First Kiss

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Tener en claro que YoonGi no era nada sin sus gafas, era muy importante.
Siempre había tenido dificultades para ver a largas distancias, la cosa esa que conforme pasaba el tiempo su vista empeoraba cada vez más.

Y le llevaba a problemas como...

—No veo nada —entrecerró los ojos un poco, intentando enfocar su vista, pero sólo miraba las luces de algunas antorchas del campamento, lo demás era demasiado borroso como para distinguir rostros.

—El chiste de la cabaña del beso es que no sepas con quien te besaste. Si alguien siente tus gafas, de inmediato sabrá que eres tú —explicó HoSeok, guardando las gafas en su bolsita roja —. Recuerda, no hables al menos de que sea alguien raro, grita con todas tus fuerzas si es así. Tenemos la ventaja de que te salió la estrella en el papel, eres el único que podrá ver a la otra persona.

—Te recuerdo que no veo nada —bufó, tallando sus parpados —, ¿de verdad no puedo tener mis gafas de regreso?

—Ya te dijo que no —se metió Jin, uno de los organizadores de aquél juego, y también buen amigo de ambos—, el lugar no tendrá más iluminación que una vela en una mesa. Y de nuevo, intenta no hablar.

Estar ahí era una muy mala idea, pero todo era idea de HoSeok, quien había dicho 'te ayudaré a dar tu primer beso'. Sí, a sus diecisiete años aún no había besado a nadie, no porque no quisiera o algo así, simplemente no se le daba mucho el socializar, así que nunca conocía a alguien que pudiera gustarle como para hacer eso.
Meterse a jugar a la cabaña del beso era lo más arriesgado que había hecho en toda su vida... ¡Se iba a besar con un desconocido!
Denle a YoonGi un premio de valentía, lo merecía.

El juego era simple:
Se ponían alrededor de cien números en un bote, estos número era puestos dos veces, nadie podía decir que numero sacó, y quienes sacaran el mismo turno se ponían en la puerta asignada. Si te tocaba el numero con un dibujo de una carita sonriente y un giño, tenías que ponerte en la puerta trasera para que te vendaran los ojos, no mirarías a la persona que te besó de esa manera. Sin embargo, si te tocaba el dibujo con una estrella, felicidades, sabrías quien era tu pareja para el juego. Cuando todo terminaba, si la otra persona adivinaba quien era quien lo besó, se ganaba la fortuna de los mejores dulces en la alacena del campamento, si no ganaba, la persona que lo besó, se llevaba  el premio.

Era la primera vez que YoonGi jugaría, y aunque no podía ver bien, mientras él subía escalón por escalón, escuchó a HoSeok:
—¡Espero que ganes, quiero esa barrita de chocolate con nuez!

Del otro lado de la cabaña, JiMin se reía bajito mientras le ponía la venda en los ojos a TaeHyung.

—¿Cómo es que siempre te toca estar vendado? ¿Tienes mala suerte o qué? —Terminó por amarrar el nudo y comenzó a guiar a TaeHyung hasta la puerta trasera.

—¿Pero siempre gano, no?

—Eso es porque eres un prostituto, prácticamente. Tus labios han pasado por casi toda la escuela —JiMin puso los ojos n blanco.

—No dices lo mismo cuando gano los dulces y terminas por comerlos todos —sonrió ladino.

TaeHyung no estaba ahí por los dulces, estaba ahí por diversión. Ese era el único juego ridículo que hacía su escuela en el campamento que le interesaba. Su bisexualidad podía darse a relucir a todo mundo porque los niños heteros perdían su "masculinidad" fragil por unas cuantas barras de chocolate y bombones. Pero si les tocaba contra TaeHyung, era un juego perdido. Él siempre ganaba.

—Suerte colega —le dijo JiMin, empujándolo al interior de la cabaña.

TaeHyung ya sabía cuantos pasos eran para llegar al centro. Su memoria no era tan mala.

Miopía |TaeGi| O.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora