados__Dijo Lui tocándose la barriga.

             __¿Y cuál es el premio? __volvió a preguntar Deigon más interesado.

            __Bueno son cincuenta monedas de oro, es decir, el triple de lo que ganamos mensual__contestó Moard con los ojos tan redondos como dos platos.

             __Esta bien, entraré en la competencia__terminó diciendo Deigon cogiendo su arco y el carcaj de flechas.

              __¡Buena suerte hijo!__le dijo su padre sentado en su antigua y ruidosa mecedora de color café__Y por favor ten cuidado en el bosque recuerda que hay muchos peligros allí adentro, sé cuidadoso.

            __Descuida papá créeme que saldré con vida de esto__Le respondió confiadamente Deigón con una sonrisa de par en par. 

            Deigon se inscribió y al cabo de un momento la matriarca subió de nuevo a la tarima y dio la orden para que se prepararan los competidores y así dar inicio a la actividad. Deigon entre la multitud se sentía un poco abrumado al ver a su alrededor a decenas de hombres armados hasta los dientes, y todos con la meta de ganar, pero se sentía confiado al ver que sus hermanos lo apoyaban.

              __¡Preparados, listos ¡¡EMPIECEN!!

        Un cañón retumbo en medio del silencio y todos los competidores salieron corriendo hacia el bosque inmenso de la aldea, con los arcos cargados,  Deigon se internó en lo más profundo, corría deprisa notando que los otros cazadores se dispersaron a toda velocidad, el lugar estaba oscuro, los árboles no dejaban pasar ningún rayo de luz, y ahora caminando sin hacer tanto ruido, avanzaba, sabía que los loncillos eran muy veloces; con su arco preparado y sus ojos pendiente de cualquier movimiento, cada vez se adentraba más. El aire se volvió más húmedo y la visión se hacia un poco más difícil por la escasa luz entre los árboles. De pronto vio una madriguera de loncillos y se preparó, ya que podrían haber uno rondando cerca de la guarida, y de hecho era la hora en que solían salir a comer el pasto verde del bosque; sin embargo aguardó en silencio entra los arbustos, solo escuchaba su respiración y su corazón latir, de repente escuchó un ruido entre los arbustos, de inmediato apuntó con su arco, en ese momento salió el veloz animal hacia su cueva, Deigon disparó pero era muy rápido y no logró darle, la flecha quedó incrustada en el suelo tambaleante, mientras que el escurridizo animal se internó hasta lo más profundo de la cuevilla.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2015 ⏰

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Azckar y los cuatro cristalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora