(12 - temporada dos)

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KUSUO SAIKI
(capitulo editado)

Miró hacia afuera por el espacio de la puerta casi cerrada.

- ¿Qué clase sigue ahora?

- Labores del hogar.

- ¿Esa clase existe? - pregunto extrañada.

- Supongo - respondí, abrazando su cuerpo por detrás, hundiendo mi cara en su cuello.

- Estás muy pegadito hoy, ¿te sientes bien? - cuestionó, tomando mis manos entre las suyas.

- Si - respondí, haciendo caricias en su cuello con la punta de mi nariz.

- Entonces nada más estás pegado a mi porque si, ¿no?

- Hoy te ves bonita - murmuré contra su cuello.

Estúpida vulnerabilidad que ella me da.

- Yo siempre me veo bonita - ronroneó con diversión.

- Lo se.

Me siento muy... raro.

- ¿Se activó tu poder hormonal o algo así? - bromeó, girando su cara para besarme.

- No lo sé - respondí, al terminar el beso - supongo que sí - baje la cabeza, evitando su mirada.

¿Estoy sintiendo vergüenza? ¿yo?

- Que no te de pena - tomo mi cara entre sus manos - es algo normal, estamos en la edad.

- Lo se - sonreí levemente, justo cuando el timbre sonó, indicando el inicio de otra clase.

- Ya debemos irnos - murmuró, inconscientemente hundí mi cara en su cuello, de nuevo.

Yare yare, no tengo autocontrol de mi propio cuerpo.

- Deberíamos irnos - apoyé su comentario, dejando un beso en su cuello.

- Si - ronroneó - deberíamos de irnos.

- Ajá - tome si cintura.

- ¿Cinco minutos? - pregunto, jalando de mi corbata para besarme.

- Cinco minutos - afirmé.

(...)

OPHELIA ANDERSON

- ¡En la clase de hoy vamos a preparar crepas! - exclamé con emoción, levantando un puño en forma de victoria.

- Oye - me llamo Toritsuka - un fantasma me dijo que estabas junto a Saiki - susurró lo último, moviendo las cejas de arriba a abajo.

- No empieces con tus comentarios de virgen - alegue, girando los ojos con fastidió.

- Para tu información, ya le tome la mano a una chica - comentó, moviendo el dedo con cada palabra.

- ¿En serio? - pregunté fingiendo sorpresa - creí que nadie se te acercaba.

- Eso es porque las personas no están a mi nivel - se defendió, sonando engreído.

- Tienes razón en eso - abrí una bolsa de harina - las personas están a un nivel superior al tuyo.

Abrió la boca completamente ofendido, llevándose una mano al pecho de la misma manera.

- ¡Saiki, tu novia me está molestando! - exclamó demasiado alto, pues todos nos miraron.

Le pegue un zape, sonriendo con incomodidad ante las miradas de todos.

- No seas chillón - le susurré, ganando quejas de su parte.

- ¡Ustedes dos! - nos llamó la atención el entrenador - ¡serán pareja de trabajo, veo que se llevan bien!

- Está bien - terminamos por aceptar ambos.

El entrenador nos dejó de lado cuando Kaido hizo explotar un microondas junto a Hairo.

- ¿Crepas dulces o crepas saladas? - preguntó Toritsuka, mirando a una chica pasar.

Kusuo me miró, pidiendo ayuda con la mirada.

- Dulces - respondí con una sonrisa inocente.

(...)

KUSUO SAIKI

- Tienes que ayudarme a hacer las crepas - sentenció ella - sino no comes.

- Me parece bien.

La clase ya se había terminado, por eso éramos los únicos en el aula.

- ¿Cuánta harina es suficiente? - pregunto.

Tome un puño de harina, lo eche en la mezcla.

Ella me miró incrédula, tomando un puño de harina para después echarlo en mi cara.

- Tienes razón, con esa harina es suficiente  - comentó con ironía.

- Lo se - respondí, echando harina en su cara.

- ¿Ah, si? - tomo otro pilo de harina, echándolo en mi cabeza - oh, se me hace que te cayó la nevada.

- Tonta - murmuré, tomándola de la nuca para besarla.

- Así te gustó - murmuró de vuelta, enredando sus brazos en mi cuello.

Mis manos viajaron a su cintura, levantando su cuerpo para subirla en la encimera.

Me adentre en medio de sus piernas, ella soltó una risita.

- El lado oscuro de Saiki Kusuo - bromeó.

- Cállate - ordené, dando un paso hacia atrás.

Pegó un salto, abrazándome por los hombros.

- Siempre me hablas bien feo - hizo drama, fingiendo llorar - me voy a conseguir a un novio que sí me hable bonito.

- Yo no te hablo feo.

- De pasada me consigo un novio musculoso - lo pensó por un momento - que tenga un perrito de preferencia.

- Oye - murmuré, con intenciones de que su teatro terminará.

- Que le guste ver películas conmigo - continúo enumerando - de bichos gigantes de preferencia.

- Ophelia - advertí, mirándola con los ojos entrecerrados.

Se tiró hacia atrás, suspirando con fuerza.

- También uno que sepa bailar - me miró de reojo - con eso me refiero a que no parezca un bolillo duro.

La jale hacia mi con fuerza, soltó un chillido de la sorpresa.

- ¿No te cansas de decir tantas idioteces? - cuestioné amenazante.

- Noup - respondió, con burla señaló algo - se te está quemando esa crepa.

- No es mía, es tuya - me crucé de brazos.

- De hecho no, porque yo no me la voy a comer - se burló, imitando mi gesto.

Me apresure a revisar el estado de mi crepa, apague la flama de la estufa.

Yare yare, se quemó:(

OPHELIA | Saiki Kusuo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora