Capítulo 1

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25 de septiembre del 2020

6.00 a.m

Como cada mañana de nuevo la alarma del despertador sonando a todo volumen, sin remolonear ni un segundo dentro de la cama me levanté de un salto corriendo hasta el baño para darme una ducha como cada mañana mientras escuchaba "viva la vida" de Coldplay.

Desde muy pequeña he sido muy cuadriculada con todo, tenía un horario y unas rutinas de las cuales no me escaqueaba y las cumplía a rajatabla; mis padres nunca me habían obligado a nada, siempre me han apoyado y respetado mis decisiones, simplemente opinaban pero nunca han influido en ello cosa que había agradecido. Desde que tenía 16 años he estado trabajando en diferentes tiendas, restaurantes, bares... intentando siempre no depender económicamente de mis padres, no es que me hiciera falta ya que ellos pueden permitirse "mantenerme" pero creo que era una cuestión de sentirme mejor conmigo misma y así poder ayudarles de una manera u otra. En mi familia somos siete; mis padres, Mateo y Luisa (o Luisi como le gustaba que le llamasen), mi hermano gemelo Nico y yo, Valeria con 21 años, Martina con 17 años, Lucas con 12 años, y la más pequeña, Lucía que solo tiene tres años.

A lo que iba, después de salir de la ducha me visto y preparo el desayuno, siempre preparo mi desayuno y el de Nico ya que nos vamos juntos a la universidad, él estudia filología inglesa, y yo el doble grado de historia + historia del arte, por lo que al hacer la matrícula intentamos que nuestros horarios sean lo más parecido para así poder ir y venirnos juntos.

Estoy preparando el desayuno cuando escucho a Nico bajar las escaleras por lo que saco sus tostadas antes de darle los buenos días y subir para terminar de preparar mi mochila. Él y yo somos como la noche y el día por lo que chocamos a menudo, pero aún así estamos unidos, por lo que es verdad eso que dicen que los gemelos tienen un vínculo especial que otros hermanos no tienen.

6.30 a.m.

Estoy en el coche esperando a que Nico baje, como cada mañana me toca esperarle por lo que siempre suele conducir yo hasta la universidad y él a la vuelta. Después de cinco minutos esperándole por fin aparece y ponemos rumbo hasta la casa de Emma, mi mejor amiga que estudia lo mismo que yo y de la cual mi hermano esta perdido en ella; no son novios, pero se nota a kilómetros lo pillado que esta, y por su parte pues lo mismo, pero ninguno de los dos es capaz de dar ese pequeño paso que les falta.

- Avisa a Emma que salga. - le dije a Nico mientras llegábamos a casa de la susodicha, a lo que este me respondió con un gesto de aprobación. - ¿a qué esperas a declararte Romeo? - le pregunté entre risas.

- Todavía no es el momento Valeria, además que tengo que comprobar eso que me dices que yo le gusto - dijo un Nico dudoso.

- Pues ya te puedes dar prisa que se te van a adelantar - a lo que los ojos de mi hermano se abrieron como platos acompañados de un suspiro. - se llama Pablo, es un muchacho de clase, ella ni le mira pero está todo el día encima suyo.

- Ya me contarás más sobre ese tal Pablo, pero ahora calla que viene ya. - dijo Nico nervioso.

- Buenos días con alegría - le dije a Emma mientras entraba al coche provocando la risa de Nico y de ella.

- No sé como puedes tener tanta energía a estas horas de la mañana. - dijo cerrando la puerta.

- Yo tampoco lo entiendo. - dijo Nico.

(...)

13.00 a.m.

Por fin, después de un largo día de universidad se terminaron las clases y podía irme a casa. Normalmente Emma y yo nos solíamos quedar en el comedor a comer para después poder estudiar en la biblioteca o adelantar trabajos, pero hoy no iba a ser ese día ya que era viernes.

Desde hacia un mes mis padres había planeado un viaje, al que desde el primer momento nos desapuntamos tanto Nico como yo. Por lo que a partir de hoy tendríamos la casa sola durante todo el fin de semana; tampoco es que íbamos a montar una gran fiesta, pero Emma iba a pasar todo el finde allí ya que teníamos exámenes bastante pronto; y por su lado, Nico me dijo vendrían un par de amigos a lo que yo no le di importancia.

Cuando salimos de clases, tuvimos que dejar a Emma en su casa ya que iría más tarde para así poder preparar sus cosas.

- Este fin de semana puedes aprovechar para hablar con ella, la tienes mañana, tarde y noche para hablar. - le dije a Nico cuando Emma cerro la puerta del coche a lo que él me miró con cara de desesperación. - a lo mejor este finde se pasa Pablo por casa un rato. - dije haciendo que los ojos de mi hermano se abrieran como platos y me mirara peor de como me había mirado antes.

- Valeria no me agobies más, llevo pensándolo desde que papá y mamá dijo que se iban a ir, por favor se que eres la hermana pequeña y que tú labor es molestar pero no me pongas más nervioso de lo que estoy y dos como buen hermano que soy tendrías que echarte un novio, como por ejemplo Pedro, que viene este finde a casa. - me dijo Nico a lo que yo reí ante su comentario. Desde que lo dejé con Marcos, me prometí a mi misma dejarme de tonterías con novios y centrarme en mis estudios.

(...)

17.30 p.m.

Estaba encerrada en mi habitación esperando a que Emma me llamara para saber que venía para mi casa cuando el timbre no paraba de sonar una y otra, la verdad es que no tenía intención de levantarme a abrir ya que no era para mí, pero después de unos segundos sonando y notando como Nico no abría me levanté de la cama y fui a abrir, encontrándome detrás de la puerta a un muchacho el cual no había visto antes en persona, solo por algunas fotos que mi hermano había subido a alguna red social.

- Hola, ¿y Nico? - preguntó el chico.

- Esta en su habitación voy a llamarlo. - le dije después de hacerle un gesto a modo de que pasara hacia dentro. - por cierto soy Valeria, su hermana.

- He oído hablar de ti alguna que otra vez, yo soy Pedro, pero me suelen llamar Pedri. - dijo este tendiéndome la mano a modo de saludo.

- Vaya así que tú eres el famoso Pedro, bueno Pedri. - dije haciéndome la interesante.


Incondicional - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora