𝑼𝒏𝒂 𝑵𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒅𝒆 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒅𝒂𝒅 𝟷/𝟹

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—Dígale que ya casi voy —Massimo dejó el periódico que estaba leyendo y se levantó del asiento.

Alberto y tú bajan al patio junto con Luca que los seguía también. Observan a Massimo abrir la puerta del patio; quién es recibido por una mujer joven, de tes blanca, de cabello rubio ondulado y muy alta.

—¡Buon pomeriggio Signore Massimo!, ¿come sta? (Buenas tardes señor Massimo, ¿cómo está?) —saluda alegremente la muchacha.

—¡Molto bene Miss Mildred, piacere di rivederla! (Muy bien señorita Mildred, un placer verla) —dijo el hombre.

—¡Ay! —dijo Mildred al verlos a ustedes— Hola chicos ¿qué tal? —exclamó saludando con la mano desde lejos.

—¡Muy bien gracias! —responden los tres en coro.

Mildred no te conocía y se interesó al verte:

Ciao bella, ¿come ti chiami? (Hola hermosa, ¿cómo te llamas?)

La miras confundida porque no sabes lo que te pregunta, no haces más que sonreír de vergüenza.

—_______ D'Angelo —responde Massimo— la estoy cuidando desde hace unos meses.

—Es un placer _______ —dijo la muchacha— ¿Y Giulia está bien?

—Más que bien —dijo el hombre entre risas.

—¡Me alegra mucho! Pues mire señor Marcovaldo, vengo a hacerle una invitación muy especial.

—¿De qué se trataría?

—¡Pues es de mi agrado comentarle que ya tenemos la fecha de mi boda! —dijo ella casi llorando de la emoción—, aquí le entrego la invitación —Mildred le da una tarjeta con el lugar y la fecha exacta de la boda.

—Muchas felicidades, yo sé que Alan es un joven muy bueno para usted. Le agradezco por tomarnos en cuenta —dijo Massimo con un inusual tono alegre.

—Aunque hay un problema... sólo pueden asistir adultos o jóvenes mayores de 16 años, ya es una fiesta muy sofisticada.

—Disculpe Señorita Mildred —interrumpió Luca—, Giulia y yo apenas tenemos 15 años, ¿entonces no podremos ir? —dijo con desgano.

—Ay ustedes no se preocupen. Yo les haré un trato especial, también pueden ir —dice risueña.

—¡Estupendo! Podremos ir todos —chilló Luca celebrando.

Mildred se reía con la reacción divertida del Luca:

—Sería también muy bueno que invitaras a tu esposa, Massimo. Ella tiene auto y así no deben tomar el tren. Piénsalo, te dí cuatro espacios, más los cuatro extras; sería lindo verlos a todos en la boda.

—Veré cómo me comunico con Carolina, gracias una vez más Mildred —se despidió él.

—¡Ciao ciao! —añadió la chica antes de irse.

Massimo estaba a punto de entrar a la casa, pero Luca lo empezó a interrogar:

—¿Entonces Carolina vendrá con nosotros? Y ¿nos llevará en auto? A ver la invitación... ¿qué día es? ¿es en Génova?...

—Hey Luca tranquilo. —Lo calmó Massimo— Según la invitación es para el sábado diecisiete de febrero... en la Iglesia Rettoria Santa Maria Amalfitana.

—Osea ¿que hay que esperar como un mes todavía?

—Exacto —dijo el señor Marcovaldo— al menos tengo tiempo para avisarle a mi esposa, necesito saber si asistirá para luego avisarle a Mildred.

Luca se para de puntillas para ver más de cerca la invitación:

—¿Qué es este lugar?

—La carta dice que al terminar la boda, habrá una fiesta en el Hotel Intercontinental. Eso queda en Monopoli, en la provincia de Bari.

—Eso se va a poner muy bueno —dices emocionada.

En la noche, Massimo le marcó a su esposa en Génova para comunicarle la invitación, a lo que la mujer aceptó muy contenta, ya que Mildred y Alan son muy cercanos a ella y se emocionó al saber que se casarían pronto. En seguida sacó unos días libres y ya todo estaba listo, sólo esperar a que fuera el día tan esperado.

*Con la magia de Wattpad haremos un salto en el tiempo :u*

Pasó un mes que parecía eterno, pero finalmente faltaban tres días para la tan esperada boda, y algo mejor era que la herida de Alberto había sanado casi en su totalidad, sólo usaba un curita en la zona de su frente para que no se notara mucho.

Un día antes de la boda llegaba Carolina, la esposa de Massimo. Tenías nervios de lo que llegara a pensar de ti o cuál sería su primera impresión al verte, a pesar de que en llamada ya le habían explicado un poco de tu estadía en Portorosso y que te portabas muy bien, no sabrías a ciencia cierta cómo se comportará contigo.

—¡Ciao mamma! —grita Giulia contenta de ver a su madre.

—¡Ciao bambina mia! (Hola mi pequeña niña) —dijo su madre.

—¡Carolina! —Luca y Alberto salen a su encuentro.

Ciao pececitos míos...

—Shss —susurró el moreno nervioso— no lo digas tan alto.

—Ahaa ya entiendo —dijo Carolina—, ya son muy grandes para eso ¿cierto? [...] ¡¿Hijo que te hiciste en la frente?!

—Verá... es que Alberto —dijo Luca.

—Me caí de la bicicleta —interrumpió su amigo— no me pasó nada ¿okey?

—Bueno bueno... y díganme dónde está la encantadora ________ de la que me han hablado tanto.

—Ella está en la cocina con papá —indica Giulia.

Carolina junto con los tres muchachos entran a la casa y se encuentran con Massimo y contigo.

Ciao tesoro, ¿come sta l'amore della mia vita? (Hola cariño, ¿cómo está el amor de mi vida?) ¡Tanto tiempo sin vernos! —dice la mujer dejando sus bolsos en el suelo para saludar a su esposo.

—¡Ciao cara! Ti ves davvero bellissima. (Hola, querida. Te ves realmente hermosa) —elogió Massimo.

Seguidamente se saludaron cariñosamente con un beso, pero Giulia interrumpió aclarándose la garganta.

—¿Qué? —pregunta su mamá.

Giulia señala con la mirada hacia tu dirección.

—¡Ay, qué vergüenza! No te había saludado —Carolina se dirige a la silla donde estabas sentada.

Lieto di conoscerti. (Encantada de conocerte) Yo soy Carolina Parisi —dijo extendiendo su mano.

—Mucho gusto, _______ D'Angelo —Tomas su mano también.

La mujer sonrió dulcemente y se alegró de verlos a todos. Al caer la noche, todos comieron una sabrosa lasaña preparada por Carolina, al parecer era una excelente cocinera.

Antes de irse a dormir, Carolina te invita a charlar un rato con ella. Tenías nervios, pero aceptaste.

—Dime corazón, ¿qué tan Portorosso? —dijo ella abriendo la puerta de la casa para tomar aire fresco.

—¡Me encanta! Todos son sumamente amables conmigo, en especial su esposo.

—Oh ________, cómo me alegra escuchar eso.

—Y dime otra cosa, ¿ya tienes el vestido y peinado para mañana?

—Bueno... más o menos —contestas dudosa.

—¡Ya sé! Giulia, tú y yo vamos a arreglarnos todas mañana para ir bien elegantes a la boda ¿te parece bien?

—Por supuesto —exclamas sonriendo.

Se intercambian una sonrisa y se van a sus habitaciones... mañana será un día inolvidable.

La persona Correcta en la realidad Equivocada// Alberto x reader// Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora