Cuando te conocí ✔

Parte IV

Paige

 

     Luego de que Shane se fue, me dispuse a ordenar mi habitación y a pensar en la noche anterior.

     Me sentía feliz, y hacia mucho tiempo que eso no pasaba. Todo había sido tan bonito y tierno, ni siquiera con Caleb me había sentido de esa forma, o al menos me sentí así al inicio de nuestra relación, ya luego las cosas se fueron enfriando y cada quien terminaba durmiendo en cada una de las esquinas de la cama.

     Shane apareció en mi vida en un momento contradictorio y problemático, pero igual me di cuenta de lo que siento por él, es algo más que sólo pasar el rato, quiero conocerlo y formar parte de su vida. Si él me lo permite claro.

     Me siento en la cama y busco en el móvil el contacto de Caleb.

     Cuestiono varias veces conmigo misma lo que voy a hacer, pero estoy segura de que es lo mejor para yo poder avanzar y seguir con lo que quiero tener con el pelinegro.

     Marco el número de Caleb y llegó a pensar que no atenderá la llamada, aunque me sorprendo que al tercer tono. Escucho su voz del otro lado del teléfono.

—¿Paige?

—Necesito hablar contigo.

     Shane

    

     Al salir a casa de Paige, voy a la mía. Espero que mis padres no estén por que sino me voy a llevar un gran problema por no llegar anoche a casa.

     Estoy lo suficientemente grande como para aún vivir con mis padres, pero cuando tienes un papá alcohólico, sabes que tendrás que hacerte cargo de todas las cosas del hogar.

     Al abrir la puerta de casa la primera que sale a verme es mi hermanita pequeña, Amy, enreda sus brazos en mis piernas y para tener 7 años, parece una niña de 5, la alzó en mis brazos y se me retuerce el alma de saber que está tan flaca que pueda alzarla sin ningún problema.

     En el salón está Trevor, él tiene 15 y es el mayor de mis problemas, esta comenzando la adolescencia y siempre tengo que encargarme de que no se meta en problemas por culpa de sus amigos.

—¿Dónde está mamá?— le preguntó.

—Fue a la casa de la señora Hilda, la llamaron esta mañana diciéndole que la necesitaban.

     Esas palabras me alivian, al menos fue a limpiar una casa de familia, y no está persiguiendo a mi padre para que le de dinero, como siempre hace.

—¿Ya desayunaron?

—Comimos cereales con leche— responde Amy, con una sonrisa en el rostro.

     Hace ya varios días que lo único que comen es cereal, como mi tiempo en casa es bastante corto, debido a mis dos empleos, mi mamá está trabajando y mi padre no se preocupa ni por ellos, sé que estarán cansados de eso.

—Anden, busquen un abrigo, iremos a comer algo fuera.

     Amy sale corriendo encantada al piso de arriba y Trevor me mira con el ceño fruncido.

—¿De dónde sacaste dinero?

—Para eso trabajo tonto, ve a buscar tu chaqueta, es hora de irnos.

     Le restriego el cabello con las manos y mi hermano huye al segundo piso, detesta que le haga eso.

     Paige