Luego de las agotadoras horas en la facultad, Jung Jaehyun se encontraba camino a casa. Cansado y por completo agotado de leer y escribir, principalmente de anotar todo tipo de cosas, lo primero que haría al llegar sin dudas alguna sería acostarse en su cómoda cama y tal vez dormir una larga siesta.
Con la música sonando a tope en sus auriculares, concentrado en llegar pronto a su hogar, Jaehyun no se percató del pequeño cachorro que lo seguía desde que había salido de sus clases en la facultad.
El tierno y peludo animalito saltaba mientras su colita se movía de un lado a otro emocionado, el can estaba feliz siguiendo al chico de aroma a naranjas, tan contento estaba que por un momento casi pierde de vista al muchacho pero por suerte lo encontró rápido.
Jaehyun se encontraba ingresando a su casa cuando se percató de la presencia del pequeño caniche café. Por un momento quedó congelado ante la penetrante mirada que aquel animal le dirigía, extraño, el perrito no dejaba quieta su colita y cualquier movimiento que el rubio hacia el peludo igual.
— ¿Te perdiste amiguito?, mhm.. no tienes placa. — en el momento en que Jaehyun se agachó para ver más de cerca al pequeño, el cachorrito salto a sus brazos.
Cuando el perrito dejo de lamerle la cara, Jung colocó al cachorro en el suelo y se enderezó hasta pararse.
— Espera aquí. — dijo e ingreso a su casa dejando al animalito esperando en la puerta de la casa.
Al ver que el chico no salía, el can de color café se entristeció, parecía ser que no volvería a abrir la puerta, tal vez y no era de su agrado. La colita y sus orejitas descendieron hasta quedar como un perrito muy muy triste.
Cuando se estaba por levantar para irse, la puerta se abrió y el chico de cabellos dorados salió, y junto el tenia un tazón con comida.
— Vamos, Taeyong, entra.
El caniche de pelaje café
no tardo mucho para luego salir corriendo y adentrarse al hogar del chino al ver la aprobación de Jaehyun, ahora si estaba mucho mas feliz.
Ahora tenia un nombre, un bonito nombre, "Taeyong" lo había llamado aquel lindo chico con un rico aroma a naranjas, ahora se llamaba Taeyong y su dueño era la persona mas bonita y buena en el mundo.<( ̄︶ ̄)>
La mañana llego, Jaehyun dormía plácidamente disfrutando el despertar tarde, gracias a las vacaciones. Pero Taeyong no sabia de ello, como acostumbraba a hacer se coloco cerca de la cara de su dueño y con sus pequeñas patitas intentaba despertarlo.
Por un momento el cachorrito creyó que había logrado despertar a su dueño, pero no fue así, Jung solo se había dado la vuelta, dándole la espalda al can.
— ¿Que sucede pequeño? — pregunto aun adormilado, mientras acariciaba las orejitas del animal.
Taeyong reaccionando a los mimos del mayor, felizmente comenzó a mover su pequeña colita. Cuando la mano de Jung paso cerca de su hocico el cachorrito la lamió llenándola de su saliva.
Así es como el animalito marcaba a Jaehyun como de su propiedad, ya que la primera vez que lo hizo con su orina fue castigado y mandado al jardín a reflexionar. Lo hizo por que cuando Jaehyun llegaba de la calle, el rubio olía a gato y Taeyong odia los gatos.
— ¿Tienes hambre, Yongie?, ¿sip?, yo también. — acarició las orejitas del can. Taeyong reaccionando ante los mimos del rubio se tiro panza para arriba dejando que Jaehyun lo acariciara allí.Luego de seguir por un tiempo mas echados en la cama, Jaehyun se preparó para salir a correr como hacia todos los sábados y domingos en las mañanas. Pero ahora que estaba de vacaciones podía hacerlo quizá todos los días.