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    "Nada como la muerte para
         recordarnos el valor de
                        la vida"
—Penny! —Juls corrió hacia nosotros.

—Alguna novedad?

—Hay un sospechoso, el ex de Cristal.

Siento que estoy siendo hipócrita al involucrarme en la muerte de una chica con la que a penas hablé, pero como futura agente es mi deber velar por la vida de cualquiera. Y siendo sincera necesito saber la verdad. Me ha costado respirar desde que vi el cadáver. Soy tan culpable como el mismo asesino solo por no detenerlo.

—Estás llorando —mi cuerpo se estremeció por el susurro de Manú en mi oído.

Con nerviosismo miré a los lados y vi a Miranda sentada con los codos en las rodillas y la cara oculta entre sus manos. Es tan sensible que aún no entiendo por qué escogió esta carrera siendo tan débil ante el dolor ajeno. Pero la admiro. Es muy difícil vivir con las emociones a flor de piel porque estás en peligro constante de sufrir, y sufrir más que el resto.

Yo solía ser así pero me cansé de ser lastimada y para cuándo me di cuenta había olvidado lo que era amar, necesitar o extrañar a alguien.

—Juls, ellas no eran las mejores amigas pero por favor cuida de Mira, lo está pasando muy mal.

—Dónde estuviste?

—Salí para despejar mi mente —Manú a penas evitó reír por mi mentira y Juls levantó una seja.

—Estuviste investigando, verdad?

—Para nada, ahora que estoy aquí me encargaré de evitarlo —y habló mi cómplice.

—Sarah ya llegó? —cambié de tema.

—Sí, no imagino cómo se está sintiendo. Eran compañeras, amigas y en cima todo ocurrió en su cuarto.

Al parecer estaba un poco más convencida ya que se fue con Mira, aunque era lo mejor que podía hacer en este momento.

—Explícame algo: por qué estás tan empeñada en pasar sobre los profesionales?

—No voy a poder estar en paz —admití —Siento que si encuentro al asesino podré redimirme. Además tú me conoces, solo confío en mí y quiero saber la verdad absoluta.

—Por mí es suficiente. Tenemos que hablar con esa chica.

—Calma vaquero, no somos amigas y a tí no te va a decir lo que sabe solo por tus lindos ojos.

Analizó la situación por unos segundos y dijo lo último que habría imaginado.

—Es fácil —lo miré espectante —Vamos a colarnos en el despacho de investigación.

Creí que era una broma pero su tranquilidad y lo seguro que se veía me asustaron. Lo miré atónita y no pude contener una carcajada.

—Es sin duda lo más temerario y estúpido que he escuchado en mi vida —logré decir.

Volví a reír hasta que mi estómago dolió pero él solo me miró serio intentando reunir paciencia.

—Dime que es una broma —la sonrisa persistía y negó —Bien genio, cómo piensas sacar a Smith de ahí? El resto del equipo está interrogando a los posibles testigos pero cómo planeas sacar al sedentario de su cueva? Porque ni Houdini se atreve a robar con él dentro.

—Necesitamos una distracción.

Eso era obvio, pero cuál? En mi habitación pensamos por cierto tiempo y entonces se me ocurrió.

—Creo que después de todo voy a tener que agradecerte —sonreí con picardía.

—Qué tienes en mente? —me devolvió el gesto.

La Capital De Los AsesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora