Parpadeé unas cuantas veces. La cabeza me dolía, al igual que todo mi cuerpo. Apoyé una mano en el suelo de piedra notando algo húmedo y espeso. Eché un vistazo a mi mano, con mirada borrosa, y ésta estaba cubierta de sangre.
Levanté la vista. Frente a mí, de pie, se encontraba un ser con alas. Nos miramos fijamente. El ser hizo una reverencia. Yo, con toda la repidez que pude, intenté levantarme, pero casi me caí. Suerte de la pared que me sujetó. Ah, no, fue Newén que rápidamente dejó el rincón al que se encontraba, escondido en la penubra, para socorrerme. La voz de Grown retumbó por el lugar.
-Te presento a tu Alter Ego. Ella ha retenido tus poderes como bruja blanca durante todo este tiempo, así como tus recuerdos. Ella es la parte de Esyre que vivía en ti para tenerte controlada. Al fin, te hemos liberado y tu misión podrá ser retomada.
Grown levantó su bastón y me apuntó. Una cúpula de luz me envolvió. La sangre desapareció, mi cuerpo dejó de dolerme y el ser que tenía enfrente estalló en cientos de pedazos mientras gritaba al igual que yo, que cerraba los ojos con fuerza.
Tras la desaparición del ser, la cúpula de Grown se desvaneció. Abrí los ojos. Todos mis recuerdos habían regresado al igual que el azul turquesa de mi mirada, tal y como me informó Newén.
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Las alas de una diosa
FantasyLos recuerdos de Alessia Kühn son arrebatados. Se despierta en un bosque, más bien una selva, muy lejos de lo que ella recuerda como hogar. Solo dos nombres son la clave para que los fragmentos de su memoria vuelvan a reconstruirse: Esyre y Newén.
