Capítulo XVI

414 23 19
                                    

Sus besos sabían increíblemente bien, sus caricias eran intensas y el calor que desprendía su cuerpo arremetía completamente contra mí. Seguía mareada aún, pero sentir su cuerpo sudoroso frotándose sobre mí hacía que mis deseos por él incrementaran. Sentí sus dedos entre mis cabellos provocando que un escalofrío me recorriera y un gemido escapara de mi garganta, mordía suavemente la piel de mi cuello, arrastrando su lengua hacia mis pechos nuevamente, sentirlo mordisquear uno de mis pezones hizo que todo mi cuerpo temblara.

-K-Katsuki -Susurré llevando la cabeza hacia atrás.

Sus manos bajaron por mis costados, sus ásperos dedos pellizcaban gentilmente mi otro pezón, su tibio aliento regresaba por mi cuello. Alcanzó mis labios y me besó tiernamente, sin apuros y sin urgencias, me tenía completamente para él y él estaba consciente de ello, no había necesidad de forzar más nada, era completamente suya.

-Haces que pierda la cabeza -Dijo de forma aireada sosteniéndose en uno de sus codos -Ochako...

-Yo ya lo hice -Sonreí ampliamente mirándolo a los ojos -Me gustas mucho -Declaré.

Sus labios regresaron a los míos, un beso lento y apasionado, mi corazón palpitaba fuertemente, más aún cuando sentí que estaba listo nuevamente. Sostuve su rostro entre mis manos y lo miré a los ojos, estaba relajado, su respiración era pesada y sus labios se encontraban ligeramente entreabiertos. Meció sus caderas y lo sentí entrar en mi despacio, mordí mis labios tratando de asimilar la sensación de ser invadida por él.

-¿Duele aún? -Preguntó acercando su rostro.

-No... -Susurré, lo tomé de los hombros -Una ligera molestia... nada más

Sonrió lascivamente acariciando mis piernas y aumentando el ritmo, lo sentía más profundo y mis gemidos no esperaron para salir. Rodeé mis piernas a él estrechando la unión de nuestros cuerpos. Se sentía extraño y el placer que generaba era inmenso, debía admitir que me gustaba sentirlo dentro de mí.

-Aún sangras -Dijo quedamente posándose sobre mí -Pararé si sientes...

-Estoy bien, Katsuki... -Le sonreí acariciando sus mejillas -Tómame, por favor... -Pedí.

Fue a por mis labios rudo e intenso, este es el Bakugo que me enamoró. Deslizó sus manos por mis costados llegando hasta mis piernas, jaló de ellas e hizo que me quedara a horcajadas sobre él. Tomó mi rostro mordiendo mis labios haciéndome soltar pequeños gemidos, jaló de mi acomodando mis muslos a sus costados, sentada sobre él, la sensación de tenerlo dentro era diferente, se sentía más... ceñido, apretado.

-Ah...

Sus manos acariciaban mis senos sin pudor alguno y moviendo sus caderas suavemente empezó un vaivén sofocante. No sabía si lo estaba haciendo bien pero solo me dejé llevar por lo que mi cuerpo pedía, y lo quería todo de él, movía mis caderas al ritmo de sus ligeros embistes sintiéndolo más profundo, su respiración se oía agitada y el calor en sus manos parecía aumentar. Me tomó de la cintura abrazándose a mí, lo sentía invadirme con fuerza, llevé la cabeza hacia a tras arqueando la espalda y para aumentar mi placer sentí su tibia lengua succionando de mis pechos.

-Terriblemente deliciosa -Murmuró llevando sus brazos a mi espalda pegando mi torso al suyo y atrapando mis labios con desespero.

Acomodó mis piernas tomándome de los muslos y en un ágil movimiento se puso de pie conmigo abrazada a él, dio un par de pasos haciendo que mi espada diera contra la fría pared, unos gemidos ahogados escaparon de mi garganta al sentirlo penetrarme con rudeza contra el muro de concreto, llevé mis manos a su rostro buscando sus ojos, esos ojos rojos estaban cargados de placer, su cabello cenizo se encontraba empapado de sudor, su torso desnudo se aplastaba a mis pechos.

Herida y BálsamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora