EXTRA "LOS ÁNGELES"

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Los Ángeles, California; año 2000

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Los Ángeles, California; año 2000.

—¡El primer lote! —gritan con vehemencia y un estruendo desollador—. ¡El primer lote del día acaba de llegar!

Ignoro eso y tecleo ojeando el monitor.
Las cifras crecieron estratosféricamente este mes y la hacienda ha producido en masa alimentos hortícolas y ganaderos que ha abastecido todo el oeste de Estados Unidos y el norte de México, sin contar los ejemplares exóticos exportados a Europa.
Los animales del naufragio que llegaron en jaulas doradas al predio.
Animales jóvenes que le dieron a la empresa una ganancia superior a la del mes pasado.

—¡Ey¡, ¿no vas a ir a ver el nuevo lote? Tal vez haya algo que te interese.

El mexicano abre la puerta del despacho en donde trabajo y entra sin más, cruzando la oficina para irse directo al bar de donde saca un tequila añejado.

—No —giro en mi silla y me lo quedo viendo de mala manera.

Destapa la botella, echándose un trago largo que acaba con un gruñido.

—No sabes lo que te pierdes —sonríe enseñándome entre tanta podredumbre un diente de oro—. Son toditos recién nacidos.

Se lleva consigo la botella y una caja de habanos.

—¿De dónde los trajeron?

—Illinois, Kansas, Arizona —sale de mi oficina pero se detiene al cruzar el umbral—. Los van a meter en incubadoras. Algunos ni siquiera están maduros como para la venta.

—Encárguense ustedes —trago grueso y me centro en la planilla—. Yo tengo demasiado trabajo.

El coyote se va, dejándome a solas con el informe fantasma; el que presento mensualmente al estado como empleado financiero de una hacienda rural productora de ganadería bovina y hortalizas.
Registros maquillados e ingresos disfrazados que vienen resguardando el negocio desde hace dos años.

Imprimo varias copias y las firmo una por una.

Hasta hace un tiempo la moda eran las mujeres, las vírgenes extranjeras, las armas, las drogas, los órganos... Hoy el mercado se expandió, el cliente se pudrió y buscó algo más tierno, fresco y aberrante.

Los niños son la mayor fuente de ingresos en las ilicitudes.

Bebés vendidos a buenas familias.
Niños al servicio de clubes.
Niños esclavos.
Niños como refrigeradores de órganos premium.

Los niños son el emprendimiento del siglo XXI y es por ello que nos va tan bien. Porque adquirirlos es fácil, transportarlos es sencillo cuando se tienen los medios y negociarlos es la mejor parte del trabajo.

Retiro mi silla, poniéndome de pie.
Xavi me dejó intrigado y ahora quiero ir a ver la nueva mercancía.

Acomodo mis tejanas y salgo del despacho bajando las escaleras al sótano de doble piso. Uno falso que sólo sirve de apariencias y el otro, el que en un subterráneo ocupa la anchura del predio que solemos usar como laboratorio y albergue.

Dancing in the Darkness © +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora