Capítulo 12

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Tsunade se encontraba en la oficina de su discípula, el sentimiento de culpa no abandono su ser desde que supo que el chakra de su alumna fue totalmente bloqueado por uno de sus compañeros de años atrás.

Kimura fue uno de los tantos conocidos y camaradas que tuvo en el tiempo en que ella decidió vagar por el mundo junto con Shizune, también fue uno de los colegas que no pudo salvar debido a su debilidad.

Aunque sucedió años después de lo ocurrido con Dan, la sensación nauseabunda y la parálisis que presentaba todo su cuerpo al ver una gran cantidad de sangre en sus manos aun la atormentaban. Fue debido a eso que no pudo hacer más por él.

[Tsunade... no quiero morir, sal-salvame...]

Aun podía rememorar y sentir vívidamente esa escena, viendo a Kimura tendido sin un brazo y una gran perforación en la cavidad estomacal la paralizaron, y aun en sus últimos momentos él le rogo por su vida. Pero ella no hizo nada, lo último que supo fue que Kimura pereció aun con sus ojos puestos en ella, rogando con su mirada que salvara su vida.

Ese es un hecho que la seguirá por toda la vida, y aun cuando fue capaz de superar ese oscuro episodio en su existencia, la culpa y el arrepentimiento seguían presentes.

Mientras mantenía la vista perdida en el techo de la oficina, pasos apresurados se escuchaban acercarse cada vez más por el pasillo. No le tomo importancia ya que en el hospital todos los días se vivían experiencias de vida o muerte, dado a eso todos los médicos iban de un lugar a otro sin descanso.

Pero su momento de auto tormento se vio interrumpido por el sonido de la puerta al ser abierta de manera estrepita y la cara de Shizune totalmente preocupada.

–Es Sakura...

Solo esas dos palabras bastaron para que de inmediato se levantara de su asiento y siguiera a una apurada Shizune.

***

Cuando tomo a Sakura en brazos, el lugar que se le presento para llevarla fue a la comodidad de su casa. La preocupación que sentía por su compañera en brazos era notoria, descartaron la posibilidad de ir por las calles y tomaron camino por los techos de las casas.

Podía escuchar como la chica en sus brazos soltaba pequeños quejidos dolorosos, este hecho no le pareció demasiado extraño ya que la vez pasada sucedió lo mismo con ella. Pero cuando estaban a nada de llegar a su hogar, una tos ahogada broto de la garganta de la chica haciendo que dirigiera su completa atención a ella, se detuvo de inmediato al ver cómo, cada vez que la chica se convulsionaba debido a la tos, un poco de sangre brotaba de sus labios.

Empalideció al notar aquello.

–¡Sasuke! – llamando a su amigo que iba un poco por delante de él, hizo que volteara en su dirección –. Vayamos al hospital.

La mirada confusa de su amigo se mostró en su rostro, pero cuando sus ojos heterocromáticos se posaron en la chica que estaba en sus brazos, con un hilo de sangre saliendo de una de las esquinas de su boca, comprendió la situación y con un poco de preocupación en su rostro lo siguió de cerca.

Irrumpieron de manera estrepitosa una de las habitaciones del hospital, Naruto recostó a su compañera en una de las camas vacías que había en la habitación.

Y Sasuke con voz demandante, le ordeno a una de las enfermeras que trajeran a la quinta Hokage en persona.

–Mierda – murmuro el rubio.

De manera desesperada, busco algún paño con el cual limpiar las comisuras de la boca de su compañera. Sus manos presentaban un temblor que hacía que cada uno de sus movimientos fueran torpes.

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