Roto

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Jungkook apenas había dejado de llorar cuando fue bajado con fuerza del vehículo, frente a un alto edificio de cristales reflejantes, en un lujoso sector residencial de la ciudad.

—Esperen aquí. Volveré enseguida a darles indicaciones—Yugyeom sostuvo una mirada firme sobre el que parecía ser el jefe de seguridad de los hombres que lo acompañaban. El sujeto fuerte y vestido de negro asintió, dejándole una leve inclinación.

La fuerza que el peliazul imprimía en el brazo de Jungkook incrementó, obligándolo a ignorar las horas de lluvia que no dejaron de caer. Koo luchó por mantenerse digno pese a lo enrojecido de sus ojos y nariz.

—Vamos—tiró del omega.

—¿A dónde vamos y qué es aquí? ¡¿Qué estás haciendo?!—su voz ronca denotó rastro de dolor. Yugyeom siguió jalándolo y lejos ya de las miradas lastimeras, encontró valor para enfrentarlo—Yugyeom, ¡¿por qué te portas así?!—se tironeó pero no logró soltarse, al contrario, se lastimó por la fuerza de su primo.

—¡No finja ya que no lo sabe!—su voz sonó más grave cuando llamó al elevador.

Ante el nuevo tirón los ojos de Jungkook volvieron a escocer y casi se atragantó al detener su llanto cuando fue arrojado al interior del mecanismo.

—¡Basta ya! ¿¡Qué es este absurdo?!—limpió con brusquedad sus lágrimas—¡Vas a explicarme exactamente qué estás haciendo!

Yugyeom sonrió con ironía cuando hizo subir el elevador—¿Pensará negarlo ahora? ¡Innecesario y absurdo!—soltó lo último viéndolo de arriba abajo—Más bien tiene mucho qué explicar.

Jungkook enderezó su rostro, no supo cómo lo logró.

—No hay nada que tenga qué decirte. Y absurda es la calumnia en la que caes—tiñó de seguridad su voz controlada, pero no podía permitirle saber la verdad. No a él, menos así—Acabas de ofenderme y humillarme como...

—¡No se atreva a negarlo!

Los ojos estrellados temblaron y Jungkook consiguió no respingar ante lo fuerte de su voz—¿Negar qué? ¡Por Dios! Has llegado y comenzado a decir disparates y a tratarme como...

Yugyeom golpeó la pared metálica del elevador, acorralándolo y Jungkook, lloroso, apenas pudo bajar no bajar su rostro. Enfrentó a Yugyeom con la desesperación de cubrir a Yoongi, pero temía fracasar en cualquier momento. Los ojos de Yugyeom y su rostro contraído en furia viva, amenazaban con arrastrarlo al pánico.

—Lo sé todo—la lentitud con la que sus palabras salieron heló a Jungkook.

Koo sorbió su llanto y se alejó de su cuerpo.

—Ah, ¿sí? ¡¿Todo según quién?! ¿Cuándo me has preguntado a mí si es verdad? Ni siquiera me has dejado hablar, ¿te das cuenta?

Yugyeom apretó sus sienes, controlando su ira.

—No intente negarlo—advirtió volteando a verlo lentamente—Mejor dígame, ¿por qué lo calló?

—¡Qué nada ocurrió! Yo...

—¡Su amigo pelirrojo me lo contó!—interrumpió girando su cuerpo. Jungkook respingó y cuando el elevador se detuvo, Yugyeom golpeó el botón que mantendría las puertas cerradas y el castaño se empequeñeció ante su altura. Yugyeom tomó su rostro obligándolo a verlo a los ojos—Llegó a la constructora y escuché por él lo que tuvo que haber dicho usted. ¿Por qué lo ocultó?

Jungkook quiso negar, pero Yugyeom apretó su agarre, volviéndole a llenar los ojos de lágrimas.

—¿Qué ha hecho él con usted?

Consecuencias «YK» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora