Llorando… llorando en mi cuarto como cada noche, no estoy contenta con lo que he logrado, como cada noche me duermo mirando el techo de mi dormitorio después de haber llorado hasta la madrugada. Por la noche me duele estar y sentirme sola pero por el día me siento bien y en paz, no sé quién fue la primera persona que asimiló el corazón con el amor… pero no logro comprender esa metáfora, el corazón solo bombea sangre y nos mantiene con vida, hay diferentes tipos de amor pero solo he logrado sentir el de madre e hija, no tengo amigos a los cuales amar, es una palabra muy fuerte para decírsela a cualquiera, me gusta leer sobre el romance juvenil y esas cosas pero me da miedo experimentarlo o más bien jamás se me ha dado la oportunidad, ese es el problema de ser introvertida… cuesta conocer gente y agradarles, dicen que la confianza da belleza, ¿pero qué hago si no poseo confianza ni belleza? a veces me pregunto si tendré alguna virtud y solo que no la he encontrado, ¿habrá alguien que piense igual que yo? ¿donde se encuentra? Quiero conocer a alguien que me ayude a experimentar todas esas sensaciones que provoca el amor, específicamente quiero ser feliz, no se demostrar cariño, pero por esa persona me esforzaría, suelo ser muy negativa pero es difícil no serlo si tuve una vida de mierda, pasé por bulling y los profesores fingían no saber nada, me esforcé demasiado en el liceo como para colapsar sola en mi dormitorio y no escuchar a nadie decirme algo como aliento, padres separados y llena de inseguridades, hacer chistes suicidas es mi pasión.
Mi dormitorio es mi lugar seguro, pequeño, cálido y en orden, me da paz visual, mis dibujos pegados en las paredes y un montón de libros antiguos un poco dañados por el tiempo, música siempre de fondo y a oscuras, suelo imaginar una vida feliz la mayoría del tiempo, duele solo imaginarla, pero agradezco a mi mente permitirme hacerlo después de dañarme tanto, dicen que el peor enemigo es uno mismo, le doy toda la razón y mi admiración a quien dijo aquella frase.
Tres horas, tres horas me tardo en dormirme después de pensar en todo aquello, despierto a las nueve y media y me preparo para mis clases, en lo único que participo es cuando pasan lista, no me interesa demostrar interés, pero mantengo muy buenas notas y eso es lo único que me sirve para poder comer bien en el futuro.
-presente. -le digo al profesor cuando dice mi nombre mientras pasa la lista.
El profesor es bastante serio e intimidante, pero es muy amable y paciente, sobre todo con aquellos que no ponen atención en clases o entregan trabajos a último momento, nunca me he visto en aquella situación ya que lo único que hago por el día es leer y comer ramen así que suelo tener bastante tiempo libre para hacer mis trabajos a tiempo.
-lila, léeme el tercer párrafo del poema por favor. -dice el profesor sacándome de mis pensamientos y tomándome por sorpresa puesto que nunca me ha hecho leer frente a la clase.
junto valor de donde no lo hay y con voz baja y tranquila comienzo a leer.
-más fuerte por favor, yo no escucho bien. -dice una voz a la cual desconozco.
Debe ser el nuevo compañero, el día que se presentó mi internet se había caído y no pude entrar a clases.
-está bien… - digo un poco incomoda y procedo a leer más fuerte y claro intentando no sonar nerviosa.
El profesor lo nota y me dice que me detenga y hace leer al siguiente, agradezco que lo notara y me quedo algo desanimada escuchando la clase.
Termina la clase y me voy a comer algo con mi mamá la cual me prepara té y tostadas.
-terminaste tus clases? -pregunta mi madre mientras se sienta conmigo a desayunar mientras revisa su celular.
-sí, fue interesante… -digo y doy un sorbo a mi taza de té mientras leo el periódico.
-que bien, saldremos a dar un paseo, quiero que salgas un poco de casa, no te hace bien estar tanto tiempo encerrada. -dice y me quita el periódico para ponerse a armar los crucigramas que hay en él.
-okey, pero no me hagas hablar con desconocidos. -le digo recordando la última vez que me hizo socializar con una niña y fue un fracaso.
-lo prometo. -sonríe contenta y va a arreglarse.
Voy a mi cuarto a ver que me pondré, me decido por una falda negra con una camisa negra por dentro de la falda y un abrigo largo, suelto mi cabello negro y me peino rápido, me pongo unas botas negras con unas medias hasta la rodilla negras también… si, me gusta el color negro, suelo usar tacones para verme más alta, mi metro cincuenta y tres no ayuda para nada, sigo con mi delineado del cual depende mi estado de ánimo y un poco de colorete en las mejillas para no verme tan pálida, tomo mi cartera y me siento en el sofá a esperar a mamá la cual demora más de media hora en arreglarse, vamos a una tienda de ropa y me da miedo escoger, si lo que escojo me gusta y no me queda, mi autoestima descenderá un diez por ciento y eso no es para nada bueno, paso viendo la ropa la cual no es muy mi estilo y veo un vestido negro ajustado.
-me gusta… -susurro para mí misma.
-entonces pruébatelo, creo que te quedara bien, parece de tu talla y si quieres te busco otra. -escucho a mi espalda y me volteo rápido, veo a un chico un poco más alto que yo y observo su camisa, trabaja aquí.
-eh… no solo estoy viendo gracias. -digo algo tímida y sonrío.
-bien, si necesitas algo dime sí? -sonríe amable y sigue acomodando unas camisas a mi lado.
Ese vestido en serio es lindo… pero no quiero arriesgarme y mi mamá quedo conversando con una señora por ahí… suspiro, agarro el vestido y entro al probador, antes de probármelo examino que no haya algo extraño como cámaras o algo así, cuando estoy segura me pruebo el vestido y me queda perfecto, encaja muy bien con mi cuerpo y es cómodo, salgo a preguntare a mi mamá como me queda el vestido, pero no la veo.
-wow… te ves muy bien con ese vestido. -dice el chico de hace un rato mientras me observa no de forma insana, su mirada parece la de una madre orgullosa lo cual me hace reír un poco.
-gracias. -sonrío.
-deberías llevártelo, favorece tu figura y te queda divino.
-seguro? Es lindo y me queda bien, pero creo que no podría lucirlo como se debe… -me vuelvo a mirar en el espejo en busca de alguna imperfección.
-me permites ayudarte con eso? Soy bastante hábil en esto. -sonríe y hay algo en el que inspira confianza, pero aun mantengo algo de distancia.
-está bien. -digo un poco avergonzada ya que no suelo hablar con extraños y él es muy simpático.
Se acerca y me recoge el cabello en una trenza, se quita su abrigo y me lo coloca, el cual me llega hasta los muslos y abierto dejando ver el vestido.
-listo. -dice y me hace ver el espejo. -por el abrigo no te preocupes, te queda bien y te notaba incomoda.
-sí, gracias… es que no suelo usar este estilo de ropa, soy un poco conservadora y no me gusta mostrar mucho. -digo y el me mira algo extrañado.
-en serio? Creo que deberías lucirte más, eres algo extraña. -ríe
-tú también eres extraño, eres muy alegre y amable con desconocidos y no parece que intentas ligar, tienes pinta de ser… ¿un hermano mayor? -lo escucho reír y sonrío.
-no tengo hermanas, pero sería divertido tener una, suelo ser amable porque es divertido hacer amigos por la calle, quieres ser mi amiga? Presiento que podríamos llevarnos bien.
-creo que estaría bien… pero dime, te gusta el ramen? -la seriedad con la que hago esa pregunta hace que él se ría a carcajadas y lo miro extrañada.
-sí, me gusta el ramen, sobre todo cuando veo videos de “top diez sirenas captadas en cámara” por la noche.
-automáticamente ya me agradas. -me siento orgullosa de saber que existen este tipo de personas donde vivo.
-me das tu número? -saco mi celular y le dicto mi número y me queda viendo.
-tengo algo en el rostro?
-no, es que no se me tu nombre, como te agrego? -ríe bajo.
-oh me llamo lila, lila jones.
-okey, yo me llamo tomas Bianchi.
-eres italiano?
-sí, pero me crie en chile, tú eres estadounidense?
-mi madre, mi padre es chileno y yo soy nacida aquí. -digo mientras nos dirigimos a pagar el vestido.
-bien, hablemos pronto, debo volver al trabajo.
-seguro que esta bien que me dejes tu abrigo?
-sí, así tenemos un motivo para vernos algún día. -sonríe y vuelve a trabajar.
-esta bien, entonces nos vemos pronto, digo y me quedo a esperar a mi madre quien aun no termina de comprar.
Creo que ahora tengo un amigo… se veía bastante amable y respetuoso, terminando aquí debo volver a estudiar… que asco ser adolescente, los adultos subestiman nuestros problemas ya que pareciera que nuestra única preocupación es estudiar, todos lidiamos con cosas diferentes ya que nadie puede ser un cien por ciento feliz y eso es deprimente, a veces me consumen las ganas de llorar a gritos pero lo único que sale es un llanto silencioso para no llamar la atención, agradezco que mi madre intente subirme el ánimo sacándome de casa y alentándome pero lo único que necesito es un abrazo, las palabras ya no me ayudan por que todo me parece mentira, a veces solo quiero escapar y dejar todo tirado pero tengo tantas cosas que me limitan y lo único que puedo hacer es encerrarme en mi cuarto, mi padre se fue cuando yo apenas era una niña así que solo tengo a mi madre, no tengo hermanos pero seria lindo tener a alguien con quien contar cada vez que te sientes mal.
-ya volví. -dice mi madre sacándome de mis deprimentes pensamientos.
-genial, yo solo me compré este vestido y abrigo.
-se te ve genial! Te ves muy hermosa Li.
-gracias mamá.
-vamos por un café y volvemos a casa sí?
-esta bien, vamos. -dicho eso me agarra del brazo y me lleva a una cafetería cercana muy linda.
Nos quedamos hablando de cualquier cosa que se nos venia a la mente y tomando café mientras veíamos a la gente pasar por afuera de la cafetería.
Después de un rato volvimos a casa y me voy al cuarto a repasar lo que vimos hoy en clases hasta que me entra una llamada.
-hola? -digo algo bajo y nerviosa al ver que es un numero desconocido, no suelo hablar mucho por teléfono.
-hola, soy Daniel, el chico nuevo de la clase, te llame para disculparme contigo por lo de la mañana, tu voz era muy baja y sin confianza alguna a la hora de leer y no podía escucharte bien.
-oh, esta bien, no te preocupes, entiendo tu posición, la verdad es que no suelo hablar frente los demás y me pone nerviosa intentarlo.
-hum tu voz no es tan irritante como cuando hay más personas, está bien, gracias por ser tan comprensiva y espero no te moleste que me haya conseguido tu número con el profesor.
-esta bien, no pasa nada, llámame si necesitas ayuda con algo.
-gracias, lo tendré en cuenta, puedes hablarme si necesitas algo también, ten una buena noche, adiós. -dicho eso cuelga y yo sigo estudiando hasta dormirme en el escritorio.
Mi mamá me despierta para ir a cenar y comemos ramen mientras vemos videos de terror por internet, me alegra tener gustos similares con mi mamá, eso vuelve más amena nuestra convivencia.
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Amm... holaa, soy muy nueva escribiendo pero me hacía ilusion crear mi propia historia y ojala les guste tanto como me esta gustando a mi escribirla, tenganme paciencia y por favor perdonen mis faltas de ortografia, me gustaría leer criticas constructivas, gracias si leiste todo el capitulo y espero que el segundo también te guste.Por cierto no supe que poner en el prologo, prometo hacerlo apenas aprenda correctamente para no decepcionar a nadie ♡
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La Ultima Lagrima
RandomUna supuesta joven estudiosa y asocial esta pasando por una etapa difícil en su vida, etapa que arrebato completamente su autoestima y ganas de vivir, tendrá experiencias que jamás pensó que viviria o quizás solo las pensó... quien sabe, la vida da...