Relatos sin más

Tú sí sabes soñar

-¿¡DEJA DE INTENTARLO!

-¿Por qué?

-Porque no va a funcionar Cristal, ya está, a cada uno lo suyo. A mí me ha tocado trabajar en la calle como a ti te ha tocado ser una niña pija.

Me miró con una sonrisa triste y se acercó, le cogí de las manos.

-No tienes por qué aceptar que tu vida vaya a ser así, tienes que soñar.

-¡Estoy harto de soñar, eso no es para mí! Y.... A lo mejor yo tampoco para ti.

La expresión de mi chica cambió en cuestión de segundos.

-¿Qué dices? ¿Quieres dejarlo por intentar que sueñes?

-Cristal, tú... tú sueñas, tú sabes soñar y tener esperanzas, sin embargo, yo... solo, no, no puedo, nunca lo he hecho y nunca lo haré. Tu vida siempre trató de escalar a lo más alto y la mía de salir de lo más bajo.

-Pero no siempre tiene porque ser de esta manera, Abel.

-Tú lo ves de ese modo, yo no y de verdad, gracias, pero ahora únicamente quiero dejar de intentarlo, ya no soy un niño para jugar a los cantantes.-Hice una pausa cuando me atreví a decirlo.- Dile a tu padre que dimito y que muchas gracias por todo. -Dejé mi delantal en la mesa que tenía a mi izquierda y pasé al lado de Cristal en dirección a la puerta cuando ella me detuvo.

-¿A dónde vas Abel?

-Cristal... tú y yo no funcionamos...

-¿Qué?

Me acerqué a ella ya arrepintiéndome de lo que estaba haciendo, pero al menos sabiendo que era lo correcto. Suspiré mientras dejaba mis manos sobre su cintura y en el momento en el que ella intentó responder tomándome de la cara, rechacé el tacto tomando su mano y apartándola.

Su expresión era desconcertada y asustada.

-Te quiero, más que a mi vida. Por eso quiero que estés con alguien que sueñe tanto como tú. ¡Tú sabes soñar! Tú sí puedes llegar a ser feliz, yo solo voy a apagar eso. Conmigo todo lo que tienes es una vida de supervivencia y tú mereces una vida distinta. Mereces hacer locuras y tener a alguien que te acompañe. Mereces empezar uno de tus proyectos locos y tener a alguien que se pase las noches contigo pensando en cómo sacarlo en lugar de decirte que debes dejarlo.

-Pero yo te quiero a ti.-Sus manos subieron por mi pecho hasta acariciar mi mejilla.- Ya hemos hablado de esto. Yo quiero soñar contigo...

-Cristal, me quieres a mí cómo puedes querer a cualquier otro, ya te enamorarás de alguien mejor.

-Tú eres mejor.

Mis manos agarraron su rostro y lo elevaron para que mirara a los ojos.

-No apartes los ojos, mírame.

-No.-Unas lágrimas empezaban a correr por sus mejillas.

-Cristal, por favor.

Cuando su mirada se clavó en la mía, sentí como un cacho de ambos se rompía. ¡Le había fallado! Estaba haciendo daño a la niña por la que daría todo, por la que daría la vida y la muerte.

-Eres lo más bonito que he encontrado en este mundo. Nunca pensé que podía amar tanto a alguien, no quiero perderte, pero tampoco quiero que te pierdas y conmigo eso te va a pasar. -Ella negaba con la cabeza mientras que la cantidad de lágrimas aumentaban.- Ya está mi niña, te amo, siempre voy a hacerlo...

-Repito, ¿Me estás dejando por intentar que sueñes?

-Te dejo para que tú no dejes de soñar.