El Coraje De Mi Corazón

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La Hormiga humanoide miró fulminante al grupo.

En ese momento sintieron la razón de las pesadillas de Yuki.

No había duda.

El poder mágico que expulsada este ser no era algo para tomarse a la ligera.

Incluso a Tatsumi le costaba mantenerse de pie.

Aunque luego de vivir aquella batalla en Axel, esto era algo tolerable.

Lize se puso en guardia a su altura, buscando una especie de solución.

-Tenemos a 50 soldados Aquí, Yuki los puede comandar contra la reina y los guardias reales.

-Maubel, tu y yo contra ese monstruo Hormiga.

Tatsumi apretó su espada, dando miradas a sus compañeros para esperar el momento para actuar.

-¡Ahora!

Los grupos se dispersaron para iniciar una batalla campal en la cueva.

No había tardado mucho tiempo y ya habían bajas en ambos lados.

Toda la cueva retumbaba con las explosiones de poder, tanto interna como externa.

¡Brum!*

¡Brum!*

¡Brum!*

Tatsumi logró detener un zarpazo de la Hormiga con mucha dificultad.

-¿Tu eres un rey?

-No, sólo soy un adolescente.

Una gran cantidad de golpes de lanza fueron en dirección a la Hormiga, aunque sin impactar mucho daño.

-Entonces no mereces mi tiempo.

La Hormiga terminó por rebanar uno de los brazos con Tatsumi.

¡Slash!*

Pará socorrerlo apareció Lize, ella tomó su lugar en contra de la Hormiga.

Varios golpes a gran velocidad con que espada estaban casi tocando a la Hormiga.

Aunque está solo sostuvo la punta de su espada con sus garras.

-Huh…

La Hormiga dio un paso para atrás esquivando un golpe de lanza.

Al ver hacia delante miro como Tatsumi estaba como nuevo.

-¡No nos vencerás tan fácilmente!

Tatsumi se pasó junto a Lize con determinación.

‘Con Maubel seremos capaces de recuperarnos de cualquier herida, si contamos sus mejoras de aptitudes… esta batalla será ganada por resistencia.’

Pero mientras Tatsumi centraba sus pensamiento en la victoria, la Hormiga estaba confundida.

‘¿Posee una forma de recuperarse?’

En ese momento la Hormiga comenzó a expandir sus sentidos, logrando sentir el mana del entorno.

‘No, esto es obra de otro humano.’

Dirigió su mirada hacia un punto vacío de la habitación.

Maubel tembló de miedo al sentir aquella mirada, pues lo miraba incluso usando su ‘Sigilo’.

‘N-no me digas que me esta mirando, acabo de usar ‘Sigilo’.’

-Kukuku…

La Hormiga comenzó a reír de forma leve, aunque luego pasó a gritar con fuerza.

Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora