El que gobierne cada suspiro y de mi corazón su latido.
¡Escucha...! Soberano de mi amor no te quede duda que al nacer, sabía que me harías estremecer.
Y no hay nada en este mundo, que yo merezca si no tu mano apoyándose a mi lado.
Que a través de los años se ha escapado.
Y es mi vida la que pongo en el destino, a que baje un ángel del cielo y se lleve mi alma si yo miento.
Y cuando estés sin poder caminar, seré tu pareja ferviente la que te amará sin importar tu edad.
Yo te miraré iluminado de sol, que calienta y da la fuerza para amarte con un silencioso dolor.
¡Así me dijiste en una noche olorosa de nardos!
Dónde tus ojos se endulzaban con los míos y mi boca tomaba tu deseo y lo convertía en un delicado amanecer.
Sentí tu ofrenda de amor descender en mí.
Eras una enredadera subiendo por mis piernas, llegando a mi cabeza y bajando a mi cadera.
Y no sabes la mirada que puso el universo, al ver la devoción que le pródigabas a este señor.
León
29 enero 22. 3:31 am
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Escribo esto a estas horas, pues esta enfermedad no me deja en paz, para seguir colaborando les pido si en verdad se puede, una oración a mi persona pues hoy entró al doceavo día de covid y no le veo fin.
