La Isla [He Tian x Jian Yi]

Vida diaria - 10

Dicen que el ser humano es realmente flexible en su adaptación al entorno, principalmente cuando es una cuestión de sobrevivencia.

He Tian y Jian Yi ya estaban en sincronía con su nueva rutina en tan solo dos semanas y un par de días, lo cual era sorprendente y lamentable en iguales proporciones: sorprendente porque vamos, su vida actual está patas arriba y lamentable porque, bueno, aún no había ni un solo indicio de que pudieran salir de ahí.

Aun así, lo estaban haciendo bastante bien incluso con los recientes cambios en su rutina.

Todos los días se despiertan en dos situaciones distintas y similares al mismo tiempo, todo comienza con la presencia o falta de las pesadillas de He Tian.

En días buenos, el día comienza con una calma agradable, Jian Yi abre sus ojos sospechando que algo no va bien, para encontrarse envuelto en brazos de He Tian, entonces decide relajarse y continúan durmiendo cómodamente hasta que el sol sube más y es hora del desayuno.

Luego hay días que no son tan agradables, días donde antes He Tian despertaría inconscientemente agresivo, y donde solo por estar ahí, Jian Yi se ganaría un mal momento...

Agraciadamente, luego de notar que en las veces donde despiertan abrazados las pesadillas de He Tian desaparecen el gran intelecto de Jian Yi surgió, regalándole la solución perfecta a sus mañanas agitadas.

Ahora, en días no tan agradables, He Tian comenzará a removerse inquietamente en su cama, despertará a Jian Yi, y en vez de buscar despertarlo, lentamente tomará la manta y la envolverá sobre He Tian, entonces lo abrazará ahí mismo hasta que He Tian se duerma o despierte en completa calma; entonces seguirán con su rutina diaria, sin hablar de ello, en un sencillo mutuo entendimiento donde reina el apoyo silencioso.

De esa forma sus mañanas agradables y tormentosas se volvieron una sola, y sin importar cual fuera, en el desayuno ambos estarían felices, lo más felices posibles en su situación por supuesto, abriendo latas y tomando agua.

Principalmente para He Tian, esta vida ya no era tan mala como al inicio.

No... Realmente no, la vida ahí sigue siendo un asco, pero vivir junto a Jian Yi no está tan mal.

Han sido amigos por años, pero recién ahora comenzó a apreciar la compañía de Jian Yi, no como un amigo ocasional para pasar el rato, ni como la única persona además de él en una isla desierta, no. Comenzó a apreciar esa compañía como lo que realmente es, y es más de lo que puede explicar.

Jian Yi siempre ha sido... Bueno, como Jian Yi. Siempre se muestra optimista y muy energético, es fuerte, y a decir verdad, muy divertido sin proponérselo. Sin embargo, todas estas características terminan en él siendo... Un tanto pesado en algunas ocasiones.

Eso pensaba también He Tian antes de pasar todos esos días a su lado.

Ahora, siente que no puede parar de escuchar a Jian Yi, incluso si pudiera ahora mismo marcharse a un retiro silencioso lejos del rubio, no lo haría, porque sorprendentemente comenzó a querer escuchar todas las tonterías de Jian Yi.

¿Para qué pensar demasiado sobre ello? Solo que su amistad con Jian Yi cada día aumenta un poco más.

¿Y cómo no podría hacerlo?

Todos los días pasan tiempo juntos ejercitándose, entonces He Tian podrá apreciar como Jian Yi va mejorando, y se deleitará con las quejas y ocurrencias de su rubio amigo.

"¡He Tian! Moriré, ¡mis brazos se van a caer! ¡Si hago una sola sentadilla más y también se me caerán mis piernas! ¡No quiero ser oruga-Yi!"