XIV

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—No entiendo, nunca suelo ser tan torpe.

Le ayude a acomodarse en la cama colocando una almohada bajo su pierna rota.

—Igual el doctor dijo que no puedes hacer mucho esfuerzo, ya consiguieron un sustituto para tus clases en lo que te recuperas.

—Me sentiré una inútil

—Tomalo como unas vacaciones, tu madre vendrá para cuidarte en lo que yo trabajo.

Verla tan indefensa, tan frágil, con su pierna herida me estaba exitando demasiado, su piel algo amoratada dónde terminaba el yeso, sus muecas de dolor al moverse.

Oh Catherine. Tan vulnerable.

Me acerque para besarla, ella me tomo de la nuca para profundizar el beso, cuando me subí a la cama se quejo un poco por el dolor, pero no me importo, al contrario fui un poco más brusco para arrancar otro gemido de dolor, aunque me pidiera que me detuviera no lo haré, y mientras me mira a los ojos sabe que no me detendré.

Prácticamente le arranque la ropa, mientras la penetraba apretaba la pierna lastimada, sus gemidos entre el dolor y el placer me estaban volviendo loco, cada vez era más brusco, sus uñas se clavaban en mi ante mis acciones, en este momento es mi presa, es una de mis fantasías, es una de las mujeres que ha pasado por mi, no gime de placer, si no de dolor, al igual que se retuerce tratando de quitar mi mano sobre su pierna, me mira con terror y es hermoso.

—Catherine—susurro su nombre mientras me vacío en ella, lo curioso de todo es que también llega a su orgasmo aún llena de terror.

Beso sus mejillas las cuales tenían un par de lágrimas.

—Perdona no me pude contener.

—Esta bien —dijo con voz temblorosa, se abrazo a mi algo aterrada —Te amo Yoon.

—Yo te amo aún más Catherine, mi Catherine.

—Yo te amo aún más Catherine, mi Catherine

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CatherineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora