Heaven Beside You (Jerry Cantrell)

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Para ctlncci:

⚠️violencia doméstica, autolesión y pensamientos suicidas.

¿Por qué no puedo ser suficiente? ¿Por qué he tenido que nacer de esta manera? ¿Por qué no me siento bien en mi propia piel? ¿Por qué odio todo lo relacionado a mi existencia? ¿Por qué mamá tiene siempre razón y papá tuvo derecho a irse? ¿Por qué cada novio que ella trae a casa se ve con la libertad de tratarme mal? ¿Y por qué ella no hace nada al respecto? ¿Por qué tras tantos intentos sigo viva? ¿Por qué?

-¡Elizabeth, despierta!-la escuché aporrear mi puerta como queriendo tirarla a abajo.
-¿Qué cojones quieres?
-¡No me hables así! ¡Tienes que ir a pasear al perro, levántate que llevas durmiendo toda la tarde!

Me había quedado despierta dibujando y disfrutando del silencio que había en casa cuando ella estaba durmiendo. Miré a los pies de mi cama y Ryan estaba hecho una bola. No tenía pinta de querer ir a ninguna parte pero esa era la señal que ella me daba cuando quería traerse a alguien a casa.

-¡Vamos, mueve el culo!
-¡Ya voy!-grité sentándome para ponerme las zapatillas-Vamos, pequeño. Te llevaré a un sitio en el que puedas seguir descansando-lo cargué entre mis brazos y solo abrió los ojos un poco antes de volverse a dormir-. Adiós-dije antes de cerrar la puerta.

Me dirigí entonces al único lugar seguro que conocía. Llamé a la puerta y abrió al par de segundos.

-¿Otro tipo?
-¿Se nota mucho?-lo miré con los labios fruncidos.
-Pasa. Sube a mi habitación, esta menos hecha un asco. Todavía no he ordenado el salón.
-De acuerdo.

Subí las escaleras ya algo cansada por el peso del perro, aunque sus ronquidos me resultaban adorables. Era de esos sin una raza definida, lo encontré en la calle cuando tenía quince años y él era un cachorro. Acababa de cumplir los diecinueve y seguíamos juntos. Mi madre había intentado echarlo de casa pero siempre volvía así que se rindió, era un perrito muy listo.

-¿Tienes hambre?
-No.
-¿Cuándo comiste por última vez.
-Anoche-me senté en su cama y dejé al animal a mi lado.
-Voy a hacerte un sándwich-se dio la vuelta.
-No quiero...-ya se había ido. Jerry llevaba siendo mi mejor amigo desde el colegio. Fue mi protector en más de una ocasión, tenía una personalidad muy fuerte y se enfrentaba a cualquiera por muy grande que fuese. También cuidaba de mí, muchísimo, y era mi espacio seguro.
-Aquí tienes-volvió con una bandeja.
-Gracias.
-¿Qué tal va todo?-se sentó junto a Ryan y le acarició la cabeza mientras yo empezaba a comer.
-Pues como siempre, lleva varias semanas sin novio, solo que cuando quiere me echa para follar con cualquiera en paz.
-No me refiero a Valery, sino a ti.
-Ah...-bajé la cabeza-Bueno, estoy.
-Dame la mano.
-¿Para qué?
-Beth...-me miró y acabé cediendo.
-Está bien-bufé. Subió la manga agarrándome la mano.
-¿De cuándo son?-dijo refiriéndose a los cortes en mi piel.
-De ayer.
-¿Qué pasó?-entrelazó sus dedos con los míos.
-Mi madre se emborrachó y me gritó mucha mierda.
-Tienes dos profundos que siguen húmedos. Espera-se levantó para sacar un botiquín del armario, entonces se sentó en el suelo para ponerme puntos de aproximación y una venda.
-Gracias.
-No es nada-lo puso en su sitio-. Escucha, sé que te sentirías culpable si le pasara algo, pero necesitas salir de esa casa. Dejar a tu madre sola es lo mejor que puedes hacer por ti misma.
-Es complicado, Jerry. ¿De qué voy a vivir?
-Ven-tiró de mi mano para llevarme a la ventana, donde nos sentábamos a fumar normalmente, y eso hicimos-. El grupo ha estado ganando algo de pasta, y vamos a grabar un álbum así que será más.
-Me alegro-asentí acercándome para que me encendiera el cigarro.
-Quería proponerte que vinieras a vivir conmigo.
-¿Qué?
-Podrías estar bien pero aún pudiendo pasarte a ver a Valery-me miró.
-No voy a vivir en tu casa sin aportar nada.
-Puedes hacer las tareas, yo estaré ocupado grabando o componiendo y no podré hacerlo. Se te da bien cocinar, y podría servir mientras encuentras trabajo.
-No sé.
-Mira,-se acercó-yo he visto lo que guardas ahí dentro. Tu parte más triste, rota y podrida, la he visto, y aún así sé que no mereces lo que te hacen en esa casa. Tienes un infierno dentro, déjame ser El Cielo a tu lado-dijo, y no pude evitar sonrojarme y que se me acelerase el corazón.
-No quiero pegarte mi energía negativa, todo lo que toco se acaba yendo a la mierda.
-Es lo que te han hecho creer-acarició mi mejilla-, yo solo quiero verte feliz y sana. No más cortes ni saltarse comidas, no tienes la culpa de nada en absoluto.

Lo abracé apoyando la cabeza en su hombro, su melena rubia me hacía cosquillas en la nariz.

-Yo te puedo cuidar como te mereces-besó mi mejilla.
-¿Y qué si vengo a vivir pero no puedo mejorar?
-Me encargaré de eso también-me acarició el cabello.
-Pero-lo miré-, ¿qué pasa si...

Me calló con un beso muy delicado, mientras sujetaba mi barbilla con cuidado. El roce de sus labios sobre los míos me resultó demasiado tranquilizador. Hizo que me sintiera querida por primera vez en muchísimo tiempo. Se alejó y abrí los ojos para verlo sonreír.

-Ven a vivir conmigo, por favor.
-Es que...yo me quedaría ahora mismo pero no tengo ropa y...
-Quédate-se apresuró a decir-. No tienes que volver a esa casa para nada. Empecemos de cero, puedes usar mi ropa hasta mañana que vayamos a comprarte nueva, tengo comida para Ryan y...no tenías mucho más.
-¿Hablas en serio?
-Sí. Ahora tienes un hogar.
-Eres mi ángel de la guarda-lo abracé de nuevo.

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