𝙝𝙪𝙧𝙩 𝙗𝙮 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙮. [𝑐𝑜𝑜𝑘𝑖𝑒 𝑟𝑢𝑛 𝑜𝑐.]

[1] «𝗶𝗻𝗳𝗮𝗻𝘁𝗶𝗹.»

«'You look like death,' he said, brows furrowed with concern»

La casa de los Vanilla era una hermosa mansion en medio de una colina.  Al mirar por las ventanas, podia verse un pueblo a las lejanias, que se conocia como «Deviltown» por haber sido uno de los mayores lugares ocupados por crimenes.

Vanilla Macciato, la dueña de la casa, era una mujer esbelta de piernas largas, tez tostada y cabellos de color amarillo, que fluian despeinados como si de café se tratase. De personalidad era avariciosa, y desde pequeña, siempre que habia luchado por algo, siempre habia conseguido lo que queria. Debido a que nacio en una casa de alta clase, aprendió 3 idiomas, y a tocar dos instrumentos, la flauta y el oboe.

Su marido, Chocolate milkshake cookie, era un hombre de cabellos medios de color marron ceniza, punzante como las esquinas de un papel. Tenia un bigote bien cuidado, aunque no se podia decir lo mismo de la horrorosa perilla de su barba. Cada tarde a las seis, se sentaba en su balcon a tomarse un vaso de licor mientras contemplaba las vistas, acompañadas por la radio. El señor Vanilla era un hombre mal educado de baja clase, era un vasto, un bruto. Pero, ¿Que se puede hacer cuando uno cae bajo las horribles garras del amor?.

Ambos se casaron, debido a que antes de contraer matrimonio, tuvieron relaciones, lo cual llevo a un embarazo por parte de la mujer. Esto obligo a ambos a contraer matrimonio.

Al poco tiempo, nacio el esperado heredero de la casa Vanilla. Pero pronto estaria por dejar caer al matrimonio a la miseria, pues el bebe era una niña, una hermosa y saludable niña.

"Esta usted seguro, Doctor?" Dijo el hombre, apunto de entrar en colera.

El esperaba un niño como les dijo el doctor en la ultima revision. Su enfado no tuvo sentido ninguno.

"Chocolate. Comportate, estamos en un hospital, un espacio publico. ¿Que importa el genero de nuestro descendiente? Le amamos, es nuestra hija."

"Oh no. No lo es. Yo ME NIEGO a lidiar con una niña como descenciente, ¿Me oyes?." Y esas fueron las ultimas palabras del hombre antes de salir por la puerta.

Chocolate Vanilla creció, al igual que su madre, en un entorno de buena clase, por lo que nunca le falto de nada. Aprendio cinco idiomas, y también a tocar el violonchelo.

Chocolate Vanilla amaba a su familia, y respetaba a los criados como si de sus hermanos o superiores se tratase. Su madre le devolvia el afecto de la manera mas hermosa posible, abrazos y besos. El amor de su madre la completaba mas que el de su padre, el cual le hacia caso omiso. Este observaba de lejos la relacion de ambas mientras crecian.

Al menos, hasta un dia.

"Papa, ¿Puedo pasar?" dijo la menor, en la puerta del comedor.

"Mhm." Respondio este, bajando la vista del periodico diario.

"He buscado a mama por todas partes. ¿Tienes alguna idea de donde puede estar?" Dijo ella, con un papel en mano, el cual transparentaba unos garabatos mal hechos, debido a su edad.

El hombre apago el puro en su cenicero y le soplo el humo a la cara de su hija.

"Tu madre no esta."

"¿Eh?"

"La he encerrado en una habitacion."

"¿Por que le harias eso a mama, papa? Ella no se ha portado mal." Dijo la niña, mirando el dibujo.

"Oh cielo, ella no se ha portado mal. Has sido tu."

La niña alzo la vista a su padre. ¿Como se habia podido portar mal ella? Tan pequeña, tan amable y tan bonita. Que limpiaba la pobre las cocinas con las sirvientas que le vestian cada mañana. Que ayudaba la pobre al jardinero, cuando mas lo necesitaba el. Que se quedaba la pobre en su cuarto cuando habia fiestas de alta auguria.

"Veras, choconilla." Dijo su padre. "Lo que pasa es que has estado mucho tiempo con mama." Dijo el poniendose a su altura.

"Pero es por que la quiero." Dijo ella replicante.

"Mi amor. Ella no piensa lo mismo, ella... Te desprecia." Las palabras de su padre hicieron que esta saltara a llorar.

"Mama... me odia...?".

"Ay si, mucho cielo." Dijo el levantandose con una sonrisa maliciosa, agarrando el dibujo de la niña, lanzandolo a la hoguera.

"PAPA!!" Dijo esta yendo a la hoguera viendo el dibujo arder.

"Cariño, eres demasiado infantil."

Y dicho eso, el se fue.

Y desde ese dia, forjadas como el fuego se quedaron las palabras de su padre en la cabeza.

«𝗶𝗻𝗳𝗮𝗻𝘁𝗶𝗹»

«𝗲𝗿𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗺𝗮𝘀𝗶𝗮𝗱𝗼 𝗶𝗻𝗳𝗮𝗻𝘁𝗶𝗹»

«𝗶𝗻𝗳𝗮𝗻𝘁𝗶𝗹»

«𝗦𝗶, 𝗲𝘀𝗼 𝗲𝘀 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗿𝗲𝘀.»

  «𝗶𝗻𝗳𝗮𝗻𝘁𝗶𝗹.»