Parte II

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Paige

   Lunes

     Hoy no había asistido a la universidad, y de seguro mi madre pega un grito al cielo si lo supiera. Preferí quedarme en mi apartamento y poner un poco mi vida en orden; hice limpieza a fondo y me deshice de un cosas sin sentido que llevaba guardadas desde hace dos años; me consentí un poco al ponerme mascarillas en el rostro y me di un baño placentero en la bañera; pedí pizza a un restaurante cercano y mientras venían, prepare un maratón de pelis en el salón con una pijama bastante calentita.

     Olvidaba cuando fue la ultima vez que hice algo así, creo que fue antes de que Caleb se viniera aquí a vivir conmigo. O sea, hace un año y medio. 

     Me sorprende lo rápido que pasa el tiempo y como fui tan tonta al dejar que la opinión de Caleb me hiciera dejar de hacer las cosas que me gustaban; por ejemplo, me gustaba irme en la mañanas caminando a la universidad, podía disfrutar de ver el amanecer y de respirar aire fresco, pero con su llegada, se empeño en llevarme en su coche todos los días.

     Prefiero dejar de pensar en mi ex y comienzo a reproducir Querido John, no ha empezado bien la peli cuando tocan a la puerta, le doy pausa y me levanto. Atiendo al chico deprisa y me siento nuevamente a ver la película.

     Voy por mi tercer trozo de pizza y escucho el repiqueteo de mi teléfono en la mesita que tengo enfrente del sofá grande. Contesto sin ver el remitente.

—Hola— dice la voz del otro lado y me doy cuenta que se trata de Shane, por el tono rasposo de su voz.

—¿Como estas?— pregunto.

—Muy bien, pensando en irme ya a la cama ¿Y tú cómo éstas?

—Estoy viendo Querido John.

Ah, las horribles películas cursis.

—No son tan malas— espeto.

—Si lo son, pero no estas preparada para tener esta conversación.

—¿Quien lo dice?

     Le di un mordisco a la pizza y una sonrisa se formo en mi rostro, era una idea descabellada, pero si Shane decía que sí, lo sería aún más.

—¿Te gustaría ver la película conmigo?— pregunté.

—Es algo tarde para salir.

—No es necesario que vengas, te haré una video llamada.

     Busque un buen sitio para dejar el móvil y que se viera toda la pantalla del plasma, de manera que Shane logrará ver.

     Esa noche, ambos nos dormimos en la madrugada viendo películas, y aunque no estuviéramos al lado del otro, igual sentía su presencia. Shane me hizo reír cada que veía algo que no era de su agrado; descubrí que no es fan de lo romántico, pero me conmovía que lo hiciera por mí.

     El pelinegro no dejaba de sorprenderme en ningún momento.

     Martes

     Iba por la calle caminando con los cascos puestos, llevaba rato escuchando una canción y no lograba recordar el titulo o quien la cantaba, de esa manera me distraía un poco.

     Hasta que la canción fue interrumpida por el tono de una llamada.

—Hola— dije.

—Nos vemos en Java Lava en 10 minutos.

     La voz de Shane estaba agitada y no me dio tiempo de responder cuando caí en cuenta de que había colgado. Eran pasadas de las nueve de la noche e iba de camino a mi apartamento, pero al parecer iba a tener que desviarme al lugar que había indicado el rubio.

Cuando te conocí ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora