Capítulo 26: Las Tres Escobas

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Enero 30, 1977

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería

Gran comedor

9:00 a.m.

Una tonada animada sonaba en la mesa de Gryffindor. Mucha gente cantaba alegremente por el cumpleaños de Lily Evans. 

El grupo de los merodeadores estaba subdividido, por lo cual aquel momento tenía una ligera nube negra invisible para aquellos que no estaban involucrados, pero visible para los chicos.

Peter había decidido quedarse con Remus debido a que fue su primer amigo dentro de Hogwarts, además de que James se quedaría con Sirius pasara lo que pasara. Misma razón por la que segunda subdivisión era él consolando a su amigo que se dio cuenta de todo el daño que había causado en los últimos días. Por último quedaba Stella, la cual desayunaba y se iba enseguida a la mesa de Slytherin para evitar conversación con alguno de los cuatro, aunque solía evitar más que nada a su hermano (pues no deseaba hablarle) y Remus (quién se enteró que James y ella sabían de lo que hizo Sirius y nunca le dijeron).

Su pelea había pasado desapercibida aquel día, pues el centro era aquella pelirroja que se encontraba rodeada por sus amigos cercanos y no tan cercanos. 

Remus se había acercado a felicitar a Lily con una sonrisa alegre. En los últimos meses, él se había acercado más a Evans. Con eso, se vio más apegado al grupo de las chicas (Marlene McKinnon, Dorcas Meadows, Mary McDonald y Alice Fortescue) y Frank Longbottom, el novio de Alice. Por asociación, Peter se había incluido a aquel grupo de amigos y alejado un poco de lo que sería James y Sirius.

Ellos, por su parte, mantenían su dúo unido. La mayoría del tiempo era James escuchando a Sirius comenzando a arrepentirse de verdad de todo lo que había estado haciendo. Eso hacía él, para sorpresa de mucha gente. Escuchar.

La actitud de James mostraba más ser del tipo conversador, contrastando mucho con la de Pettigrew, el cual no solía hablar, sólo escuchar.

Si bien Peter demostraba ser de ese tipo mucho más seguido al ser James tan conversador en el día a día, con Sirius (y sus amigos, en general) era el que escuchaba durante las noches.

Tras escuchar lo que había dicho Stella sobre lo insistente que era con Evans, tomó una decisión. La dejaría ir. No tenía interés en él, seguiría adelante y le pediría disculpas. Ese era el plan.

Faltaba era que no fallara.

Aprovechando la ronda de felicitaciones, James se acercó a Lily un poco nervioso sujetando una cajita. Tocó su hombro y Lily se volteó a verlo. Su sonrisa desapareció un poco, pero trató de calmarse.

—Oye, Evans—James se mordió el labio mirándola—. Antes de que me rechaces por décimo quinta vez, no vine a pedirte una cita.

Lily lo miró un poco extrañada y levantó los hombros sin saber para suspirar.

—Bueno ¿Entonces?—preguntó con voz calmada.

—Es, más bien, unas disculpas—James hizo un gesto para señalar la puerta—¿Podríamos hablar en privado?

—Claro—Lily le dijo a sus amigas que se iría un momento y salió.

James se acomodó sus gafas un momento y vio a Lily parada frente a él. Este le extendió el regalo con calma y ella lo recibió.

—Bueno, primero quería pedirte disculpas por estarte...no hay otra palabra para eso, por estarte acosando por los últimos dos años y no respetar el hecho de que no querías nada que ver conmigo—James respiró hondo mirándola—. También quería pedirte disculpas, si bien ya no son amigos y me disculpé con él, por estar molestando a Severus siendo alguien que apreciabas. Estaba muy celoso.

La Noble Casa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora