| Sexo explícito | Matrimonio concertado |Mpreg | Malas decisiones | Esto es ficción, escribir no implica que tenga que estar de acuerdo con las opiniones de mis personajes |
Capítulo único
Baekhyun no era estúpido, ese es el primer error que había cometido su marido (seguido de otros más) . Chanyeol lo subestimaba en demasía, creía que su pareja solo servía para ser sacado en eventos importantes y prepararle la comida después de un duro día de trabajo. Baekhyun soportó diligentemente cada una de las discusiones en las que se enzarzó con su pareja, todo esto porque no estaba dispuesto a perderlo. Sabía que Chanyeol no lo amaba. Nunca lo hizo, y estaba en su derecho, al fin y al cabo, su matrimonio nunca fue de mutuo acuerdo. Ni siquiera habían intercambiado más de unas pocas palabras antes de dar el sí quiero. Sus padres lo acordaron todo con antelación, por el bien de sus empresas, para fortalecer su patrimonio y no acabar en la deriva. Baekhyun accedió porque ansiaba complacer a su familia, su padre era lo más importante que tenía, conocía sus propios límites, así que estaba convencido de que podía con todo esto, no le importaba casarse con un desconocido si era por el bien de su familia. Al principio, debía admitir que temía por saber quién era la otra parte. ¿Sería muy mayor? ¿Un buen hombre? ¿Atractivo o nada agraciado? Sin embargo, todos estas inquietudes quedaron mitigadas en cuanto los presentaron.
Chanyeol era una de las personas más atractivas que había conocido en su vida, se veía como uno de esos idols que salía en televisión. Baekhyun no pudo evitar sentirse encantado ante la presencia del contrario. Su futuro marido era alto como un poste, y lo suficientemente fornido como para tomarlo en brazos y no soltarlo, tenía una preciosa sonrisa y una mandíbula afilada que ensalzaba su apariencia. También era muy gracioso, gozaba de una labia que instaba a prestarle atención y no desviar la atención de él. En aquel instante, a Baekhyun se le pasó por la cabeza que si aquel hombre iba a ser su futura pareja, tal vez la situación ya no era tan nefasta como se la pintaron en un principio.
Baekhyun se encontró impaciente ante la idea de dar el sí quiero, pero en cuanto lo hicieron, en el momento en que se acercó al altar vestido de blanco y aceptó unir ambos caminos en una misma dirección, Baekhyun pudo reparar en que algo no iba bien entre los dos. Chanyeol no lo trababa de la mejor manera, no es que fuera borde o le faltara el respeto, pero tampoco se preocupaba por él lo suficiente, era como si su presencia en la casa le resultara indiferente. Además, tampoco lo tocaba demasiado, en su viaje de bodas, no tuvieron sexo, y en cuanto empezaron a vivir juntos, pocas veces se animaba a dormir en la misma habitación que su pareja.
—Hablé con mis padres — anunció un día Chanyeol, su interés aún puesto en la comida más que en la conversación en sí—. Dicen que quieren tener nietos, ¿estás bien con ello?
La mirada de Baekhyun brilló, llevaban un total de seis meses juntos y Chanyeol solo había mantenido relaciones sexuales con él tres veces. Tener un hijo significaba pasar más tiempo juntos, tocarse de forma íntima e intentar enmendar su relación. Tal vez, Chanyeol podría incluso enamorarse de él, ¿quién sabe?
—Estoy bien— terminó aceptando, Chanyeol simplemente asintió, ese mismo día lo arrastró a la cama y mantuvieron relaciones hasta pasadas la medianoche.
Empezaron a intentarlo con más frecuencia, al menos tres veces a la semana. Baekhyun estaba feliz, porque Chanyeol parecía disfrutarlo, cuando lo embestía, bajaba la guardia, su expresión de indiferencia se difuminaba y daba paso a una mueca lasciva. Era como si las barreras que se interponían entre ellos fueran destruidas poco a poco. Lo siguieron intentando, hasta que un día Baekhyun le mostró en el desayuno una prueba de embarazo, Chanyeol la tomó con vacilación; daba positivo.
—Lo hemos conseguido— le dijo el menor, con una hermosa sonrisa adornando sus labios. No había pensando en lo emocionante que era ser padre hasta que, en efecto, se convirtió en una realidad.
Chanyeol lo meditó por un rato, después terminó esbozando una sonrisa, no tan amplia con la de su pareja, pero que dejaba entrever que la noticia le agradaba.
—Eso parece, ¿verdad?
Ocho meses después, nacieron Sooyoung y Junsu, dos mellizos que tocaron la puerta del corazón de Baekhyun para quedarse. Los padres de Chanyeol estaban locos de alegría ante la llegada de sus nietos, Sooyoung era una bebé muy traviesa, mientras que Junsu era callado. Por otro lado, para la sorpresa de Baekhyun, Chanyeol era quien más extasiado se encontraba ante la llegada de sus dos hijos. El menor sabía que su marido solo le había pedido tener hijos para complacer a sus progenitores, no obstante, nunca tuvo la certeza de que él lo quisiera también. Durante el embarazo, a pesar de que Chanyeol se comportó muy bien y estuvo en cada una de las adversidades que se les presentó, Baekhyun consideró más de una vez la idea de que Chanyeol no pudiera amar a sus hijos por haberlos tenido con una persona indeseada. Eso le rompía el corazón, Baekhyun era consciente de que no era la mejor opción, Chanyeol podría haberse ido con otro chico mucho más bonito, alguien con quien hubiera tenido citas y con el que años más tarde decidiera casarse. No con Byun Baekhyun, un chico al que ni siquiera le dirigía la palabra, a quien no parecía amar ni conocer en lo absoluto.
Por suerte, no fue así. Chanyeol tomó el papel de padre y lo hizo con gusto. Ya no estaba ausente, venía más seguido a casa a pesar de tener trabajo e intentaba conversar con Baekhyun. Ahora que tenían tareas que los relacionaban a dos bolitas de talco, había mucho más temas de conversación entre ambos, lo cual contenaba a Baekhyun.
Una tarde cualquiera, donde Sooyoung y Junsu se quedaron al cuidado de la madre de Baekhyun, el menor decidió preparar algo de comida a su pareja, pues con el ajetreo que llevaba siendo padre primerizo, ya no podía ni prepararle la comida a Chanyeol, no es que tuviera que hacerlo a la fuerza, a él le gustaba prepararle comida y que su esposo se la llevara al trabajo, era como un muestra del afecto que le profesa. Hacerle ver cuán importante era en su vida.
Chanyeol ya se había ido a trabajar, por lo que pensó que sería buena idea visitarlo. No sé molestó en llamar, era su esposo después de todo y no se vería raro que se pasara por la consulta. Una vez llegó al hospital, preguntó por el doctor Park Chanyeol, una recepcionista muy risueña le explicó que debía estar en su tiempo de descanso y que si no lo encontraba en la cafetería, lo más seguro es que siguiera en su consulta. Baekhyun asintió ante las indicaciones de la mujer, tomó rumbo a la cafetería, en cuanto no vio rastro del alto, se dirigió hacia su respectiva consulta, iba a abrir con decisión, con una bonita sonrisa enmarcada en su rostro, pero entonces escuchó algo que le hizo parar en seco. Gemidos, estaba seguro de haberlos escuchado. De repente, su corazón empezó a latir con velocidad, a la par que tanteaba la idea de abrir la puerta. Ni siquiera sabía si esta tenía pestillo, o sí podría soportar aquello que se fuera a encontrar adentro. Cómo pudo, se dispuso a abrir, despacio. No había seguro alguno, entreabrió la puerta lo suficiente como para poder vislumbrar lo que había adentro. Se tapó la boca rápidamente, ahogando un gritó ante la impresión. Chanyeol estaba follándose a una chica, abrazándola y acariciando cada recóndito lugar de su delgado cuerpo, besando su cuello mientras que la miraba de una forma que nunca había hecho con él.
—¡Sigue, Chanyeol!
—Como tú quieras, mi amor.
Se le aguaron los ojos, hubiera preferido ser apuñalado a escucharle referirse de esa manera a otra persona. Lo peor es que a Baekhyun nunca le había llamado con ese sobrenombre. Nunca.
Volvió a cerrar la puerta, procurando no ser visto, finalmente volvió a su coche, tirando la comida que preparó en el primer contenedor que interceptó.
Se permitió llorar, tanto como su dolorido corazón le implorara, después arrancó el coche y fue en busca de sus bebés.
***
Baekhyun tomó a Sooyoung en brazos, jugando con ella mientras que Chanyeol cambiaba el pañal a Junsu. La levantó repetidas veces, ella sonreía, con su tierna boquita sin dientes.
—¿Quién es la princesa más bonita de todos los reinos?— preguntó, consciente de que no recibiría respuesta alguna, en su lugar, su hija de cinco meses soltó una carcajada, curiosa por el significado de las palabras que le dedicaba su papi.
Junsu movió sus ojitos, se topó con su papá Chanyeol, mas eso no le resultó suficiente, en seguida empezó a llorar, en busca de su otro padre.
—Creo que alguien está celoso de Sooyoung— informó Chanyeol con una sonrisa sincera, le encantaba pasar el tiempo con sus hijos—. No es justo que te quieran más a ti, Baekhyun.
Baekhyun se encogió de hombros, tomando a su otro bebé también, se permitió besar su cabecita en el transcurso. Cargar con dos bebés a la vez era difícil, pero con práctica ya no parecía tarea imposible.
—Bueno, salieron de mi barriga, soy quien más tiempo pasa con ellos y saben que los amo incondicionalmente—respondió Baekhyun, con intención de atacar a Chanyeol. Al parecer lo consiguió, porque el alto frunció el ceño sin acabar de entender, posando sus grandes manos en su cintura. Aguardando por una explicación.
—También son mis hijos y los amo incondicionalmente— se defendió. Baekhyun alzó una ceja inquisitiva, como si tuviera algo que añadir pero no lo hizo—. Baek, ¿te pasa algo? Pareces extraño.
Baekhyun se mordió la lengua, no iba a revelarle que lo había visto follándose a una empleada del trabajo. No, porque él podía ser muchas cosas, pero no era estúpido. No iba a permitir que una desconocida acabara con su matrimonio, y mucho menos que Chanyeol se saliera con la suya. Chanyeol era su marido, así que no lo soltaría sin antes pelear. Por muy traicionado que se sintiera. No era momento de llorar, ya lo haría cuando el mayor se fuera a trabajar, en medio de su desolado hogar.
—No estoy extraño, es solo que dudo que exista alguien que ame tanto a mis hijos como yo. No hay nadie, Chanyeol. Nadie— recalcó, no entendía porque se comportaba de esa forma. Quizá es que quería hacerle ver a su esposo que si las cosas se retorcían ente los dos, aún le quedarían sus hijos, eran suyos y lo iban a preferir por encima de cualquiera. Incluso de Chanyeol. Baekhyun no mentía cuando alegaba que nadie amaba más a sus hijos de lo que él pudiera hacerlo.
—Bueno pues, difiero, también los amo mucho. Sigo siendo el padre.
Baekhyun no dijo nada más, en su lugar le dedicó una última mirada a Chanyeol, más vacía de lo común, y salió del cuarto con sus bebés en brazos. Sentir el olor característico en los bebés entremezclado con el talco lo reconfortaba de alguna manera, Junsu soltó un adorable sonido y Sooyoung lo imitó, Baekhyun se imaginó que eran palabras de consuelo, sus hijos sabían que estaba pasando por una adversidad y lo querían hacer sentir bien. Besó a sus dos bebés, agradecido de haberlos tenido. Casarse con un desconocido no había sido la decisión más sensata, por mucho que hubiera llegado a querer a su marido, pero no sé arrepentía de nada, porque gracias a esa retorcida decisión, tenía a sus hijos consigo. Los alimentó hasta que se saciaron, luego los dejó en sus cunas, dormidos. Sus bebés tenían su propio cuarto, aunque de normal dormían con Chanyeol y él, ese día Baekhyun de decantó por dejarlos descansar en su respectiva habitación, ya que prefería quedarse a solas con su marido. Se metió en el baño, abrió el grifo de la bañera y una vez llenada se dispuso a sumergirse, disfrutando de la sensación de las burbujas en su cuerpo. Al terminar, se miró en el espejo antes de tomar una cuchilla en mano. Ya no sé veía como en su boda, no pesaba cincuenta y cinco kilos ni tenía un cuerpo liso y libre de cicatrices. Cargar con dos bebés dentro tuya no era tarea fácil, en el transcurso del embarazo engordó un total de once kilos. Once aborrecibles kilos de los que no había logrado deshacerse, si era sincero, ni siquiera hizo el intento, de todas formas Chanyeol no lo tocó desde que supo que estaba embarazado y por encima de todo, estaba demasiado ocupado con sus dos pequeños como para prestarle la atención merecida a su apariencia.
Baekhyun se tocó el vientre ligerame prominente, en él se advertía una gran cicatriz que abarca la parte baja. También tenía estrías, en las caderas y muslos, fruto del repentino cambio en su cuerpo. Baekhyun no se veía bien, al menos esa era su opinión, sabía que podía dar mucho más de sí, pero no había tiempo para perder peso y impregnarse de ungüentos hasta volver a su antiguo cuerpo. En lo que él lo intentaba, puede que Chanyeol ya se hubiera alejado, de la mano de alguien más. Debía de actuar esa misma noche, por lo que solo pedía que Chanyeol no lo rechazara o le resultara muy desagradable tener sexo en esas condiciones.
Tomó la cuchilla y comenzó a depilarse entero; los brazos, las piernas, el interior de su trasero y el vello púbico, el resultado era un cuerpo suave que le duraría poco tiempo pero que podría resultarle efectivo esa noche. Se maquilló, dándole especial atención a su mirada, sabía que a Chanyeol le gustaban sus ojos, más de una vez lo había pillado absorto en ellos por lo que pensaba usarlo a su favor. Después de perfumarse y envolverse en la bata de seda más sensual que tenía, se animó a salir por fin del baño, con las manos temblorosa. Puede que su vida sexual no fuera muy activa, pero también era cierto que jamás había dado el primer paso, le avergonzaba mucho pedírselo a su marido, él sobreentendía que si Chanyeol no mostraba interés en tener sexo, era porque simplemente ese día no tenía ganas. Debió ser muy ingenuo, seguramente estúpido, estaba claro que practicaban muy poco sexo para ser un matrimonio...estaba claro que Chanyeol tenía a alguien más, ¿cuál habría sido la razón de su escaso interés? No había conseguido ver en su totalidad a la chica, pero tenía un cuerpo de infarto, muy diferente a su amorfo cuerpo, eso le daba inseguridad, más de la que había sentido en todo lo que llevaba de matrimonio, a pesar de todo no desistió. Tenía claro que esto era una guerra, apartaría lo que le molestaba y se quedaría con lo que era de su interés.
En cuanto abrió la puerta de su habitación, se encontró con Chanyeol metido ya en la cama, tenía entre sus manos un libro sobre anatomía humana, en él apuntaba algo, no se molestó en mirar en dirección a la puerta a pesar de haber oído el ruido proveniente de ella.
—¿Piensas irte a la cama ahora?— preguntó el rubio, caminando con detención hacia su presa.
—No realmente, quería estudiar un rato ahora que tengo un poco de tiempo— argumentó, deshaciéndose de sus gafas de lectura—. ¿No te tragiste a nuestros bebés?— quiso saber ante la ausencia de llantos en la habitación, pero no le hizo falta ninguna respuesta en cuanto levantó la mirada para enfrentar a su esposo.
Chanyeol se mantuvo mirándole, expectante, sus labios se entreabrieron y en algún punto las gafas terminaron en el suelo. No podía estar seguro del significado que había tras su reacción, aunque juraría que era algo positivo.
—¿Qué llevas puesto?— alcanzó a decir el mayor.
—¿Tienes algo importante que hacer mañana?— inquirió Baekhyun, en un tono sardónico—. Pues mejor cancélalo— propuso a la par que se deshacía de la bata como sumo cuidado, procurando que Chanyeol no perdiera ni un solo detalle de sus movimientos—, porque lo mismo no estarás descansado para mañana.
Chanyeol no desvió la atención de su cuerpo en ninguno momento. Baekhyun se sintió expuesto, el mayor se incorporó de su puesto, alcanzó a Baekhyun y, realmiéndose los labios antes de comenzar, habló.
—¿Qué es esto?
Baekhyun temió que su mayor temor se hiciera realidad. Si Chanyeol le decía que no, lo más seguro es que no pudiera sobrellevar semejante golpe a su autoestima. Como pudo, se encogió de hombros, intentando sonreír con despreocupación.
—Eres mi marido, Chanyeol— comenzó, alzando la mano para cubrir el bícep bien formado de su esposo—. Quiero que me folles, no es nada del otro mundo, ¿verdad?— Chanyeol se tomó su tiempo en dar el siguiente movimiento, Baekhyun, a pesar de sentir la necesidad de bajar la mirada, no se dejó intimidar en ninguno momento, por el bien de su propio orgullo mantuvo la mirada fija.
Chanyeol acortó la distancia, tomó la tela roja que aún colgaba en los brazos de Baekhyun y se deshizo de ella por completo. Ahora sí, dejando a Baekhyun totalmente desnudo. El mayor tomó las mejillas de su pequeño esposo, las acarició una sola vez antes de lanzarse a besarlo, el beso fue en crescendo, los cálidos labios de Chanyeol se amoldaban a la perfección, dando paso a su lengua en la boca contaria. Baekhyun lo tomó gustoso, hacía un tiempo que no lo besaba de esa forma, con una ferocidad que lo hacía sentirse vivo, quizá deseado. Chanyeol siguió devorando su boca, permitiéndose rodear las caderas anchas de su pareja, Baekhyun gimió contra la boca del mayor en cuanto sintió las grandes manos de Chanyeol aferrándose con fuerza a la zona donde se hallaban sus estrías.
—Creo que debemos parar— sugirió en broma Baekhyun, entre besos. Quería probar a Chanyeol, saber cuánto lo deseaba—. ¿No estabas estudiando?—
Chanyeol lo tomó de su brazo, tirándolo hacia el colchón, se miraron a los ojos y pudo ver el fuego que irradiaba en los orbes oscuros de su marido.
—Eso puede esperar para otro día, en este momento me gustaría que te abras de piernas—Baekyun esbozó una sonrisa sugerente, negó con la cabeza ante la petición de su esposo. Prefería ser él quien dirigiera la sesión de sexo, Chanyeol ya follaba y se saciaba lo suficiente con otra persona, era su turno de disfrutar lo máximo que estaba en sus manos del sexo.
—Primero, quiero que me llenes de besos, bésame por todos lados, no dejes ni un solo rincón de mi cuerpo— Baekhyun recordó el suceso de esta mañana, la forma en la que Chanyeol besaba, casi venerando, el cuerpo de esa chica. Con el nunca hubo de eso, a lo sumo, besaba su cuello en algún punto álgido de su orgasmo, pero jamás lo había cubierto de besos. Si era capaz de hacerlo con su amante, entonces con él debía ser aún más complaciente.
Chanyeol arrugó el entrecejo, sorprendido por su petición, a pesar de ello, no puso objeción alguna. Se acercó a su cuello y comenzó a lamer su extensión, besando con fervor, descendió hasta su torso, repartiendo besos por la impoluta piel, lamiendo los pezones de su pareja, entretenido con ese par de botones rojos. Baekhyun gritó ante el desprevenido ataque, con toda la leche que retenía era inconcebible que Chanyeol pudiera lamerlos sin que el líquido se escurriera de sus pezones. Chanyeol fijó su mirada en la leche, era blanca y nada espesa, Baekhyun iba a levantarse, en busca de papel para limpiar el desastre, sin embargo, su pareja lo tomó del brazo, intuyendo su intenciones.
—No hace falta, ya lo limpio yo— propuso Chanyeol, plasmando en su angelical rostro una sonrisa traviesa, a continuación descendió la mirada y lamió con ahínco el charco de leche en su pecho—. Está rico, puedo entender porque Junsu pide tanto tu atención— Baekhyun cerró los ojos, concentrado en la sensación, en lo surrealista que era ver a Chanyeol bebiendo de su propia leche, algo que producía su cuerpo y que supuestamente iba dirigido a sus bebés.
—Junsu me ama— alcanzó a informar antes de volver a pegar un gritó después de que el mayor tomara su otro pezón y lo succionara por igual, bebiendo de él como si se tratara de su última comida.
Baekhyun no lo entendía, si tantas ganas tenía de comérselo vivo, debería hacer el esfuerzo de mantenerlo a su lado, debería hacerle el amor todos los días y susurrarle que estaba agradecido de tenerlo. Si tan fácil era que Chanyeol perdiera los cabales por él, tal vez era su culpa el no haber usado el sexo a su favor, si Chanyeol no daba el primer paso, debería ser él el insistente, volverlo totalmente adicto a su cuerpo y así tenerlo comiendo de la palma de la mano.
Chanyeol siguió besando el cuerpo de Baekhyun, descendió hasta la cicatriz de la cesarea, la acarició con su mano callosa.
—¿Esto se quedará por mucho tiempo?
—¿Importa? No me vas a meter nada por ahí, si te desagrada deberías mirar hacia otro lado— se apresuró en rebatir, aparentemente ofendido.
—Yo no dije nada en contra— se defendió Chanyeol, aún acariciando el vientre ajeno—. De hecho, me gusta verla, de alguna forma me recuerda que de ahí salieron nuestros dos bebés, nos hace estar más unidos.
«¿Unidos?», se jactó el menor, sintiendo la necesidad de cerrarle la boca de un puñetazo, de haber estado unidos no le engañaría ni sería tan descarado de compartir semejantes palabras de afecto.
Baekhyun se mantuvo callado, mientras que la experimentada lengua del alto recorría toda la extensión de la cicatriz. La llenó de saliva y sopló en ella, enviando una sensación de escalofrío por todo su cuerpo. No dejó ninguna zona sin besar, tomó sus manos, piernas, los dedos de los pies, su glande e inclusive de asomó en la entrada de Baekhyun donde dejó un casto beso.
—Voltéate— pidió Chanyeol, el rubio acotó su petición, en cuanto lo hizo, su esposo se lanzó en seguida a tomar las dos mejillas de su trasero, las amasó y abrió con sus manos, haciéndose paso en la entrada de Baekhyun, aspiró, impregnándose de su olor—. ¿Lo deseas Baekhyun?— el aludido asintió con la cabeza—. ¿Cuánto lo deseas?
—Casi tanto como tú quieres comerme el culo— respondió, totalmente desvergonzado.
Ese comentario pareció encender un interruptor en Chanyeol, quien soltó un gruñido nada favorecedor y se dispuso a lamer su entrada sin pretensión alguna, disfrutando de cada uno de los gemidos que lograba sonsacar a Baekhyun, su entrada comenzó a lubricar gracias a la sensación de tener la lengua de Chanyeol intentando hacerse un hueco en su cavidad .
—¡Sigue!— lo ánimo Baekhyun, sentía que se iba a desmayar de puro placer. Jamás alguien le había hecho sexo oral de aquella forma, sin reticencia alguna. Era como si la necesidad se hubiera adueñado de Chanyeol y todo lo demás le importara una santísima mierda.
Chanyeol le dio una nalgada antes de volver a voltearlo, lo tomaba como si su cuerpo fuera extremadamente liviano, ciertamente, comparado con su cuerpo fornido, Baekhyun no debía suponer ningún obstáculo para Chanyeol, ese detalle hizo sentir bien a Baekhyun. De alguna forma, le tranquilizaba saber que todavía cabía perfectamente en los brazos de su pareja.
Chanyeol seguía con su ropa, Baekhyun estaba demasiado absorto en las sensaciones que recorrían su cuerpo para percatarse de ese gran detalle, si estuviera más lucido seguramente la idea de ser el único desnudo no le produciría ninguna gracia. Ser juzgado bajo otra mirada era aterrador, aunque se tratara de su propio marido. Sin embargo, en esas condiciones donde se mantenía temblando, y queriendo todo de Chanyeol, francamente le importaba una mierda si el moreno seguía con su ropa. Fue en ese preciso instante, donde por obra del azar, Chanyeol comenzó a deshacerse de la camiseta y finalmente de sus pantalones. Tenía una notable mancha en los boxers, adornaba la silueta de su rígida polla. Baekhyun quiso acercarse y lamer aquel rastro de presemen por encima de la tela, así lo hizo. Jamás le había hecho una manada al moreno, pero porque nunca se lo pidió y a él le avergonzaba mucho la idea de proponérselo. Eso no implicaba que fuera un principiante, el también fue joven y cometió sus locuras en su momento.
—Oh Dios— siseó Chanyeol, tomando a Baekhyun de los pelos, para acercarlo más a su objetivo. El rubio lamió el boxer, tomándoselo con calma pero sin descanso—. Así, bebé— Baekhyun se alejó momentáneamente, aprovechando la oportunidad para deshacerse de la última prenda que cubría a su pareja.
—No me llames bebé, llámame amor, lo prefiero— le dijo, mientras se desprendía del prepucio oscuro para dar paso a un glande en forma de seta.
Chanyeol no se cuestionó su petición, tan solo aseguró el agarré en los cabellos de oro.
—Como tu prefieras, amor, pero cómeme la polla ya— Baekhyun rodó los ojos por la elección de sus palabras.
No le hizo esperar.
Tomó su polla en sus manos, el prepucio había aglomerado un rastro de presemen que todavía se concentraba en su glande, lo tomó en la palma de su mano y se ayudó de él para masturbar al moreno, el mayor parecía disfrutarlo, Baekhyun se apostaría el cuello a que en ese instante Chanyeol no podía ni recordar el nombre de su amante...ni el de sus hijos, ni siquiera el de su padre. Solamente su nombre, porque él era el causante de su estado y debería tenerlo muy presente en esa cabeza tan buena para retener información técnica sobre medicina, pero sumamente pésima para las relaciones de pareja.
Baekhyun se llevó la polla venosa de su pareja con gusto a la boca, sabía amarga, el sabor del presemen se apoderaba de sus papilas gustativas, cerró los ojos ante la sensación, su polla sintió un espasmo sin siquiera ser tocada. Amaba todo lo que Chanyeol pudiera darle, amaba su pene, no era grande, pero tampoco pequeño, tenía la longitud y el grosor justo para hacerle ver estrellas. Chanyeol lo tomó de la mandíbula con la intención de aflojar el agarre en su polla, y empezó a adentrarse él mismo, despacio, procurando que Baekhyun no sintiera náuseas por invadir su boca. Tragó toda su polla, de forma que sus labios tocaron la base y la nariz rozaba el vello púbico. Chanyeol echó la cabeza hacia atrás, sumido en el placer que le proporcionaba la calida boca de Baekhyun.
—Joder, amor, sí, así muy bien— alabó, follándose la preciosa boca del rubio, moviendo sus caderas con diligencia.
Chanyeol tuvo que parar en cuanto sintió una fuerte punzada en su vientre, si seguía así se correría en cuestión de segundos y no estaba entre sus planes terminar tan rápido. Sacó su brillante polla de los labios del rubio, verlo arrodillado tomando su pene y llenándose los labios de saliva era razón suficiente para correrse, por ello volteó la mirada, y tomó una larga bocanada, obligándose a retomar la compostura. En cuanto se sosegó y tuvo la certeza de que su erección no iba a explotar, el cuerpo de Baekhyun volvió a acaparar su atención, lo tomó de las piernas y lo abrió en su máxima extensión, mordió los muslos, apreciando cada una de sus curvas.
Baekhyun amó cada una de sus mordidas, marcó sus muslos con saña, el dolor se entremezclaba con el inminente placer, generando una sensación adictiva que lo hacía suplicar por más.
—Chanyeol, ya— el susodicho rio, entretenido con las súplicas de su marido.
Pero no tuvo compasión, prefirió devolverle el favor a Baekhyun en tanto su pene descansaba. Beso nuevamente su vientre antes de descender a la zona de su pene lampiño. Tomó la erección rosada y la metió en su boca. Los ojos de Baekhyun se cristalizaron, sentía que su cuerpo no daba para más, y así se lo hizo saber a Chanyeol.
—Chan...como no me falles ahora mismo, me voy a correr y se acabará la fiesta— le advirtió, Chanbaek alzó la mirada alarmado, aún con la pequeña polla de su pareja en su boca. Liberó la erección, mientras apreciaba el pecho de Baekhyun subiendo y bajando.
—Como desees, amor.
Baekhyun asintió en aprobación al sentir el dedo índice de Chanyeol contra su entrada, dándose pasó gracias al lubricante natural y a su propia saliva, meter el primer dedo resultó sumamente fácil, lo movió un par de veces y luego se ayudó con el dedo corazón para extender la entrada lo máximo posible, acostumbrándolo a la intromisión.
—Chanyeol— pidió, lo tomó de su brazo para acercarse a su cuerpo, así pudieron besarse, con los dedos sel moreno aún adentro de él, Baekhyun sintió la erección de su marido contra su muslo, provocándole un cosquilleo que terminaba centrándose en sus piernas y pene—. te necesito, por favor. Ahora, te lo pido por favor— Chanyeol lo miró con intensidad, como si quisiera ver a través de su cuerpo. Baekhyun recién se daba cuenta del efecto que provocaba en Chanyeol una actitud sumisa pero segura en la cama. Se sentía deseado por el hombre que amaba, y por un momento, casi olvidó su infidelidad.
El mayor sacó sus dedo de su interior, sobó su agujero una última vez y al fin guió su hambrienta polla hacia la entrada, permitiéndose entrar con persimonia, regocijándose del gusto.
—Joder, joder, estás tan estrecho Baek— farfulló mientras gruñía entre embestidas.
Baekhyun agradeció sentir la polla de Chanyeol llenando aquel vacío que se había apoderado de él desde la mañana. Gimió del gusto, y dejó salir de su garganta gritos más graves de lo habitual, esos sonidos encendieron más aún a Chanyeol, quien aceleró el ritmo.
—Eso es porque nunca me han jodido lo suficiente Chanyeol, es una pena que no puedas mantenerme saciado y feliz, ¿no lo crees?— dijo como pudo, con la respiración agitada, de repente el ritmo de las embestidas desaceleró. Baekhyun gruñó en desacuerdo.
—¿No te mantengo saciado y feliz?— preguntó, claramente molesto por su intervención, sin dejar de hacerse paso en su culo.
—¿Cuál fue la última vez que follamos?— Chanyeol se calló, comprendiendo su punto—. Eso responde a tu pregunta— completó, el alto por su parte, embistió con más fuerza, desfogando su frustración con sexo. Era evidente que había herido su ego, y saber eso, complacía a Baekhyun en sobremanera—. Quizá deba buscarme un amante— sugirió, intentando sonar en broma.
Chanyeol acercó su rostro a Baekhyun, sin molestarse en cubrir su evidente enfado, su cabello estaba empapado en sudor, y las gotas descendían una a una por el cuello del rubio. Baekhyun contempló lo perfecto que se veía Chanyeol así, con el rostros empapado de sudor y sus músculos contraídos por el esfuerzo.
—¿A qué juegas?
El rubio rodeó el cuello del contrario y lo empujó hacia la cama, terminando él encima del alto, con la polla aún enterrada adentro de su trasero. Chanyeol abrió los ojos por la impresión, ya que no se esperaba ese repentino cambio de posiciones.
—Solo estaba bromeando— Chanyeol lo fulminó una última vez antes de atacar sus labios con fogosidad, colocando las manos en las caderas de Baekhyun, sus dedos eran largos y el rubio soltaba gemidos de satisfacción cada vez que Chanyeol rozaba sus estrías, entreteniéndose con el tacto.
—Tú no necesitas a nadie más, te quedas conmigo, ¿de acuerdo?— dijo el mayor, contra los labios de Baekhyun, aún rozándose.
Baekhyun comenzó moviendo las caderas, experimentando con la nueva posición. El pene de Chanyeol se adentraba mucho mejor así, a ser posible. Dejó sus pequeñas manos posadas en el pecho del contrario, impulsándose para tomar mejor su polla, Baekhyun siguió gimiendo sintiendo que al fin estaba tocando ese punto en él que lo hacía ver estrellas. Chanyeol tomó una de las manos de Baekhyun y la dirigió a su boca, lamiendo así sus dedos, repartiendo besos en la extensión de su pequeña mano.
—Demuéstramelo.
—¿Cómo?— cuestionó Chanyeol, sin comprender la reciente declaración del rubio.
—Que me demuestres que no necesito salir a buscar sexo con nadie más— explicó mientras seguía cabalgando su polla.
Cansado del esfuerzo físico que implicaba estar arriba, Baekhyun jadeó de cansancio y se derrumbó encima del pecho de Chanyeol, este siguió moviéndose, ahora mucho más lento, buscando complacerlos a los dos y culminar de una vez por todas. El mayor tomó el trasero de Baekhyun y lo amasó, apretando y aflojando, dejando una mejor intromisión a su polla.
—No necesitas hacerlo, desde luego que no— concluyó el moreno con un tono duro—. Y ahora te lo voy a demostrar.
Chanyeol invirtió sus posiciones nuevamente, levantando las piernas de Baekhyun, posiciónandolas en sus hombros antes de volver a adentrarse con fuerza. El menor gimió, pidiendo por más, siempre por más, Chanyeol embistió sin consideración, ejerciendo una fuerza brutal que nunca antes uso con Baekhyun, este último gimió ante la sensación, sus piernas comenzaron a temblar y comprendió que estaba cerca. El calor se concentraba en sus mejillas y en su vientre, Chanyeol tomó el pene de su esposo y comenzó a masturbarlo con la misma brutalidad en la que lo embestía.
—¡Chanyeol!— advirtió, antes de explotar al ver fuegos artificiales, llenando la mano del mayor y parte de su propio pecho.
El alto soltó un feroz gruñido, el trasero de Baekhyun se apretó tras el intenso orgasmo que experimentó, asfixiando así la polla del mayor. Quién medio adolorido, empezó a sentir el reflejo de su orgasmo, soltó las piernas del rubio y se dirigió a su hombro, mordiéndolo sin reparo alguno mientras se venía en su interior. Baekhyun cerró los ojos, desfallecido por la polla de Chanyeol que recibía una suma de espasmos y lo llenaba de semen.
Chanyeol se derrumbó, totalmente exhausto por el sexo que recién acababa de tener con su esposo.
—Dios, Baekhyun eso ha sido...
—La puta hostia— propuso, el moreno asintió, muy de acuerdo con su elección de palabras.
El pequeño rodeó las caderas de Chanyeol con sus piernas, aferrándose a su cuerpo como si de un mono se tratara, aspiró el olor de su esposo en el cuello, lamiendo el rastro de sudor. Chanyeol protestó por la acción, pero tampoco lo alejó. Se quedaron así un rato, hasta que el llanto de Sooyoung llamó la atención de Baekhyun, el rubio se incorporó de la cama, obligando a que su pareja se saliera de él, como pudo se limpió las evidencias de su más reciente actividad y se dirigió a ver a su bebé con una gran sonrisa en el rostro.
***
Las semanas comenzaron a transcurrir, y Baekhyun no bajó la guardia en ningún momento. Comenzó a complacer a Chanyeol de la manera en la que él sabía que más disfrutaba. El sexo se convirtió en una práctica habitual entre ellos, su pareja ya no llegaba nunca tarde, principalmente porque él no se lo permitía. El menor se volvió mucho más cariñoso con su marido, pocas veces se apartaba de él, charlaban la mayoría del tiempo, cualquier tema de conversación era viable para ellos, de forma que su relación comenzó a ser mucho más estrecha. Chanyeol se le veía muy a gusto, lo cual Baekhyun celebraba en su interior. No debía tener mucho tiempo para ver a su amante, porque el procuraba acapararlo por completo. Mantenía el suficiente sexo con él para que se le quitarán las ganas de buscar a alguien más, también comenzó a invitarlo a citas, empezaron a salir juntos, en compañía de sus hijos, iban a visitar el centro comercial, la protectora de animales, veían películas juntos e incluso en ocasiones Baekhyun dejaba a sus pequeños con su madre, aprovechando para ir a cenar junto con Chanyeol.
Aunque todo esto no fue nada relevante, lo que verdaderamente le hizo saborear la victoria fue la mañana en la que se despidió de Chanyeol tras un profundo beso, y el mayor lo tomó de la cintura, acercándose lo suficientemente cerca de él para susurrarle en el oído.
—Adios, te quiero.
Te quiero.
Te Quiero.
TE QUIERO.
¡Oh Dios mío! En esos casi dos años que llevaban juntos, nunca antes Chanyeol le había dedicado esas dos palabras. Una frase que sonaba corta y sencilla de articular, pero que Baekhyun había añorado durante mucho tiempo, y justo ahora al fin las escuchaba de su marido. Sonrió, sin creerse que era cierto. Las cosas seguían bien entre los dos, Baekhyun escuchó una vez a su marido mantener una acalorada discusión con alguien por teléfono. Podía hacerse una ligera idea de quién era, Chanyeol le espetaba que su familia iba primero, el menor sonrió triunfante y se apresuró en volver con sus hijos para no ser descubierto. De vez en cuando se pasaba también por el hospital, pero Baekhyun no se lo hacía saber nunca al moreno, a veces veía a Chanyeol con una chica alta y de pelo oscuro, la reconocía fácilmente, descubrió que se llamaba Park Eunbi y que estaba especializada en cirugía. Aunque la mayoría del tiempo debía reconocer que encontraba a Chanyeol en los almuerzos conversando animadamente con sus compañeros de trabajo.
—Me encantas, pequeño— anunció Chanyeol, en cuanto llegó al clímax, besó al rubio en la mejilla y se hizo a un lado, dejándolo respirar.
—Chanyeol, ¿me quieres?— el aludido lo miró, sorprendido por la pregunta.
—Sí, claro— terminó contestando, no le había costado tanto tiempo responder, cosa que agradeció Baekhyun en su interior.
—Yo también te amo— le dijo de corazón, el mayor dirigió su mano al rostro de su esposo, admirando sus facciones—. No dejarías que me fuera, a pesar de que nuestra boda fue concretada. No te arrepientes de tenerme aquí, contigo, ¿verdad?
Chanyeol bufó, sin saber cómo proseguir. Lo cierto es que nunca habían tocado el tema, era un tema delicado y que aún no cicatrizaba en su totalidad. En un principio, Chanyeol había estado tan enojado por ese matrimonio. ¿Cómo es que su propia familia podía empujarlo a casarse con un chico que no conocía de nada? Al principio, se había sentido tan despechado, no solo hacia Baekhyun, sino por todo el mundo. Y principalmente por él mismo. Pero...ahora, mirando hacia atrás, se encontraba con que las cosas habían cambiado en gran medida. Baekhyun ya no era un desconocido, era el padre de sus hijos, y la persona con quién compartía absolutamente todo. Sentía un afecto por él casi inmensurable, ese chico le había proporcionado tantas cosas a su vida, que sentía que le debía una disculpa sincera. Porque no es como si no hubiera reparado en el daño que le había hecho en los primeros meses como pareja. El hecho de que no le prestase la suficiente importancia e intentara seguir con su vida sin considerar si sus decisiones podían afectar a su esposo.
—No me arrepiento, porque te quiero y de verdad me alegra haberme casado contigo, Baek.
El rubio sonrió, tomando la mano de Chanyeol.
—En ese caso, tenme el respeto que me merezco y deja a tu amante.
El mayor no tuvo palabras para expresar su desconcierto. Baekhyun lo miraba con decisión, como si no tuviera duda alguna de lo que acababa de decir.
—Baek, yo...
—No quiero tus explicaciones, estoy dispuesto a perdonarte la infidelidad pero solo si me prometes que desde hoy mismo, yo seré el único.
Chanyeol tanteó sus opciones, podría haber negado la inminente realidad. Pero no creía que esa fuera una buena idea, de algún modo, Baekhyun parecía saber la verdad, y no serviría de nada negar descaradamente su acusación. Se decantó por ser sincero, a pesar de sentir un nudo formándose en la garganta.
—Hace más de un mes que no salgo con Eunbi, te elegí a ti, Baekhyun. Creo que realme te amo, a pesar de que he sido un gilipollas contigo. Lo siento.
—¿Cortaste...con ella? Me refiero, ¿es oficial o no?— el moreno negó, aguardando por las consecuencias—. En ese caso, mañana mismo lo harás— como pudo, se volvió a recostar y rodeó la cintura de su pareja—. Te quiero mucho, no te habría perdonado de ser así. Me has hecho mucho daño, ¿lo sabes?
Chanyeol abrazó con fuerza el pequeño cuerpo que tenía contra su torso.
—Conocía a Eunbi antes de que nos casaramos Baek. Yo...realmente la amé— los ojos del rubio se aguaron, consciente de que se estaba haciendo realidad su predicción. Él podía soportar una infidelidad, pero sentía que perdía el derecho a reclamarle a Chanyeol cuando ese amor floreció antes de que viniera él a estropearlo. ¿Era Baekhyun el malo? ¿Quién vino a romper su relación?
—¿Y ahora? ¿La amas?
—No más que a ti. Te amo porque eres una persona maravillosa, que se preocupa por sus hijos y nunca deja de sonreír, aprendí a amarte y he descubierto que eres lo mejor que me ha pasado.
Baekhyun apoyó su barbilla en el hombro contrario, dejando que las lágrimas descendieran sin ninguna adversidad de por medio.
—Juro que no volveré a engañarte.
—Pero la vas a ver todos los días.
—Si eso es lo que te preocupa, puedo pedirle a mi padre que me traslade de hospital, puedo trabajar en el hospital de tu padre. ¿Te parece bien?
Se limpió el rastro de lágrimas antes de contestarle.
—Esta bien, pero también quiero que reúnas a nuestra familia esta misma semana, te arrodillarás ante ellos y les pedirás disculpas por el error que cometiste.
Chanyeol no se lo pensó dos veces, le caería una buena reprimenda por parte de su padre, además de perder la confianza de la familia de su marido. Sin embargo, también sabía que se merecía más que eso, por lo que no puso objeción, Baekhyun quería castigarlo y él aceptaría todas las represalias que hicieran falta
***
Baekhyun tocó a la puerta antes de entrar, escuchó una agradable voz pidiéndole que entrara, así lo hizo. Eunbi sonrió en dirección de quién supuso que era un paciente. El rubio le dedicó una radiante sonrisa por igual. Tomó asiento frente a la atenta mirada de la chica. Era muy bonita, debajo de esa bata reglamentaria vestía un elegante vestido azulado, ceñido al cuerpo y que mostraba su figura de reloj de arena. Supuso que era más mayor que él, se notaba, debía de tener la edad de Chanyeol, e incluso podía ser más mayor.
—Hola, soy Byun Baekhyun— saludó, presentándose con el apellido de solero.
—Buenas— saludó con gentileza—. Cuénteme, qué es lo que le sucede.
—En realidad, venía a hablar con usted, doctora Park— aclaró, ella despegó la mirada del informe médico—. Soy Baekhyun, el marido de Park Chanyeol.
La mujer pareció tensarse al entender su visita. Su sonrisa desapareció, formando un rectus con sus labios.
—¿Qué quieres?
Baekhyun la miró con suficiencia, quería dejarle bien claro que él había ganado.
—No voy a hacer ningún jaleo, solo quería pasarme a conocerte. ¿Os divirtió reíros de mí? ¿Creer que no iba a enterarme?
—Salía con Chanyeol mucho antes de que os casarais.
—Tuvimos hijos, y aún así no quisiste soltarlo— señaló, con sorna—. De todas formas, solo venía a hacerte saber que perdiste. Cometisteis un grave error al creer que era estúpido y no me iba a enterar, pero aquí estoy. Te gané la partida. Chanyeol es mío.F I N
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Malas decisiones | Chanbaek
FanfictionTanto Chanyeol como Baekhyun no decidieron casarse por cuenta propia, la diferencia es que Baekhyun aprendió a amar a su esposo con el tiempo. 2019 ©