Accidentalmente enamorado

Accidentally in love

En la ventana de un tercer edificio, justo detrás del cristal recubierto desde afuera por gotas de rocío, un chico resoplaba por quinta vez con la mirada perdida en algún punto fijo de la avenida atestada por el tráfico. Era temprano en la mañana, siete de la mañana de hecho.

Eren nunca se consideró así mismo como una persona madrugadora, pero ahora mismo el insomnio de la noche y la última conversación por teléfono con su mejor amiga antes de ir a dormir, lo sacaron inmediatamente de la cama cuando los rayos del sol apenas se colaron por las rendijas de la persiana de su habitación. Así es como ahora se encontraba empañando el vidrio de la ventana con cada suspiro de cansancio que emanaba cada vez que pensaba sobre aquel asunto que lo mantenía constantemente despierto.

Se aparta rápidamente para masajearse las sienes frustradamente cerrando los ojos con molestias en el proceso, agradeció internamente no haber delineado los ojos anteriormente porque hubiera sido un desastre.

Frustración, desesperación y ansias, es todo lo que sentía Eren en esos momentos y todo por culpa de la chica que duerme plácidamente en la habitación al costado de la suya.

Aunque no era en realidad culpa de ella, el único idiota aquí era él y nadie más que él. Había osado enamorarse de la chica más preciosa que conoció nunca: su mejor amiga, su confidente, su compañera de piso… Mikasa Ackerman.

De solo pensar en ella un revuelo de mariposas parece hacerse presente en su estómago. 

Mikasa, su bella Mikasa. Para algunos una chica poco interesante y aburrida, pero a él le importaba una mierda lo que opinaran los demás.. A sus ojos ella era la más bonitas de todas con su estilo simple y casual, con una paleta de colores encima que le recordaban a la primavera y que a pesar de su brillo, él gustaba llamarla (en secreto) su princesa oscura.

Él en cambio era todo menos normal. Solía vestir camisetas de animes y bandas de metal (especialmente de Bring Me The Horizon porque era su favorita) las acompañaba con pantalones  rasgados y cadenas en las cinturas. Su cabello castaño era larguísimo, comparado con el de los demás chicos, dándole un aspecto metalero más asentado. Incluso se pintaba las uñas de negro y de vez en cuando se delineaba los ojos de negro solo por diversión ¡era todo un chico gótico! 

¡Eran tan diferentes! ¿Cómo se supone que le hablaría de eso a su compañera de piso?  Eren realmente pensaba que Mikasa, su princesa oscura, huirá completamente de él cuando si quiera intentará hacer un movimiento con ella.

Que triste.

Sin embargo, Historia Reiss, una chica rubia bajita, y que por casualidad (para no decir desgracia) era su compañera de trabajo, le dijo que estaba exagerando demasiado.

—Escúchame, Eren. Es muy fácil. — chilló Historia al otro lado del teléfono ayer en la noche. —Esperas que ambos estén en algún lugar en común del departamento y ¡listo! Se lo dices sin vacilar ¿Entiendes?

¡No! Por supuesto que no era así. No era nada fácil para él ir y decirle a la chica con la que convivían como amigos, que tuvieran una especie de… ¿cita? Para empezar, no se supone que alguien como él se hubiera enamorado de una chica tan hermosa como lo era Mikasa. Él era un gótico dedicado, ella una chica sencilla ¡era imposible!

Eren suelta un lamento inteligible entretanto la laca de sus uñas negras se encuentran con la piel de su cuero cabelludo, se refriega desordenando los cabellos castaños largos que casi tocan sus hombros.

—Por tus lamentos de imbécil, me imagino que no, no es fácil. — Dice ella ahora con tono fastidioso haciendo denotar su pasado de abeja reina.

Si el chico pudiera haber visto a su amiga a la cara, habría sido fulminado por un revoleo de ojos celestes pintados en cansancio. ¿Cuántas veces habían tenido esta conversación? Ya había perdido la cuenta.