Step Brothers |ᴊɪɴɴᴀᴍ|

Parte Única

Compartir su casi adultez a lado del chico a quien más odiaba no era la mejor opción, era la única, ya que tras la muerte de su padre, su madre volvió a encontrar el amor o al menos esas fueron sus excusas.
Aunque era algo comprensible, también se hubiese enamorado del dueño de medio Seúl sin problema alguno.

Lo peor vino después, cuando el hijo del señor Kim comenzó a insinuarse apenas entro a la pubertad, siendo demasiado sensual y atrevido para el gusto del alto, porque se desesperaba al desearlo tanto y no poderlo tomar, ya que Namjoon aún no cumplía la mayoría de edad y el no tenía ganas de ser encerrado por fijarse en un menor.

Los problemas aumentaban ya que sus padres no se encontraban la mayor parte del tiempo en casa, dándole el espacio a su hermanastro para que hiciera lo que quisiera, más cuando llegaba del trabajo y veía las largas piernas del chico desnudas, ya que este se la pasaba solo con camisas extra largas y boxers o dejaba las playeras a un lado y terminaba usando una bata larga y abierta, dejando ver su cuerpo delgado pero firme, teniendo envidia de su piel acanelada, la misma que le parecía exquisita.

Por eso odiaba a Namjoon, por lo que llegaba a hacerle sentir, porque lo deseaba tanto y no podía tenerlo, porque si sus padres se enteraban les iría mal.
Porque Namjoon solo tenía 17 años y Jin recién había cumplido los 25.

Las jornadas en la empresa eran cada vez más largas, ya que su padrastro lo dejaba a cargo de la presidencia cuando se encontraba ausente, ya que en un futuro quería dejarla a su nombre, ya que sabía que a Nam no le interesaban ese tipo de cosas, aparte de que aún era muy joven y bastante caprichoso, por lo que no pudo obligarlo.
Tomo su saco del perchero y salió finalmente de la oscura oficina, miró el reloj en su muñeca, solo faltaban unos minutos para que fuese media noche, solo deseaba llegar a su casa y dormir, aunque supiera que se le haría difícil si su hermanastro volvía a intentar algo.

Y por algo su madre le decía que no hablara antes y adelantando los hechos, ya que tal pareciera que el más bajito seguía igual o hasta más empeñado en que Jin al fin le hiciera caso.
Viéndolo pasear en un bóxer negro que realmente se veía pequeño y una bata de satín que por lo menos llegaba a sus rodillas, la cual como siempre, estaba abierta.
Cerrando los ojos y respirando profundamente ante el calor que sintió en su vientre, preguntándose nuevamente si valía la pena dejar sus principios de un lado y tomarlo de una vez, pero la imagen de su madre a lado del padre del chico venía a su mente, deteniendolo la mayor parte de las veces.

Solo paso de largo, ignorandolo lo más que pudo, hasta que llegó a su habitación y se adentro en ella, viendo hacia bajo, notando el bulto que se comenzaba a formar, el cual también ignoró, lo mejor que podía hacer era tomar un baño y finalmente dormir.
Abrio la llave de la bañera, para que esta se llenara, mientras el buscaba su pijama y se terminaba por desnudar. Regreso al baño y lavo sus dientes con algo de rapidez, teniendo que soportar la erección que había provocado aquel mocoso.

Una vez vio que esta se había llenado, cerro la llave y se adentró en la bañera, sintiendo como el agua caliente destensaba sus músculos, tomo el control del estereo y dio play, escuchadose la relajante melodía de fondo, cerrando sus ojos y dejando que su cuerpo se relajara.

(...)

Ropa provocativa, andar solo en playeras, nada servia y el joven se estaba comenzando a desesperar, su hermanastro no había caído ante ninguna de sus insinuaciones, siendo Hoseok su única salvacion.
Porque no pensaba pasar más años sin obtener lo que tanto queria.
Porque desde la vez que espió a Jin, cuando este llegó del trabajo y noto lo descuidado que este era al nunca colocarle seguro a su puerta, se aprovechó de ello y lo que vio lo dejó fascinado, deseandolo desde los 14.

Habían salido del salón hacia la cafetería del instituto, con la esperanza de que le diera alguna idea o si de plano tenía que rendirse, pero no quería llegar a lo segundo, además que su amigo había logrado seducir a su hermanastro y era exactamente lo que el quería, por lo que era su mejor candidato.