THE PROSTITUTE ADAPTACIÓN TERMINADA

Capítulo 5

Historia Original de M_Um0JKKT

Ya había pasado alrededor de dos semanas desde que el castaño pasaba cada noche con el castaño. Uno diría que talvez ya se iba cansando de estar con la misma puta pero lo cierto era que cada día que pasaba el castaño deseaba más probar sus lindos juguetes con él mientras que el castaño amaba la capacidad de Gulf para hacerlo venirse, aunque tampoco extrañaba sus encuentros porque al día siguiente tenía que soportar que los demás sigan follandoselo aunque el castaño le partiera el culo.

Gajes del oficio.

—Aaah-a-ahh.....más... m-mas
ra-rapido –comió el pelinegro mientras que el castaño empezaba a penetrar más rápido su entrada.

—Nos salió exigente el juguete eh? –el castaño embistió profundo.

Después de embestir unas veces más, el castaño salió del pelinegro de un tiron sin importar que aún no se había corrido y que era muy temprano para acabar.

El pelinegro se dió la vuelta
en la cama manteniendo las
piernas abiertas y viendo
al castaño extrañado cuando este se acercó a besar sus hinchados labios que brillaban gracias a lo mojados que estaban por la luz de la luna que entraba por la minúscula ventana de aquel lugar.

—Compré algo para ti ..
–susurró el castaño mientras salía de encima del menor e
iba hacia su maletín.

Maletín al que Gulf le tenía miedo ya que cada vez que lo lleva es porque quiere probar algún juguete con él.

—Sabes Gulf... me encanta la época en la que en vez de matar a los prisioneros rápidamente los torturaban..
no te mentiré y la verdad es que me excita más ver sufrir
a alguien que ver a una personas abrir sus piernas
a voluntad... dime... ¿tu las
abrirías a voluntad? –el pelinegro no sabía que pensar.

Si bien sabía que Mew parecía tener problemas, ahora era ese típico momento en el que cataloga a alguien como psicópata y eso era justo lo que Gulf decía pero esperó hasta que el castaño volviera a la cama mostrándole una cosa en
forma de pinza.

Tenía un mango no tan pequeño, a lo mejor era del tamaño del mango de los látigos, tenía la punta muy delgada, como una aguja pero lo que sin duda hizo temblar al pelinegro fue que aquel objeto estaba abierto de la parte del medio como con una forma esférica que se hacía más pequeña hacia la punta.

—¿Q-que es eso...? –dijo
cerrando las piernas mientras el castaño subía encima del pelinegro como momentos antes.

—Te traje una de las formas
de tortura más usuales en el
campo del sexo...

—No podrás eso en mi Mew...

—¿Que? ¿No te gusta mi juguetito?... –hizo un puchero
aparentando inocencia —pero si lo traje específicamente para ti...

Mew tomó las muñecas del pelinegro y las aseguró en la cama mientras que recorría su cuerpo tomando entre sus manos sus muslos mientras iba bajando hasta apariciones de igual forma sus tobillos para luego montarse encima de el y asegurando su cintura y cuello a la cama impidiendo cualquier clase de movimiento.

—Te dije que me gusta más
cuando te recistes... –dijo mientras hechaba una buena
cantidad de lubricante a la
impresionante cosa entre sus manos para luego poner un poco de lubricante en la entrada de Gulf —respira hondo, esto talvez duela...

El mayor sonrió masivamente mientras iba empujando cada vez más aquel objeto deleitandose con los gemidos de placer y miedo que el pelinegro daba hasta que llegó a la parte donde el pequeño juguete se abría como una esfera.

—E-espera, Mew ...todo me-menos eso... –pero el castaño seguía empujando haciendo que se desesperara —Dios...por ravor!! AHHH~!
mmmmhgggho~...

—Calla... no quiero oirte si no
son tus gemidos Gulf –recriminó firmemente.

El menor seguía gimiendo
cada vez más alto mientras que el mayor iba penetrandolo más y más hasta que esa pequeña esfera se perdió de la vista del castaño y por fin aquel doloroso proceso llegaba a su fin con el objeto insertado hasta el fondo de Gulf.

—¿Duele? –preguntó riendo
básicamente mientras se levantaba para tomar una bolsa de condones y ponerse
uno. –me gusta que no hables
bebé..

El pelinegro permaneció callado con los ojos profundamente cerrados tratando de soportar el ardor que provocaba aquel objeto en su interior ya que estaba abriendolo más de la cuenta aunque no podía hacer nada por más que deseara liberarse para sacarse el
juguete.

—Haremos algo... se que te
duele, lo veo en tu cara –el pelinegro miró a otro lado sintiendo que el mayor lo
castigaría —así que te diré algo, abriré esto y tu me dirás que paré cuando ya no puedas más, si lo haces bien te sacaré eso y te follaré sin ningún juguete.

El pelinegro parecía pensarlo
un poco pero acabo por decir
que si ya que de todas formas estaba atado a la cama así que no importaba realmente lo que el dijera.

El castaño contento se acercó a la parte trasera del menor y tomo el objeto de una especie de bomba de aire y empezando a abrir más y más aquel doloroso juguete.

—Aaahhhhggg~~!!...y...ya...e-
esta..! –pero seguía sintiendo
como el mayor no paraba de
abrirlo —¡¡Mew te dije que ya no..!!

El pelinegro soltó un grito de
dolor cuando el castaño jaló de un tirón el juguete aún
abierto haciéndole más daño
del que pensaba a Gulf ya que puso ver un hilo de
sangre salír de su entrada
mientras el pelinegro jadeaba debido al nada placentero
dolor que se expandió por su
parte baja.

—Perdona bebé, pero ahora te recompensare.

El menor no dijo nada, el ya
estaba acostumbrado a que lo tratarán así simplemente dejó que el castaño se corriera para después recibir el dinero e ir a su habitación, no tenía ganas de hacer nada más ese día, principalmente porque le rompió el culo pero también por qué quería descansar un poco de aquello.

Se hecho en su cama
lateralmente evitando que la
superficie de la cama tocara la parte lastimado y cerrando los ojos.

El pelinegro quería imaginarse a él mismo en una casa grande pero agradable, sus padres hablando sobre quien iba por las compras, su hermana jugando con las muñecas en el patio, mientras él se mataba estudiando para entrar a la Universidad pero sabía que siempre al abrir los
ojos se encontraría ahí, sólo, después de haber dejado que
miles de hombres lo tocarán y dejarán su cuerpo sucio mientras el no podía decir
nada.

El castaño era un buen ejemplo, él lo usaba y no le
importaba si salía lastimado
o no al igual que a los demás
no les importaba follarlo mientras que manchaban la
cama con su sangre. Era un
juguete, y Mew siempre se lo dijo desde la primera vez, era un juguete sucio, es el juguete sucio de los demás, y lo peor es que no puede cambiar eso por qué es la
realidad.

Dicen que el mundo es un lugar feliz, donde el típico
príncipe rescata a la bella
princesa que vive en lugares
rodeados de bestias que la
tienen cautiva. Gulf era como aquellas princesas con la diferencia de que él no podía esperar a su príncipe así como este no existía, todos lo usaban, era el juguete de todos, todos lo dejaban sucio
y ni siquiera aquel castaño
que le cambio la vida con
aquellos pensamientos podría lograr que esa princesa sea rescatada. Simplemente nadie puede ayudar a tu hermano.