6."El pijama"

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Benjamín

Subí los escalones antes de llegar a la entrada principal del hospital.

Empuje la puerta grande de vidrio y lo primero que reconocí fue la melena blanca de Agnes, acercándose a mí, o a la puerta.

-Ben, ¿Qué haces aquí?-preguntó cuando estuvo frente a mí.

Agache la mirada porque Agnes era muy pequeña, más pequeña que Jane y eso era gracioso.

-Vine a visitar a alguien-traté de no decir más información de la necesaria.

Ella podía ser muy amigable, pero por lo que eh visto estos últimos días, es muy protectora con Jane y no quiero que después de decirle que vine a verla, al día siguiente ella tenga que soportar el cuestionario de mil preguntas hecho por Agnes.

Así que por ahora, mantengámoslo en secreto.

-¿A Quién?-interrogó.

Secreto, Benjamín, secreto. Me recordé.

-A una persona-conteste lo más normal posible.

-¿Cuál?

-Pues, una persona. Con ojos, boca, pelo, ¿la conoces?-los nervios se empezaban a apoderar de mi cuerpo. Ahora no, por favor.

-Y su nombre es ¿Jane?

Mi cuerpo se tensó por un segundo.

-No.

-¿Entonces?

-Es...su nombre es...-La conversación con Jane sobre la chica nueva se asentó en mi mente-Victoria-conteste nervioso.

Agnes alzo ambas cejas y me miro divertida.

¡Oh no!

Habiendo tantos nombres en el mundo, ¿Victoria? ¿Porque dije Victoria? Me abofetee mentalmente por la idiotez que cometí.

-Bueno te dejo, nos vemos el lunes, Benjamín-se despidió, dejando leves golpes en mi hombro.

Solté el aire que no sabía que estaba conteniendo y empecé a caminar a en dirección al elevador.

Las puertas se abrieron y salí a paso rápido, dirigiéndome con la recepcionista.

-Hola, buenas noches, vengo a ver a un paciente-informe, acomodando mejor la mochila en mi hombro.

La señora me presto atención y agachó levemente sus lentes.

-¿A quién?

-Jane Allen.

Me observo unos segundos con una mirada que no supe distinguir. Aparto la mirada y la centro de la computadora, tecleo algo rápidamente y volvió a posar su vista en mí.

-Las visitas se acaban a las diez de la noche-índico señalándome con un dedo-al final del pasillo, puerta cinco.

-Gracias.

Camine por el camino que ya sabía de memoria, hasta llegar a su puerta.

Tome aire y golpee levemente la superficie plana. Esta se abrió lentamente a los minutos.

Jane apareció del otro lado, vistiendo un pantalón de pijama, una blusa negra bastante grande y holgada, su cabello recogido en una coleta alta, junto con sus lentes y no podía faltar la extensión de oxígeno en sus fosas nasales.

Esta chica se veía bien hasta estando desarreglada.

La castaña me miro confundida, hasta que algo en su cabeza hizo Clic. Abrió a más no poder los ojos, agachó la cabeza, mirándose y antes de que pudiera hablar, cerró la puerta en mi cara.

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