S I N O P S I S:
Venganza, ocho letras que Daenhyung conocía a la perfección desde la muerte de su padre, acontecimiento que lo ha perseguido durante doce años.
Hasta que decide mudarse a Londres con su primo en busca de Christopher Davies, mejor c...
Donde estaré subiendo actualizaciones y todo acerca del libro, espero les este gustando mucho mucho en verdad.💖
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Es curioso como una persona puede acostumbrarse a las cosas tan fácilmente, tenía días pasando mi mayoría del tiempo con Dean, cenando en la residencia con los chicos, pasando tiempo en la tienda tanto que ya había hecho nuevos amigos e inclusive él se había tomado la molestia de acompañarme a llevar a Jessica de compras hace dos días.
Solo faltaba que se relacionara con Oliver, el cuál muere por conocerlo.
Sentía como si lo hubiese conocido hace años, y no precisamente de una manera romantizada, nuestras platicas podían durar tantas horas y no tener fin.
-Okey, Bring Crosby...-intenté dar mi punto de vista cuando la canción dejo de escucharse en la terraza de la tienda.
Dean me paro al instante. -Ni se te ocurra hablar mal de Bring Crosby. -me amenazo levanto su dedo indicé, viéndose más dramático frente mío por las llamas de la fogata que adornaban su figura.
-Tranquilo, me pareció bueno- mis hombros se alzaron antes de que me fulminara. -Pero...-
-Pero aún no encuentras aquella canción. - resopló. -Esto se me esta haciendo más complicado a mí que a ti Ada. -confesó afectado.
Solté una risa incontrolable al ver su desesperación. -Yo nunca pedí que te empeñaras tanto para encontrarla. -
Había cometido la gran equivocación de decirle a Dean sobre aquella canción que sentí que me había marcado el primer día que conocí la tienda, y digo equivocación porque desde entonces no ha dejado de reproducir discos de jazz a lo loco.
Cuando sus ojos me taladraron sentí una punzada en mi corazón, odiaba sentirlas cuando estaba a su lado, me costaba disimular. - ¿No lo entiendes Ada? Esa canción puede que sea el comienzo de una historia en este mundo para ti. –sus manos se juntaron reposando sus codos en las rodillas, observándome tan fijo, los nervios invadieron mis dedos haciéndome sentir tan inferior. - Es importante que la encuentres. -
No entendía el afán de que me gustase la música con tan intensidad aún.
-No entiendo por qué. – confesé temiendo a su reacción, la cual consistió en llevar su mano a su mentón pensativo.
-Por eso mismo lo necesito. -
-Espero que su caso de encontrar aquella canción sea de vida o muerte como para dejar el área de venta sola en tú horario de trabajo. – una voz gruesa me hizo mirar a un señor mayor de cabello canoso y lentes viejos.
