Capítulo 4: Maldita

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Que sucede, Ren? - pregunté preocupada-

.... ... ... ..

¡¿QUÉ?!

.... ... ... ..

No! No hagas eso, ya voy para allá...

.... ... ... ..

Por favor, Ren... esperame, si? Yo me encargo.

.... ... ... ..

Muchas gracias, te veo en un momento

_Fin de la llamada_

Estaba preocupada, como era posible semejante escándalo?! Debía apresurarme o Ren haría una locura

Carlos, enserio lo lamento mucho, pero debo irme... me ha surgido una emergencia - estaba muy preocupada ahora-

Por supuesto, no te preocupes... te llevaré a casa - se levantó-

No! No te preocupes... llamaré un taxi - me levanté después de él y sonreí -

Por supuesto no permitiría que me llevara a casa, aunque sólo me dejaría afuera del edificio y se iría, no quería que viera tremendo show, prefería irme en taxi y así lo hice.
Después de pagó salimos y espero hasta que el taxi llegara. Cuando llegó me despedí y por supuesto me volví a disculpar por lo repentino, subí al taxi y le di la dirección.

El camino se me hizo eterno, sentía que la calle se hacía cada vez más larga y el taxi se demoraba bastante en llegar, pero por fin, después de unos 20 minutos, por fin pude ver el edificio.
El taxi se detuvo, pagué y salí, entré rápido subí al elevador. Cuando las puertas se abrieron escuché los gritos de Marta en el pasillo.

Marta... - dije despacio -

Me acerqué a ella lo más tranquila que pude. No quería acercarme demasiado, era la primera vez que la veía así.

Marta... - hablé por segunda vez-

Maldita desgraciada! Me arruinaste la vida! -enojada -

Sus palabras me hirieron y me quedé ahí parada, cuando reaccioné me tenía acorralada contra la pared y apretaba mi cuello con ambas manos y entonces lo noté, su aliendo... ese olor a alcohol, estaba ebria y sus ojos... también había consumido droga.
Me hacía falta el oxígeno y sentía que en cualquier momento me desmayaría, intenté alejarla pero fue en vano y tampoco quería lastimarla, después de todo era mi madre.

¡¡KAYLA!! - grito -

No pude conocer la voz, probablemente era Renata... eso fue lo último que escuché.

No se cuanto tiempo pase inconciente, desperté en la cama de mi habitación y Ren estaba a mi lado, estaba dormida, se le veía cansada, agotada. Intenté sentarme pero me sentía un poco mareada y me quedé acostada, Renata despertó minutos después.

Uh? - adormilada - despertaste? Como te sientes? - se acomodó en la silla -

Sólo estoy un poco... mareada? -  mire por la ventana de la habitación -

Me imagino, cariño... toma, bebe un poco de agua - me entregó un vaso medio lleno -

Gracias... - tome el vaso y di un sorbo - cuando tiempo dormí? - la miré -

Bueno, son las 5 de la mañana, el incidente fue casi a las 9 de la noche - sonrió leve -

Me sentía culpable, Renata se había quedado aquí toda la noche y no descanso bien. No sabía que decirle, sólo me quedé callada y baje la mirada.

Oye, esta bien... estoy bien, dormí como tronco! - sonrió y revolvió mi cabello -

Ren... p-perdón. Yo... t-tú no... - agachada -

Sentí un nudo en la garganta, mis ojos se cristalizaron y pequeñas lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento, no sabía que decirle. Ella no tenía porque lidiar con todo esto.

Kayla... - me abrazó - sabes que te quiero, para mi eres más que mi mejor amiga, eres mi familia. Estaré contigo siempre pase lo que pase. Te conozco y sé como te sientes ahora, no lo hagas. Si tú hicieras lo mismo que que yo hago,   te gustaría que yo me sintiera así? - seco mis lágrimas y me sonrió, yo sólo negué con la cabeza - de acuerdo, tampoco me gusta que te sientas así, tú no tienes la culpa de nada - depositó un beso en mi frente y me sonrió - puedes descansar hasta tarde. Le envíe un mensaje a Carlos, sólo le dije que te desmayaste pero no le di detalles, dijo que no había problema y te tomaras el día para descansar.

Gracias Ren... - sonreí y seque las lágrimas nuevas que habían salido -

No agradezcas, anda a descansar - sonrió -

Ren, pero donde está...? - la miré -

Un taxi la llevó al hotel, no te preocupes - mintió, lo noté -

Ren... la verdad - mirándola -

Pero esa es la verdad - seguía mintiendo -

Renata... - la miré tranquila -

- suspiró - los vecinos llamaron a una patrulla y vino con ella una ambulancia. Pedí a los paramédicos te atendieran aquí y así lo hicieron. A tu madre le pusieron un tranquilizante y la iban a meter presa pero se pagó la fianza. Entonces un taxi la llevó al hotel a la 1 am más o menos

De acuerdo... creo que iré a verla cuando amanezca - tranquila -

Iré contigo, no quiero que vallas sola, puedo esperar afuera pero no quiero que sólo vallas tú. Me dieron el día para cuidarte y eso haré - sonrió -

De acuerdo... - sonreí - por ahora vamos a dormir

Vale! Hagamos eso! - rió leve -

Quieres dormír aquí? - sonreí

Si! Hazte para allá! - se levantó de la silla -

Jajaja muy bien! - le hice un espacio - hace cuanto no dormimos juntas?

Creo que desde la preparatoria. La última vez fue en esa pijamada que hicimos - se metió a la cama riendo -

Cierto! Nunca olvidaré esa noche, casi morimos por indigestión - reí leve -

Es verdad! Tragamos como qué?! No sé en que pensábamos - rió -

Después de unos minutos nos quedamos dormidas, estábamos cansadas pero sin duda ella lo estaba más.
Pasaron las horas y cuando volví a abrir los ojos ya eran las 9:18 a.m. Salí de la cama con cuidado y fui a la cocina para preparar el desayuno. Hice sincronizadas, gachas de avena con frutos rojos y café. Al poco rato bajó Ren, toda despeinada y adormilada.
Nos sentamos a comer mientras platicabamos y reíamos de algunos recuerdos graciosos.

_En la empresa_

》Carlos O'connor《

Estaba recargado en la esquina de mi escritorio con los brazos cruzados. Mentiría si digo que no estaba preocupado por Kayla.

Seguramente estaba agotada y luego tú llevándola a cenar! Valla, chico! - serio -

Toc Toc Toc - se abrió la puerta - creí que no estabas - entró leo y cerró la puerta detrás de si -

Perdón, estaba distraído, no escuché. Que pasa? - Me paré bien -

No he visto a la señorita Kayla, en su oficina tampoco está - se veía molesto y estaba con los brazos cruzados -

Mi Luz Al Final Del Túnel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora