Gianna.
Después de curar sus heridas abiertas, puedo respirar con tranquilidad al menos sigue viva.
Ahora debo encargarme del la motocicleta, pero antes le podre suero a ella, es algo que aprendí de mi madre era enfermera.
Comienzo a desvestir su cuerpo, dejo solo su ropa interior, quito una de sus botas pero al intentar quitar la otra un objeto cae de esta.
Lo tomo con sumo cuidado, una navaja en ella hay resto de sangre, una idea algo descabellada pasa por mi cabeza.
¿Será que ella mato a alguen?
No creo.
Niego con mi cabeza, comienzo a ponerle otra ropa, le pongo una camisa grande y muy holgada.
Sin demorar limpio la navaja, la cubro con un papel de aluminio, la guardo en uno de mis cajones.
(...)
Las llamas danza en sincronía, estoy quemado la prueba fundamental que me incrimina, dejo que el fuego se apague por completo solo quedan restos de lo que fue mi motocicleta.
Me pongo unos guantes y agarro el resto de motocicleta que quedo y lo pongo en una bolsa, sin dudar lanzó la bolsa dentro de mar.
Un plástico más al mar, lo siento por eso, yo solo eche los restos de mi motocicleta y no los restos de mi ex jefe.
Desde que encontré a la hermosa chica aún no despierta, pero no debo de preocuparme ya que solo son dos días.
(...)
Cuando entro a mi casa, unas vecinas se acercan hasta donde estoy.
- Gianna espera- dice una de ellas.
Son las viejas chismosas del barrio, me detengo a esperar que lleguen hasta donde estoy.
- Oye Gianna ¿ tú sabías que don Amos murió? - finjo sorpresa.
Se los dije, no hay nada que no ellas no se enteren, y Amos era alguien influyente en este barrio de mala muerte.
Los ojos de la señora que tengo enfrente me escudriñan, es una mujer muy inteligente.
-¿ Pero como ? - digo finalmente con supuesta preocupación.
Por mi lo volvería a matar, pero debo fingir que su muerte me entristeze.
- Dicen que lo mataron - tapo mi boca para ocultar mi sonrisa.
- Pobre- la señora que estaba muy callada al fin habla.
- ¿ Pero como es que no sabias nada ? Todos lo sabían cada uno de nosotros fue a su entierro menos tú - enargo una de mis cejas.
¿ Había cuerpo ?
- No tengo cabeza para nada, mi padre acaba de morir, ¿ usted cree que yo estaría al tanto de cada chisme que pasan aquí ? Yo tengo una vida y estoy de luto no tengo cabeza para nada- camino hasta mi casa.
Sé que por mis palabras las mantendrá alejada de mi, viejas chismosas que no tienen una vida.
Cuando estoy dentro de mi casa, camino hasta donde esta la chica, espero y no demore en despertar; ya esta empezando a preocuparme.
El leve quejido que proviene de ella, hace que mis ojos la observen.
- Tranquila- susurro mientras la detengo.
Ella me mira, sé que tiene miedo, o al menos se siente confundida.
- Tranquila, nadie te hará daño, estas a salvo - hablo en inglés, es más que obvio que la chica no es italiana.
- Gracias por ayudarme- agradece mientras agarra su cabeza.
- Tranquila, tú estado no es muy grave pero tampoco excelente pero ya estás bien - asiente en mi dirección.
- ¿ Cómo te llamas? - pregunta mientras le paso un poco de agua.
- Me llamo Gianna Palmieri- tiendo mi mano mientras ella termina de tomar agua.
Sus delicadas manos se junta con poca fuerza.
- Soy Gema Palmer- sus delicados labios se curvan en una leve sonrisa.
- Un gusto Gema, descansa necesitas recuperar fuerza.
- Un última pregunta- su voz me detiene.
- Sí quieres te respondo dos - digo al notar su mirada dudosa.
- ¿ Donde esta mi navaja? Y ¿ cuando tiempo llevo aquí? - sus ojos verdes azulados me miran con cautela.
- Tu navaja esta aquí- le entregue su navaja.
- Gracias.
Ella quita el papel, al notar que está limpia solo la observa si decir nada.
- Y llevas dos días aquí - asiente levemente con su cabeza.
- Te agradezco todo lo que haz hecho por mi, prometo compenzarte, gracias - su voz esta llena de agradecimiento.
- Descansa - es lo último que digo ante de salir.
Espero y no me traiga problemas, es lo menos que necesito en estos momentos.
Sé fuerte Gianna.
(...)
Hola lamento la demora pero he tenido mucho trabajo.
Gracias por seguir apoyándome.
Les quiero mucho.
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Mi Bailarina Perfecta
Любовные романыLo cautivo con esas hermosas y sensuales caderas, con esas piernas que rodeaban el tubo metálico, esas finas manos que se pasaban por su hermoso cuerpo. su cabello moviéndose con el ritmo de la música, esos ojos verdes con toques azules lo enfocaron...