OMEGAVERSE. TERMINADA
*primera parte terminada*
JiMin es un Omega, lujurioso e apasionado, fue criado toda su vida en un prostíbulo y el creyó que ese era su futuro, pero... ¿que pasará cuando conozca a su destinado?
quizás el amor rompa barreras...
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Unas pocas semanas habían pasado desde que los Min llegaron a Seúl y ya habían sembrado pánico y terror, los traidores murieron uno a uno, y no solo ellos, si no también sus familias, y Min YoonGi se quedó con todo, dinero, vienes, negocios.
Solo faltaba la organización fantasma, que había matado a sus padres. Era llamada la organización fantasma porque muy pocos habían podido contactarlos, hacian trabajos para mafiosos exclusivos, así que encontrarlos en un principio era difícil, pero Min YoonGi todo lo podía, ya estaban localizados, no solo los miembros de la organización si no también su familia, para nadie era un secreto que a YoonGi le gustaba acabar con el problema de raíz, mataba por si acaso, no faltaba el hijo que crecía y quería vengar a su padre, y él no se iba a arriesgar a eso, o exponer a sus hijos a alguna venganza, así que lo mejor era que cuando se matará a alguien, se acabará con todo.
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YoonGi y JiMin estaba en la sala de su casa viendo una película con sus 3 cachorros, desde que llegaron a Seúl, sus hijos habían cambiado drásticamente y es que no era para menos, YoonGi les dió la noticia que era un mafioso de la manera más brusca posible.
Les dijo a los niños que él y JiMin era asesinos y que ellos lo serían en un futuro, no fueron las mejores palabras, y tampoco que JiMin lo haya golpeado, pero ya todo estaba hecho, desde ese día los niños empezaron a entrenar, y hay fue cuando vino el cambio.
Los mellizos estaban distanciados, o mejor dicho SoYoon era la distanciada, parecía molestarle estar con sus hermanos, sobre todo con el más pequeño, y JiMin lo había notado.
— quitate!!.— chillo la pequeña Omega cuando su hermano menor se levantó frente a la pantalla para hablar.
— no me grites!!.
—basta!!, Ninguno grita.— hablo YoonGi molesto por ser despertado de su pequeña siesta.— todos a su cuarto ¡Ahora!.
Los cachorros se fueron refunfuñando por el regaño de su padre alfa.
— es tu culpa.— dijo SonJi a su hermana melliza.— siempre lo arruinas.— fue lo último que dijo.
¿Que pasaba con los cachorros? Antes eran unidos, cariñosos, se cuidaban entre si y ahora parecían perros y gatos, cada vez más distanciados, cada vez menos tolerantes los unos con los otros.
