Dark Light • {Constantine}

5; entendidos

Elié se encontraba sentada en el borde de un mirador a la ciudad, sola. En silencio, solo rompiendose por sus pensamientos. No conseguía callar a su cabeza.

Miraba las luces de la ciudad, las de las casas, las de los coches... cuántas vidas, cuánta gente... y se sentía más sola que nunca.

El hecho de que Constantine hubiese desconfiado de ella, era como si la hubiesen clavado mil puñales a la vez.

Entonces escuchó una voz tras ella, era de mujer.

-¿Qué es lo que ocurre Elié? -Dijo acercándose por su espalda-

-Si vas a matarme... no voy a poner resistencia, me da igual. -Dijo ella sentada cogiendo sus rodillas-

-Hace nada te has jugado la vida por ese... ser y ahora... no os queréis ni ver. ¿Qué demonios os pasa a los humanos o lo que quiera que seais vosotros dos? -Dijo-

-¿Y tú que eres?

-Eso no importa. ¿Qué es lo que te ocurre con Constantine? ¿De verdad vale la pena enfrentarte a todo y todos por él? ¿A caso no ves que incluso te ha echado de su lado?

-Él no entiende... no es su culpa. Pero me gustaría saber de él. -No podía evitar una leve sonrisita mientras le caía una lagrima por la mejilla-

-¿Tanto te importa?

Elié se encogió de hombros secándose la lágrima.

-Siento cosas, como un... peso en el pecho o algo así cuando lo veo sonreir o... cuando le tengo lejos o cuando pienso o siento que puede correr peligro; me hace sentir debilidad pero... -Decía mirando a la ciudad-

-Está maldito, Elié.

-El corazón, el alma, el ser o como quieras llamarlo no entiende de eso. Pero, ¿Cómo lo vas a saber si vosotros no podéis sentir...?

-No desprecies a lo que perteneciste.

-No lo hago, solo no esperes entender algo que ni yo entiendo. Necesito encontrarle.

-Podría ayudarte, pero quizá él no lo tome como tú esperas si dices que no lo entiende -Sentenció-

-Supongo que tendré que correr el riesgo

Se levantó de donde estaba sentada y agarró de la mano a esta mujer, ella la miró y en cuestión de prácticamente un chasquido estaba frente a la puerta de donde vivía John.

Dubitativa de si llamar salía un hombre a prisa y se chocó con ella haciéndola caer al suelo

-PERDONE YO.. -miró hacia arriba y se encontró con sus ojos oscuros-

Constantine sacudió la cabeza sin creérselo; no sabía si se le habían subido los whiskeys, si se la estaba imaginando por la culpa que sentía o si de alguna forma habían creado su imágen para atraparlo.

La vió sin reacción.

-Soy yo -Dijo sacudiendo ésta también la cabeza y él la contempló-

No pudo resistirse más y lo abrazó estrechandole en sus brazos. Sonrió teniendo el sentimiento de pertenecer a algún sitio por fín.

-Elié. Eres tú. -Dijo siendo notoria su sonrisa hasta pronunciando aquellas palabras-

Constantine cerró los ojos aliviado de que estuviese bien, ella... se sentía aliviada por el mismo motivo pero con respecto a él.

Se separaron y Elié recogió un poco de pelo tras su oreja.

-Tenías razón. -Dijo John mirándola ahora serio, sintiendose estúpido de no haberla escuchado-

Ella le miró interrogante

-Has esfumado el cáncer y yo me comporté como un imbécil..

Ella se encogió de hombros, comprendía su desconfianza cuando solo tenía gente buscándolo para matarlo, aunque aquello la hubiese dañado.

-¿Dónde ibas?

-Al bar de...

-Pssst... ¿Puedo ir? -Dijo mirándole-

Este asintió complacido por la idea sonriendo levemente de lado.
Comenzaron a caminar, la noche estaba despejada.

-Te he echado de menos -Dijo ella en tono confidente-

Constantine alzó una ceja encendiendose un cigarro dando una calada y soltando el humo sorprendido por aquella declaración.

-Supongo que teníamos que aclarar aquello que pasó -Dijo mientras continuaba caminando con la mirada fija hacia delante-

-Me daba miedo no volver a encontrarte -Dijo esta parándose antes de entrar al bar-

Este la miró, le resultaba tremendamente inocente y tierna para lo que era... o fue o podía hacer. Ya no sabía ni quería suponer más con respecto a ella, negó con la cabeza pensando en el lío en que debía estar metiéndola.

Este suspiró con un gesto de una sonrisa tímida y abrió la puerta. Entraron y claro que las miradas se dirigieron a estos; pero dentro no podía haber ninguna clase de ataque.

A no ser que Elié se descontrolase, cosa que ya ocurrió en el cuarto. De todas formas, John confíaba en ella y que podría controlarlo.

La musica sonaba y cuando John quiso darse cuenta Elié ya estaba pidiendose una copa; ¿Estaba pidiéndose alcohol?

John se acercó y pidió lo usual; Whiskey escocés en un vaso ancho y corto. Se apoyó en la barra y la miró.

Ésta charlaba con una mujer que él desconocía.

Escuchaba la música cuando se le acercó el hombre que le solía recibir y estaba presente en el altercado anterior;

-¿A qué debemos tu... visita? -Dijo este y John dirigió su mirada a él brevemente-

-Nada. Salir de mi zulo por un rato.

-Te quiere ¿Eh? -Dijo mirando a Elié-
Se rumorea por las radios celestiales que papá Dios y el de abajo están expectantes...

¿Cómo has podido conseguir algo como eso?

John Constantine... el patrón de los imposibles.

Este negó con la cabeza riendo.

-Su fuerza pudo haber causado más problemas. No entiendo por qué Dios nos pondría en esa tesitura aunque claro... tú ayudas quizá esté siendo... algo condescendiente contigo a pesar de todo.

Elié dejó de hablar con la mujer y se acercó a John. Cuando este quiso darse cuenta el hombre se había esfumado de su lado.

Elié parecía analizar a John mientras sonaba la música.

-¿Tú no bailas? En plan... ¿nunca?

Este negó con la cabeza riendo. Dejó su vaso y la cogió de la mano haciéndola dar una vuelta sobre sí misma como en un baile de pareja.

Esta le sonrió sin decir nada. Él era algo rígido pero comenzó a moverse al compás de la música con ella.

Había ojos en todas partes dirigidos hacia ellos; pero él solo los tenía para ella en ese momento debido al estado de embriaguez no conseguía contenerse o mantenerse tras la coraza que había forjado con los años y Elié... simplemente comenzaba a comprender que era capaz de tener una coraza que interfiriese con él.

Este la acurrucó en su pecho mientras bailaban acariciando su pelo, sintiéndose seguro de saber que estaba entre sus brazos protegida; ella tenía también ese sentimiento...