❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

S e t e n t a y t r e s

"Eres todo lo que necesito. Ven, huye conmigo."

Había leído mucho acerca de esto, se había estado preparando para este momento durante todos estos meses. Pero claro, vivirlo era una experiencia completamente distinta.

Eran las once de la noche y algo más, la luna alumbraba la habitación de la Pareja Real a través del balcón con cortinas mal cerradas.

— ¿Cómo vas?

La voz de su alfa hablándole le hizo abrir los ojos y mostrar una pequeña sonrisa. — Bien. Mi umbral de dolor es muy alto, no te preocupes, amor. — susurró para luego dar una mirada por toda la habitación, demostrando sorpresa cuando notó que estaban completamente solos.

— Aún no es tiempo. La partera dijo que quizás te sentirías menos incómodo si es que ellos esperaban fuera hasta que fuera el momento, precioso. — explicó Yoongi acariciando sus cabellos.

El omega asintió antes de volver a cerrar sus ojos y concentrarse en descansar un poco, sabiendo que luego toda la tranquilidad que sentía probablemente se iría a la basura.

La bolsa se había roto hace ya unas tres de horas. La partera había dicho que las contracciones fuertes podían llegar un par de horas después o quizá tardar más, afortunadamente para Jimin las contracciones habían comenzado hace tan sólo una media hora. Eso le agradaba, la propia partera había dicho que si el parto tardaba demasiado entonces su cachorro corría peligro. Mientras más rápido pasara todo entonces todo sería mejor.

La última contracción había sido hace algunos minutos así que la siguiente tardaría en llegar al menos unos quince minutos o menos. No lo sabía, ahora mismo simplemente quería concentrarse en guardar la mayor cantidad de energía posible para cuando ese momento llegara.

Estaba nervioso. Estaba muy nervioso. Su vida entera estaba por cambiar, de una buena manera. Ya no sería sólo una vida de dos, ahora serían una bonita familia. Imaginarse eso le daba un poco más de ánimos para no terminar desistiendo al final.

Y por supuesto, también sentía los nervios de su alfa a través del lazo. Su Rey había estado a su lado en todo momento. Le ayudó a cambiarse cuando la bolsa se rompió y luego se recostó a su lado, susurrándole cosas dulces en un intento de ayudarle a sobrellevar todo.

Ahora estaban en la cama, el alfa con la espalda apoyada en el cabezal, dejando que la cabeza de su omega reposara en su regazo. Una de las manos del alfa descansaba sobre el pronunciado vientre de su pareja mientras que la otra acariciaba sus cabellos desordenados.

La puerta fue tocada luego de algunos varios minutos, el alfa abrió los ojos y miró directamente hacia la entrada. Sus instintos manteniéndolo demasiado alerta ante el estado vulnerable de su pareja y la próxima llegada de su cachorro.